Cap. 18

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Ella

Han pasado… Ni la menor idea, solo se que falta poco para el cumpleaños de Adrián, tan poco, que de ser por mi ya estaría preparando una fiesta para él.

Solté un suspiro al pensar en eso, nuevamente estaba divagando mientras jugaba con Adrián, tal vez sea para mejor, no crea recuerdos significativos sobre mí, le será muy fácil olvidarme.
Dejé las partes de rompecabezas que yo traía en la mano y me recosté sobra la alfombra, sin Splendor esto era mucho mas aburrido, no es como si no me gustara pasar tiempo con mi Adri, pero ahora que había probado el calor familiar solo podía extrañarlo.

Era algo tarde, lo mejor sería que se fuera a dormir por el momento y continuara mortificándose al día siguiente, vaya que sonaba deprimente pero así se sentía. Esperaba esa sensación se fuera con el paso de los días.
Recostó a su hijo antes de ir a su cuarto, se sentía algo inquieta así que llevó la cuna a su habitación, la dejó algo cerca para verlo por facilidad.

No estaba segura de hace cuanto cayó en brazos de Morfeo, pero aun en su letargo la inquietud e incomodidad lograba envolverla en dudas, sabía que estaba dormida, pero al mismo tiempo se sentía en la realidad.

El escenario era un deja vú de lo que había vivido horas antes, en la sala, recostada en la alfombra con la mirada perdida en el techo. Quería moverse y a la vez solo esperaba el resultado de lo que sucedería, sentía que pronto algo cambiaria y su entorno se transformaría por completo, aunque era solo una corazonada.
Se levantó del suelo mirando algo mareada su alrededor, no conseguía pensar con claridad o moverse del todo.

(Que demonios sucede… ¿Ah? ¡No puedo hablar?)

Se tocó la garganta confundida, escuchaba su voz pero sus labios no se movían, no era intencional, hablar internamente no era lo suyo, al menos no siempre.

Unos pasos la alertaron, pisadas fuertes que a paso tranquilo se acercaban a ella

(¿Qué es esto? ¿Una pesadilla cliché de terror? Oh, ya se, voy a girarme, algo va a asustarme y voy a despertar toda traumatizada)

La experiencia no era nueva, todo el mundo pasa por algo como eso.

Dejó de pensar cuando, en vez de ser tocada por el hombro, una mano se deslizó por su cintura tirando de su cuerpo hasta pegar su espalda al pecho de alguien más.
Fue entonces cuando se fijó en la sombra de quién se encontraba detrás de ella, estaba mas que claro que era una pesadilla.

(Espera, no, ya superé este sueño, no puede volver de nuevo)

El ya reconocido ente retrocedió sobre sus pasos para sentarse con comodidad en el sofá, Abbey fue sentada en su regazo sin que la soltaran de la cintura, no había manera de que escapara en esa posición, menos con la poca movilidad que su sueño le permitía.

Abbey~

Se estremeció ante el susurró justo sobre su lóbulo, no podía estarle pasando de verdad, luchaba porque su cuerpo se moviera, pero no reaccionaba.

-Ni te esfuerces~-

Se inclinó sobre ella tomando un mechón de cabello entre sus largos dedos, lo dejó escapar lentamente viendo como rozaba la piel de su portadora.
La sensación de esas uñas largas recorrer su ahora expuesto cuello solo lograban que se estremeciera, un reflejo involuntario que hacía la sangre se acumulara en su rostro.

(Offender, ya basta, no quiero esto)

Lo querrás, solo estás un poco asustada ahora~

(Pero qué, ¿me escuchas? Un momento, ¿De qué se trata todo est-)

-Ahh~-

¿Eso salió de su boca? Por supuesto que sí, de poder manejar sus manos se habría tapado la boca pero simplemente no podía, intentaba cerrar la garganta mientras Offender alejaba sus dientes de su cuello, el desgraciado sabía que partes morder, era obvio que experiencia no le faltaba.
Una vez más intentó removerse, ya era suficiente, necesitaba salir de ese aprieto y regresar a la realidad, tal vez no dormiria de nuevo después de eso.

Nuevamente lo único que se escuchó en la sala fue un leve jadeo femenino, las blancas manos se paseaban por sobre su ropa bajando de a poco hasta deslizarse entre sus piernas. Ya no tenía control alguno sobre si, es como si ese cuerpo ya no fuera suyo, su perspectiva cambió de 1° a 3° persona, ahora veía la escena desde afuera pero seguía sintiendo todo sobre su ser.

Su rostro fue tomado por el mentón, hizo la cabeza hacia un costado dando con el semi rostro de quien la sostenía, su respiración era pesada y su vista se nublaba cada vez más, pero lo tenía tan cerca. Sentía su aliento frío chocar contra sus labios, involuntariamente se acercaba a él, estaba demasiado cerca, solo necesitó un leve roce...

Y entonces despertó.

Se sentó de golpe colocando las manos en su pecho, estaba toda agitada y un sudor frío caía por su sien. Rápidamente giró la cabeza hacia la cuna, todo estaba normal, su pequeño ni siquiera se había movido de su lugar, nada parecía haber cambiado. Nada fuera de ella.

Dando un profundo suspiro en busca de calma, se puso de pie y descalza caminó hasta la ventana de la habitación, abrió las cortinas y, sin mirar aún al exterior, abrió de par en par la ventana. El viento helado de la madrugada le golpeó el rostro de repente, pero eso no le molestó, apoyó los antebrazos en el marco dejando que la brisa exterior calmara sus miedos internos y le devolviera la calma.

Solo entonces enfocó la vista en el lejano bosque, a veces lo sentía tan cerca que podía tocarlo y otras simplemente parecía jamás poder alcanzarlo. Observó por lo que creyó fueron minutos y volvió al interior, devolviendo todo a su estado original.

No necesitaba más cosas en su cabeza, menos si de ese asunto se trataban.

Pero, si algo había tomado de eso, es que no podía dejar que Offender se adueñara también de su sueño. Iba a disfrutar de su tiempo con su hijo, con o sin Splendor.

Con o sin Offender.

Mi Rosa (Offenderman)© 《En Hiatus hasta nuevo aviso》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora