Noveno café

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Son las ocho y media de la noche, estoy estacionándome frente a casa de mis padres, todavía no puedo creer que estoy aquí para contradecir sus ideales. Pero Urias es mi hermano, no voy a darle la espalda de nuevo. Nunca jamás.

Respiro hondo y entro. Momentos después ya estoy frente a mi padre, creo que heredé su mirada prepotente y odiosa, hay momentos en que lamento ser así, pero ahora no. El silencio que tenemos el uno con el otro es desafiante, él sabe lo molesto que estoy, con su actitud pretende intimidarme, pero no lo va a conseguir. Estoy de píe y no pienso sentarme, si hay alguien que es tan terco y testarudo como él, ese soy yo -¿Piensas venir a mi presencia solo para robarme el oxígeno, o tienes algo que decirme?- me dice despectivamente, él siempre tan duro y tan frío conmigo -No recuerdo haber solicitado tu presencia, Uriel-

Si quiere que sea directo, entonces lo seré. Que yo ame a mis padres, no quiere decir que voy a permitir que pasen sobre mí o sobre mi hermano, por eso ya somos adultos los dos, creo que deberían de saber, que somos perfectamente capaces de tomar nuestras propias decisiones -Las cosas van a estar así padre. O le das el lugar que le corresponde a Urias en la empresa y en tu vida, o me temo que tendrás que buscar un reemplazo para los dos-

Mi padre hace una mueca, un intento de risa sarcástica -No me vengas con esas pendejadas Uriel, no vas a renunciar a nuestro apellido por un berrinche de tu hermano. Cuando Urias se dé cuenta de que no tiene nuestro apoyo por aventurarse en esa estúpida fantasía, regresará a donde le pertenece. Nuestra familia no será avergonzada a la ligera-

-Solo alguien con la mente cerrada como tú, podría sentir vergüenza de tener un hijo gay, cuando está más que claro que como ejecutivo, como líder de una empresa, Urias es muy bueno en su trabajo, dedica su vida a la empresa, es más dedicado incluso que yo, que a veces me la paso como un tirano fastidiándolo todo el día. Y por sobre todas las cosas, es un buen hijo, su orientación sexual no tiene nada que ver con su valor, me molesta y me decepciona que nos trates mal y luego salgas a dar caridad a todo el mundo, es una hipocresía que ya no estoy dispuesto a tolerar-

-¡Uriel ya basta!- llora mi madre y ha llegado a tirar de mi brazo, nunca la vi llorar así -Escucha a tu padre por favor, no seas testarudo como tu hermano, tienes que ayudarnos a que él entre en razón. No puedes permitir que siga con esta locura-

-¡Ya basta!- mi padre golpea la mesa y se pone de pie, él es tan alto, más alto que yo incluso, está tan molesto que infunde temor, sin embargo, mi rostro es igual de duro que el de él, soy la segunda piedra de su zapato -No pienso seguir escuchando ni tus discursos inútiles, ni las cursilerías de tu hermano. Yo crié dos varones, nunca se les enseñó esas modas de hoy en día- bufó con cara de asco -hombres saliendo con hombres, eso es antinatural- camina y está ahora frente a mí -No pienso seguir con esta discusión- me da la espalda, ya se va no sé a dónde, porque va caminando, voy hablándolo y me ignora, ya está por subirse a su lujoso automóvil.

Harto de que me ignore le alzo la voz -¡Si Urias no es tu hijo, entonces nos pierdes a los dos!-

Entrecierra sus ojos y enarca una ceja -Que así sea entonces- se sube a su auto y conduce como un loco, las llantas rechinan en el pavimento. Él siempre tan serio y formal, jamás lo vi actuar de esa manera.

Mi madre se acerca a mí y no deja de llorar -No entiendo cómo puede ser tan cruel con sus hijos- le digo porque realmente me duele que mi padre no quiera entender.

-Él no va a cambiar hijo- sorbe por su nariz y limpia un par de lágrimas con su mano -Esto le duele tanto como a ustedes, pero jamás se los va a decir. Cuando tu padre era joven, tu abuelo Joel corrió a su hijo Roger por ese motivo. Tu padre perdió a su hermano ese día, tu tío jamás volvió a contactarlos. Roger hizo su vida aparte y formó su propia familia con su pareja, un chico llamado Rafael, tu padre se sintió traicionado porque su hermano hizo su vida feliz muy aparte de todos ellos. Que uno de ustedes siga el camino de su tío, le duele en lo más profundo-

Todo por un café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora