🥀Capítulo 16

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Jacob.

Mi celular comienza a sonar, una vez más. El número del Mayor aparece en la pantalla y la ácidez en mi garganta aumenta de la misma manera. Contesto la llamada, con un verdadero cansancio palpante. No me molesto en saludarlo siquiera, porque su estridente voz retumba hasta el más pequeño rincón de mi cabeza.

-¡Te quiero en la oficina, ya mismo! Esto es un maldito desastre, Henderson. Todo salió a la luz, ese ruin hijo de puta salió de la oscuridad y va a hundirnos.- apenas puedo entender lo que ha dicho, cuando vuelve a alterarse.- ¡Y luego, Betthany White! ¡Quiero que vengas, ahora!

-Paul y yo estamos siguiendo un rastro, pero…

-¿Y sabes algo de Sean? Ese malnacido, no puedo creerlo. ¡Vuelve aquí!- cuelga la llamada.

Inspiro, suspiro. Necesito tener mente fría para todo esto, no puedo permitirme flaquear ante tanta presión. Mantwayer es solo un simple hombre, tan mortal como el resto. Y yo, tengo a Betthany conmigo. Voy a protegerla de él, con mi vida si debo hacerlo. La pantalla de mi celular vuelve a iluminarse, pero esta vez, con un numero privado. Las palabras de Pitch, mientras sacaba a Betthany de mi edificio, me ponen nervioso.

-Él va a contactarte, y debes responderle si quieres liquidar a tu enemigo y quedarte con la chica. Es la única manera. Responde. No olvides que fue él quien te pasó el dato de Mantwayer.

Dos llamadas más, y no lo hice. Sé que si lo hago, quedaré encerrado en ese mundo como le está sucediendo a Betthany, y cuando quiera salir, harán que mi camioneta estalle en mil pedazos. No soy de ese mundo, y si quiero sacar a mi Beth de eso, debo utilizar otros métodos. La cuarta llamada, me dejó en claro que no estaba jugando. Yo no le pedí que investigara si Mantwayer estaba vivo o no. Lo agradecía, por supuesto, pero no quería saber de él ni de sus negocios sucios. Yo apoyaba la ley, la justicia, lo correcto. No iba a volverme una basura como ellos. Porque a su diferencia, yo si tenia a alguien que me importara, y por la que daría todo lo bueno de mi. Yo tengo a Betthany. Ellos dos, no tienen nada. Dejo el celular a un lado y la observo dormir, como lo he hecho estos días que hemos pasado juntos. Estoy seguro que cuando se despierte, tendrá un gran dolor de cabeza. Justo como lo tenía yo. Solo de pensar en todo lo que se venía, sentía que iba a desfallecer. Tal vez debería tomar a Betthany, dinero, mi auto y huir lejos. Como lo planeamos entre sueños, hace unos días. Aun podía escuchar su somnolienta voz, hablando sobre lo mucho que le gustaría vivir en una casa de campo, con caballos, algunos pollos, e incluso cerdos. Con un jardín inmenso, donde los perros pudieran jugar y sé que ya estaba casi pérdida cuando mencionó a los niños. Pero mi ilusión creció demasiado. Prácticamente ya podía vernos en escenario. Deseaba en verdad ese futuro con ella y haría hasta lo imposible por conseguirlo.

-Debemos volver.- Paul aparece en la puerta de la habitación.

Me levanto del sofá y camino hacia la cama, para cubrir bien a Betthany con la manta. El frio estaba apunto de llegar y no quería que se sintiera mal. Le hago una seña a mi compañero y los dos nos dirigimos a la sala, cubriéndonos momentáneamente la nariz cuando una de las paredes desprendió un olor desagradable.

-Quiero volver a agradecerte, por sacarla de ahí.- le doy un apretón en el hombro.

De un simple movimiento, deja caer mi mano bruscamente. Si antes estaba en mi contra por mis decisiones precipitadas, ahora lo estaba más.

-No lo hice por ti, Henderson.- se defiende.- Lo hice por ella. Todo lo que le hicieron fue una injusticia, no se merecía ir a prisión, y mucho menos perder a su bebé.

-¿Y crees que no lo sé?- protesto

-Da igual Jacob. Agradece al cielo que yo apareciera en la escena antes que los demás. De no haber sido así, esa pobre chica ya estaría siendo trasladada a una de máxima.

-Lo hago, Paul.- le aseguro.- Cualquier cosa, todo fue mi culpa y tu nunca serás inmiscuido.

Asiente, muy de acuerdo con mis palabras.

-Ahora debes cuidarla más que nunca, no sé que vaya a pasar después de todo esto. ¿Qué se supone que harás? Su esposo resultó estár vivo y hay dos opciones; intenta asesinarla o intenta recuperarla.- exagera la expresión de asombro.

Me tenso un poco y él lo nota enseguida. No es necesario que me pregunte otra cosa, porque su mirada me da a entender que no está de humor para otra mentira, así que lo dejo ir.

-Ya no están casados.- le revelo.

Paul parece embrollado, esperando una explicación. Me acomodo en el sofá viejo de mi abuela y me cubro la cara con las dos manos. Le debo mi honestidad, al menos.

-Tramité un divorcio en cuanto supe que estaba vivo. Conseguí que ella lo firmara y después contraté a alguien para que falsificara la de Mantwayer.

-¡¿Qué carajos?!- salta.- ¡¿Por qué hiciste eso?!

-Porque quería que ella saliera libre, ¿de acuerdo? Y estando atada a ese hombre, no lo conseguiría. Hice, hago y haría lo que fuera para mantenerla a salvo.

-¿Sabes que esta mierda te podría costar tu trabajo, tu reputación y hasta tu libertad?- me enfrenta.- No finjas ahora que lo hiciste por ella, porque hasta en Asia podría notarse que todo fue por ti. La querías para ti y por eso manipulaste todo para que ella cayera.

-No intentes hacerme ver como el villano.- me pongo de pie.- Tomé decisiones desesperadas, pero es como lo dicen; en la guerra y en el amor todo se vale, y en este caso, estamos en ambas. Mantwayer le hizo todo esto, yo solo trato de salvar lo poco que queda en ella.

-Ya no quiero saber nada más de esto.- niega

Lo miro desaparecer por la puerta de salida. Paul no me va a delatar, eso es seguro. Por lo tanto, mi única preocupación es encontrar un lugar para irnos. Betthany y yo solos, justo como en su imaginación. Podría ser ahora mismo, sin nada más, que ganas de escapar de todos. Toda la guerra nos separo, pero ahora nos teníamos y yo pelearía por todo lo nuestro. Tal vez debería llevarla fuera de la ciudad, solo por el momento y después, conseguiría algunos contactos para que nos sacaran del país. Conforme mi plan se encajaba entre sí, mi emoción aumentaba con la misma velocidad. Podía hacerse, claro que si.

Juntos...

-Entonces lo sabías.

Le dirijo la mirada al escucharla.

-Betthany, ¿qué haces despierta? Te golpeaste la cabeza, lo mejor será que descanses.

Podría jurar que jamás me había mirado de esa manera. Estaba más que furiosa.

-Escuché todo.- su voz se atenúa

Me muevo con cuidado y trato de acercarme. Recibiendo que ella retroceda. Oh, Dios.

-¿Por qué?- me pregunta

Sus ojos están llenos de lágrimas, pero su mirada es de desagrado. Todos mis planes, mis sueños, todo se vio derrumbado en un parpadeo. Esta Betthany no era la misma que planeaba escapar conmigo, la que me daba besos desprevenidos, la que me sonreía con un profundo cariño, la que me pidió que durmiera con ella para abrazarla. No, esta Betthany era todo lo contrario.

No, por favor...





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