Un vestido y un amor {Flozmin}

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Por la tarde/noche Jazmín recibió el llamado de su madre. Flor la observó a la distancia con ternura al ver la sonrisa que se le dibujaba en los labios. Se preguntó qué le estaría diciendo para ponerla tan feliz.
Al colgar, Jazmín se acercó a ella tomando sus manos.

Jaz: ¿qué tenés que hacer esta noche? -preguntó con calma-

Flor: mmm -dijo levantando la vista- que yo sepa nada -sonrió ¿por qué?

Jaz: mi mamá nos invitó a cenar a casa -suspiró- si tenés ganas podemos ir

Flor: sí obvio -dijo entusiasmada-

Jaz: genial, ahora le confirmo -respondió con la misma motivación- me dijo que tenía una sorpresa para las dos. No sé que sea sinceramente

Flor se quedó pensativa pero no encontrando una respuesta se resignó a tener que esperar.

Flor: quiero ver todas las fotos tuyas de chiquita, y de adolescente

Jaz: creeme que no querés ver fotos mías de adolescente -rió-

Flor: te imagino como con un look rebelde -dijo achicando sus ojos- chica mala-rió- popular, la más linda del colegio -concluyó-

Jaz: todo lo contrario -dijo divertida- era prácticamente invisible, no tenía muchos amigos

Flor: bueno, entonces en la adolescencia fuimos igual -respondió con un dejo de tristeza-

Jazmín acarició su mejilla, lamentando para sí no haberla conocido antes.

Jaz: espero no veas ninguna foto de esa época porque chau enamoramiento -rió-

Flor: eso es imposible -afirmó chocando la nariz con la suya y sonriendo-

Jazmín terminó la corta distancia de sus labios con un beso.

A las nueve de la noche ya estaban en las puertas del antiguo hogar de Jazmín. Flor observó como ella contemplaba cada espacio de la arquitectura, como rememorando malos recuerdos.

Flor: ¿estás bien?

Jaz: sí -dijo con sinceridad- es la primera vez que voy a poder entrar con la persona que amo sin ser juzgada

Flor entrelazó su mano con la suya y se apoyó en su brazo. Luego de tocar timbre, la mujer de cabellos rubios abrió con rapidez.

Abrazó a su hija con cariño y lo mismo hizo con Flor quien posteriormente observó el interior de la sala con asombro. No pudo evitar encaminarse a algunos porta retratos, donde encontró a Jazmín de pequeña.

La colorada la observó a la distancia con una sonrisa.

Carmen: Flor, -la llamó- tengo muchas fotos para mostrarte, pero antes hay alguien que está esperando saludarlas

Jazmín y Flor la miraron desconcertadas.
De alguna de las habitaciones, Flor desconocía cual, apareció Teresa.

Flor: mamá -soltó sin pensar-

Jazmín miró a su madre y le agradeció el gesto con una mirada dulce.

Flor: ¿qué hacés acá? -sonrió regresando nuevamente al lado de Jazmín-

Teresa: bueno, Carmen y yo pensamos en que sería una buena idea comer las cuatro ¿o no?

Las chicas asintieron alegres.

Luego de la cena que fue distendida y amena, Jazmín se ofreció a preparar café.
Ya en la sobremesa las madres comenzaron a charlar sobre la infancia de sus hijas, Jazmín se cubría el rostro con vergüenza cada vez que su madre contaba los arrebatos artísticos que tenía desde pequeña. Flor la miraba enamorada.