— Pero yo no soy... —empezó a decir él, aunque le corté con rapidez.
— Da igual que te llames Rumpel o Chevalier, eres la misma persona —mis mejillas se iban ruborizando conforme hablaba. Lo sentía en la calidez hormigueante que recorría mis pómulos sin piedad— No necesitas ser un caballero, ni tampoco un príncipe.
Después de todo, él me ha visto durante todos estos meses aquí, en la Marchen, y me ha aceptado por lo que yo soy. Y todavía sigue haciéndolo.
— Madre me dijo que los humanos eran seres en los que no se podía confiar, pero...
Chevalier me sonrió confirmando mis pensamientos, para después colocar su otra mano en mi espalda, atrayéndome hacia su cuerpo. La sonrisa que vi en su rostro era tan genuina, y tan gentil... La misma sonrisa que había aprendido a amar. Las palabras que tenía intención de decir murieron en mi garganta mientras él se inclinaba sobre mí, hasta posar con delicadeza sus labios sobre los míos. Ese dulce contacto me hizo mucho más consciente de mi cuerpo y de cuanto me rodeaba, pero curiosamente también me hizo sentir ingrávida, como si volase por el cielo.
Con cuidado, coloqué mis manos en su pecho y flexioné mis dedos en su camisa, aferrándome a ella como si temiese caerme del sofá en cualquier momento. Chevalier, por su parte, recorrió con la punta de sus dedos las líneas de mi rostro, y después descendió por la longitud de mi cuello. El beso se me hizo demasiado corto, pero aun así estaba sin respiración cuando Chevalier se apartó de mí lo justo como para que nos mirásemos a los ojos. Incluso a esa distancia pude apreciar el rubor de sus mejillas, probablemente el mismo que debía de lucir en mi rostro a esas alturas.
— Te amo, mi dulce princesa. Por tu sonrisa, por tu risa, por la forma en la que destacas por encima de los demás. Eres descarada y fiera, y me recuerdas a los fuegos artificiales —sus labios dejaron un beso en mi frente mientras seguía hablando— Eres hermosa, tanto por dentro como por fuera.
Sus cumplidos hicieron que una intensa calidez se expandiese por mi pecho, como si tuviese una fogata palpitando entre mis costillas. Era tan grande su vigor que tenía la sensación de estar derritiéndome por dentro.
Chevalier se giró hacia atrás, y cogió con una de sus manos el ramo de lirios blancos que había visto antes. Me sorprendió no haberme percatado antes de la presencia de las flores, ya que su perfume era perceptible en el cuarto.
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~Cinderella Phenomenon~ Ruta de Rumpel
RomanceCinderella Phenomenon es un juego otome diseñado por la empresa Dicesuki, el cual se puede descargar gratis en Steam. En este relato narro los acontecimientos que ocurren en la ruta de este personaje, Rumpel, en base a las decisiones correctas que s...