Capítulo 1: El Adulador - Parte 01

622 16 0
                                    



Esa mañana había bajado por fin a la Marchen, con la intención de buscar al compañero de equipo, tal y como Delora y Parfait me habían sugerido que hiciese. De entre todas las personas de la Marchen, muy pocos se habían ofrecido voluntarios a ayudarme. Sin embargo, ya había pasado tiempo suficiente como para que tomase mi decisión.


No sé por qué la primera persona que ha aparecido en mi mente al pensar en un compañero, ha sido Rumpel. Solo porque consiga que las damas sonrían por sus flirteos, no significa que pueda ayudarme a hacer una buena acción. Y aun sabiendo eso, aquí estoy, buscándole para pedirle ese favor.


Encontré a Rumpel en medio de uno de sus descansos, rodeado de un grupo de risueñas mujeres. Sus manos hacían gestos dramáticos mientras sus labios formaban palabras que las hacían reír más fuerte, sin lugar a dudas les estaba lanzando cumplidos.


— Y tú, dulzura, eres como un rayo de sol que se filtra por las nubes de un oscuro día. —decía Rumpel, sosteniendo la mano de una hermosa joven de cabello negro— Tú iluminas el suelo con tu dorada luz, y haces que cada flor se gire buscando tu calidez...


Pensándolo mejor, creo que quizás debería reconsiderar mi elección.


— ¡Princesa! —demasiado tarde. Rumpel me había detectado con su radar de mujeres. Inmediatamente, me hizo gestos con la mano para que me aproximase a su mesa.


Le miré con mis ojos entrecerrados, y luego desvié la vista hacia las hermosas mujeres que le acompañaban. Todas tenían su sonrisa congelada en sus labios y me fulminaban con la mirada. Algo me decía que si me acercaba, habría un derramamiento de sangre. Y francamente, ya bastantes problemas tenía como para enzarzarme en una pelea de gatas. Así pues, ignorando las palabras de Rumpel, me giré para darle la espalda y me fui por donde había venido.


— Acabo de recordar que tengo algo que hacer —dije por encima de mi hombro al escuchar su exclamación.


Sin embargo, apenas hube dado dos pasos, sentí la mano de Rumpel posarse en mi hombro. Molesta porque se atreviese a tocarme sin mi permiso, le fulminé con la mirada y le golpeé la mano para que me soltase. Sin embargo, eso no logró desanimarle. Sus ojos me miraron divertidos y una sonrisa juguetona apareció en sus labios.


— Feroz, ¡como siempre! —Rumpel se rió por lo bajo mientras yo arqueaba una ceja— Me recuerdas a esas rosas que tienen espinas, princesa. —el joven de gafas rojas se inclinó hacia mí, acortando incómodamente la distancia entre ambos, y me guiñó un ojo. Sus labios se curvaron en una sonrisa resplandeciente— Pero las espinas son lo que hacen a esa rosa tan atractiva.


— ¿Siempre eres tan persistente? ¿O es que realmente quieres que te pegue de nuevo? —le pregunté calmada y sin alzarle la voz. Mis ojos le miraban con mis párpados entornados, y la amenaza era más ponzoñosa en ese tono suave que si le hubiera gritado a pleno pulmón.


— Tus bofetadas no son más que pequeñas piedras en el camino. Nunca me rendiré contigo, princesa —sentenció Rumpel, haciendo que rodase los ojos y que suspirase, exasperada.

~Cinderella Phenomenon~ Ruta de RumpelWhere stories live. Discover now