Capitulo 42.

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Capitulo 42.

Cuando llegó al fregadero, se paró y se apoyó en él.____ observó cómo, a través del pantalón, se marcaban los músculos de sus piernas cuando las cambió de posición para estar más cómodo.

—No creo que puedas herirme más de lo que ya lo has hecho. La forma en que me rechazas me está destrozando —confesó abiertamente.

— ¿Y qué quieres que haga? —preguntó él frunciendo el ceño.

—Que me quieras.

— ¿Es que no tienes orgullo?

—Parece que no. El orgullo no me calentará la cama ni me abrazará por la noche.

—No puedo darte lo que quieres —dijo apretando las mandíbulas.

— ¡Querrás decir que no quieres!

—Déjalo, ____ —advirtió Zayn.

____ negó con la cabeza. Tenía demasiado que perder y mucho que ganar.

—No puedo.

—Entonces estás loca.

—Sea lo que sea, tú me deseas. Me deseas tanto como yo a ti y quieres hacerme el amor.

Él sonrió intentando parecer irónico.

—Soy un hombre adulto sano y el sexo siempre ha sido estupendo entre los dos.

A ____ le dolió esa afirmación, pero no se dejó amedrentar.

—No digas eso. Lo nuestro era más que sexo. Yo te quería y tú me querías a mí, Zayn.

—Nos queríamos, tú lo has dicho.

Se miraron.

—No vas a ablandarte, ¿verdad? —preguntó sintiendo su solidez, su fuerza, tanto que tuvo que hacer un esfuerzo para no acercarse a tocarlo.

Era una locura, por supuesto. Si lo intentara, el la apartaría.

—No puedo olvidar lo que hiciste —declaró Zayn secamente.

—Ni me perdonas, así que, ¿qué puedo hacer yo? ¿Cuánto tiempo vamos a seguir así?

—Hasta que pueda estar seguro —dijo firmemente.

— ¿Hasta que estés seguro de qué? ¿De que puedes confiar en mí otra vez? Dime cómo hacerlo y lo haré. Lo juraré sobre la Biblia si quieres —dijo ella con desesperación—. Haré lo que tú digas ¿Es que no sabes que haría cualquier cosa por ti?

Instintivamente, Zayn se acercó a ella y la tomó por los hombros.

— ¡No quiero que hagas nada! Yo...

No pudo seguir hablando porque, al sentir su proximidad, cerró los ojos y apretó fuertemente los dedos en sus hombros.

Durante un segundo, ____ sintió que él iba a apretarla contra él, pero de repente la apartó con un gemido y se dio la vuelta.

— ¡Maldita sea!

Ella se mordió los labios, y extendió la mano para tocarlo.

—Zayn...

Se dio la vuelta tan rápidamente que ella se asustó.

— ¡No me toques!

—No me rechaces otra vez, Zayn —suplicó ____.

—Tengo que hacerlo, maldita sea, tengo que hacerlo —repitió él como si quisiera convencerse a sí mismo.

— ¿Por qué tienes que hacerlo si los dos sabemos que no es lo que deseas?

Para su asombro él empezó a reírse.

— ¿Es que no vas a abandonar nunca? —murmuró él haciendo que se sonrojara.

—Nunca. Tendrás que matarme antes.

No era nada más ni nada menos que la verdad. Él la miró a los ojos y debió leer algo allí que lo hizo suspirar.

— ¿Tienes idea de cómo deseo besarte? —susurró sin sombra de placer en la pregunta.

—Sí —musitó ella.

Como si no pudiera evitarlo, su mano empezó a acariciarle las mejillas y bajó hasta sus labios. Ella contuvo el aliento sintiendo que sus dedos la quemaban. Vio la intención de sus ojos, la lucha mental para no hacer lo que hacía. Vio cómo tragaba saliva, sabiendo que no iba a poder evitarlo y le puso las manos en el pecho.

—Te odiarás a ti mismo —le recordó ella sintiendo que sus manos, al roce de su pecho, ardían de deseos de explorar su piel.

—Lo sé —asintió él inclinando la cabeza.

____ sintió que se le doblaban las rodillas.

—Me culparás a mí.

Juego de Gemelas.(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora