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Después de realizar todos los trámites necesarios,  Jazmín se sentó en una de las filas de asientos vacíos. El aeropuerto era un ir y venir de personas, lo que la ponía nerviosa. Eran las siete de la mañana, le quedaba una hora en la que no sabía muy bien qué hacer, los nervios hacían que los minutos parecieran horas.

Pensó en sus padres y no pudo evitar lamentarse. Le hubiese encantado compartir con ellos la felicidad de concretar ese viaje tan soñado. Recordó lo orgullosa que estaba su madre de verla realizada con su carrera, le había prometido, incluso, que si conseguía ese puesto en Madrid iría exclusivamente a probar sus platos en el restaurante. Sonrió de manera inconsciente al imaginar aquella situación.

Observó con detenimiento a las personas que pasaban de un lado a otro, imaginando las miles de historias que guardarían cada una de ellas. Había parejas que se despedían, otras que volvían a encontrarse,  familiares que esperaban con carteles y globos la llegada de alguien, padres esperando a sus hijos, hijos esperando a sus padres. El aeropuerto era un lugar repleto de historias y todo aquello la movilizaba, ese lugar siempre le había generado nostalgia.

Flor, por su parte, estaba en la puerta de la casa de Virginia golpeando y tocando timbre frenéticamente. Después de unos minutos su hermana abrió con los pelos revueltos y sus ojos achinados

Vir: Florencia son la siete de la mañana y es sábado ¿qué pasa?

Flor: siete y veinte para ser exacta -dijo nerviosa- y Jazmín se va a las ocho. Acompañame al aeropuerto por favor

Vir: ¿Qué vas a hacer?

Flor: despedirme de ella Virginia. Yo sé que me va a estar esperando, por favor

Vir: bueno, me visto rápido y vamos. Buscá las llaves del auto y andá subiendo

Flor hizo lo que su hermana le indicó y esperó ansiosa en el auto. Virginia salió al cabo de unos minutos y se subió con rapidez.

Flor: tenemos que llegar -carraspeó- tenemos poco tiempo

Virginia asintió y comenzó a conducir.

Vir: lo que no entiendo es por qué no te tomaste un taxi ¿no era más rápido que venir hasta mi casa?

Flor: sí pero...si no la encuentro quiero que estés conmigo para abrazarme

Virginia apoyó su mano en la rodilla de Flor y le sonrió

Vir: pensé que te ibas a quedar con ella anoche, hubiese sido más fácil

Flor: -suspiró- ya sé pero pensé que así iba a ser mejor y ahora me arrepiento

Vir: ¿por qué no la llamas? así pactan donde encontrarase

Flor: ya intenté pero no suena, no sé, no habrá señal

Finalmente llegaron faltando nada para las ocho. Flor se tomó la cabeza con desesperación

Flor: hay mucha gente Vir -carraspeó- ya debe estar subiendo al avión

Virginia hacia un esfuerzo por ver entre toda la gente pero por ningún lado veía a Jazmín. Trataba de seguir a Flor, ya que ella se escabullía entre las personas buscándola.

Vir: pará Flor -dijo tomando su brazo para frenarla-

Flor movía sus hombros y golpeaba su pecho repetidas veces. Las lagrimas se amontonaban en sus ojos y comenzaban a caer. Respiró hondo y continuó buscándola con la mirada, pero poco a poco perdía la esperanza de encontrarla. El aeropuerto era grande y sabía que por la hora, debía estar subiendo al avión.

Un vestido y un amor {Flozmin}Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang