42

720 65 6
                                    

Llegó la mañana y luego de varias alarmas que apagó de manera inconsciente, pudo despertarse. El viaje, los nervios y la ansiedad la habían agotado. Se sintió por unos momentos perdida pero a medida que despertaba se ubicó en tiempo y lugar.

Luego de cambiarse, bajó a desayunar. Allí se encontró con Carlos, quien se acercó a la mesa que estaba ocupando. Finalmente desayunaron juntos, aprovechando la ocasión para contarle cuál sería el recorrido que iban a hacer. 

Luego de un rato, partieron con destino al centro, el trayecto le pareció eterno, si bien había una distancia de veinte minutos, el tráfico y la ansiedad de conocer todo la hacia sentir los minutos como horas.

El restaurante estaba ubicado en uno de los punto principales de Madrid, y el departamento, solo una cuadra. Fue allí donde llegaron primero para dejar todo el equipaje de Jazmín.

Si bien había visto el interior del departamento por fotos, se sorprendió de lo cómodo que parecía, tenía aquella calidez que la reconfortaba. Avanzó hacia el ventanal que daba al balcón, la vista era increíble, desde allí se podía observar todo el movimiento de la gran ciudad.

Luego de recorrer junto a Carlos las instalaciones para verificar que todo estuviese en orden, le entregó las llaves y se dirigieron al restaurante, esta vez, caminando.
Aquel lugar que tanto había anhelado estaba a solo unos pasos, caminar aquellos metros la emocionaba.
Parada frente al restaurante levantó la vista observando toda la fachada, no entendía nada de arquitectura, edificios y decoración, pero sin dudas Madrid tenía algo especial en ellos.
Una vez dentro, le enseñaron los diferentes sectores, Jazmín observaba con detenimiento lo grande que era, jamás había dimensionado que sería de tal tamaño. Por momentos, pasaba su mano por alguna de las mesas, le parecía mentira estar ahí.
Por último, llegó el lugar que más esperaba. La cocina.
Parada frente a las puertas observó el movimiento de la misma, cuando ingresaron alguno de los que allí trabajaban levantaron la vista, Jazmín atravesó la cocina acompañada de Carlos y tratando de no entorpecer el trabajo de los demás, pensaba presentarse pero habían llegado en un momento de mucho trabajo por lo que les pareció mejor dejarlo para otro momento.
Cuando terminaron de recorrer todo el local, se pararon en la vereda del mismo. 

Carlos: ¿qué le pareció todo?

Jaz: me encanta -sonrió- es todo muy lindo y este lugar -dijo señalando hacia adentro- es increíble

Carlos: me alegro mucho. Estoy a su disposición para cualquier cosa que necesite, ante cualquier duda por favor llámeme, no nos gusta hacer sentir solos  nuestros empleados extranjeros -sonrió-

Jazmín le agradeció y luego de consultarle algunos lugares cercanos para comprar alimentos y demás, decidió instalarse en el departamento. Tenía mucha ropa que arreglar y cosas por guardar.

Al llegar se sintió tranquila, al momento de viajar sentía un poco de miedo de que no fuese lo que ella esperaba pero la verdad es que se sintió cómoda desde el primer momento. Carlos era un señor mayor, educado y muy amable, el trato que había tenido con ella la había tranquilizado, ya que ante cualquier problema, no estaba sola.

Abrió las valijas y comenzó a ordenar su ropa en el placar, suspiró agotada al ver la cantidad de cosas que debía ordenar. 
Luego de unos minutos terminó la primer valija, cuando tomó las últimas remeras vio que en el fondo había un sobre. Lo tomó con ciertas dudas y sorpresa. Se sentó en la cama y al ver el su nombre escrito en el revés del mismo, supo que era de Flor, era imposible no reconocer su letra.
Cuando lo abrió se encontró con una carta. Sonrió emocionada ante aquel gesto. Comenzó a leerla con lágrimas en sus ojos, con una sonrisa imborrable y con su corazón palpitando con fuerza.

Un vestido y un amor {Flozmin}Where stories live. Discover now