Capitulo 57.

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Capitulo 57.


Pálido como un cadáver, Zayn dejó la taza sobre la chimenea y se puso de rodillas delante de ella.
—Mírame, _____.

— ¡No me mientas!

—Cariño, no voy a hacerlo, sólo espero que me creas. Claro que quiero amarte. He intentado negarme a mí mismo, no quería reconocerlo. Pero te amaba y te sigo amando.

____ lo miró a los ojos, buscando confirmación. No era lo que ella creía, que no podía amarla porque no confiaba en ella. ¡Siempre la había querido, pero no quería que ella lo supiera!

Con furia ciega, lo golpeó en el pecho con el puño.

— ¡Maldito seas! ¿Por qué?

Zayn cerró los puños aguantando la furia de ella. Sabía que se lo merecía.

—Para castigarte, pero te juro por Dios que no me di cuenta del daño que te estaba haciendo hasta que supe que podía perderte. Cuando estaba contigo en el hospital te miré y vi lo que había hecho.

— ¿Qué es lo que viste? —preguntó con un nudo en la garganta, a punto de explotar.

—Vi a un hombre que se escondía detrás del hecho de que su mujer lo amaba demasiado como para dejarlo. Durante todo ese tiempo te apartaba con una mano y te retenía con la otra. Te negué mi amor mientras me aseguraba de que no te perdía.

_____ se apoyó en los cojines mirándolo.

Se imaginaba cuánto le habría costado decir esto. Tenía que ser la verdad porque era demasiado doloroso para ser otra cosa.

Había removido sus emociones y como si se tratara de alguien que despertara tras un largo sueño se dio cuenta de por qué lo hacía. Se lo había contado no sólo porque ella merecía saberlo sino para intentar sacarla de su apatía, sabiendo muy bien que podía explotarle en la cara. No quería perderla y por eso había antepuesto sus emociones a las de él. Eso demostraba su valor.

—Es toda una historia —dijo, pensando en cómo dos personas supuestamente cuerdas podían haberse hecho aquello a sí mismas.

—Tenías que saberlo.

—Ahora que me lo has contado, ¿qué quieres de mí? —preguntó.

—Quiero que me perdones. Sé que no me lo merezco, créeme. No estoy orgulloso de mi comportamiento, pero necesito que me perdones, ____, como yo debería haberte perdonado.

—No pides mucho, ¿no? —preguntó con una risa cansada.

Juego de Gemelas.(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora