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Ya en su casa, la colorada se tiró en el sillón. Había sido un día largo, intenso. Cerró sus ojos y permaneció así por unos segundos, Flor la dejó tranquila y se dirigió a la cocina, ya tenían la confianza como para moverse por la casa con tranquilidad. Pensó en preparar algo para cenar pero no se le ocurría qué hacer. Se quedó pensando unos minutos hasta que unos brazos la rodearon por detrás.

Flor: pensé que ibas a dormirte un ratito -sonrió-

Jaz: no... prefiero aprovechar que estás acá -besó su cuello- 

Flor: ¿qué te puedo cocinar? -dijo con dulzura-

Jaz: -sonrió- ¿y si pedimos pizza?

Flor se volteó y la miró achicando sus ojos

Flor: tenés miedo que mi comida esté horrible ¿no?

Jaz: -rió- no, no es eso. Yo digo como para no complicarnos mucho, yo tampoco tengo muchas ganas de cocinar -arrugó su nariz-

Flor: pero yo sí -sonrió- tengo ganas de cocinarte, así que vos andá, relajate, que algo voy a hacer

Jaz: bueno pero te ayudo entonces -sonrió-

Flor: no, no, si ves que se incendia la cocina ahí sí vení -rió-

Jaz: sos hermosa

Flor: vos sos hermosa

Tomó su rostro y la besó unos instantes, Jazmín permaneció con sus ojos cerrados incluso después de terminar el beso. Flor sonrió con ternura.

Flor: ¿te llevo una copa de vino?

Jaz: dale -le dijo y se mordió el labio-

Jazmín se sentó en el sofá y prendió la televisión, en realidad no tenía interés de mirar nada, pero simplemente lo hizo para distraer su mente.
Flor apareció con una copa de vino y al dársela Jazmín tomó su mano acercándola para besarla nuevamente.
Al poco tiempo ya comenzaba a invadir la casa un aroma particular, si algo había aprendido de su padre era a hacer canelones. Hasta ella misma se sorprendió de que todo le estuviese saliendo tan bien, ya que aunque sabía hacerlos, era bastante torpe en la cocina.
Jazmín apoyó su cabeza en el sofá y miró hacia su derecha, podía verla en movimiento con su delantal azul, yendo y viniendo concentrada en la comida. Se mordió el labio y acto seguido sonrió. Inhaló el aroma a comida que provenía de la cocina y sintió que aquella imagen, la de Flor cocinando en su casa, usando su delantal, era algo más que una simple cena. Sintió que aquello era el hogar. Si bien estaba en su casa, nunca se había sentido tan reconfortada como cuando Flor estaba allí.

Jaz: ¿puedo ir? -gritó-

Flor: no, no -se apuró a decir- esperá un poco

Jazmín rió y bebió más vino.
Cuando la comida estaba en el horno Flor se dirigió hacia donde estaba Jazmín, se sentó a su lado y notó que se había dormido. Quitó la copa de vino de su mano y acarició su cabello con delicadeza.

Después de un rato la comida estaba lista. Flor la despertó ya que parecía que había caído en un sueño profundo. Jazmín puso la mesa y la miró ansiosa por saber qué había cocinado.

Jaz: que intriga por Dios -sonrió- 

Flor apareció con la bandeja y Jazmín abrió su boca sorprendida

Jaz: Flor...qué rico esto 

Flor: espero que pienses lo mismo cuando lo pruebes -dijo preocupada- convengamos que sos chef, es difícil para una principiante -rió-

Un vestido y un amor {Flozmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora