🥀Capítulo 18

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Respiro profundo.

Cuando una situación me traspasaba, como lo había hecho esta, simplemente respiraba. Porque no podía pensar bien las cosas si no lo hacía, hondamente. No quería volver a prisión, de eso estaba segura. Pero, lo ultimo que deseaba, era ver a Jacob o a Mantwayer. ¿Por qué no podía estár sola? En cualquier sitio, pero sola. Lejos de todo y de todos. Los recuerdos con Alessandro no me habían dejado tranquila, ni siquiera todo el tiempo que lo creí muerto. Pero Jacob, oh, él si que dolía de una manera distinta. No podía amarlos a los dos, eso fue lo que dijo. ¿Lo hacía? ¿O simplemente estaba confundida? Lo estaba, sin duda. Los quería a ambos, pero de diferentes maneras. Por primera vez, pienso en buscar a mi familia. Deben creer que me raptaron, o conociendo el modo de operación de la policía, pueden hacerles pretender que estoy muerta. Quiero que sepan que estoy bien, pero no sé donde encontrarlos. Jacob jamás me lo dijo.

-¡Betthany!

Me quedo quieta por un momento, y después volteo para hacer frente a Jacob. Se detiene al llegar a mí, observando para todos lados. Hago lo mismo. Olvidé que estaba siendo muy descuidada, al dejarme ver completamente, en cualquier momento podía llegar la policía.

-Deja de hacer estupideces y por favor, ven conmigo.- se acerca, tratando de tomar mi mano, pero lo evito.

-Basta, Jacob. Ya tomé mi decisión y quiero que la respetes.- pido.

Esa mirada extraña que había comenzado a mostrarme, hace unos minutos, volvió con más intensidad. Moví un poco la mandibula, para despejar toda la rigidez que estaba guardando. Sólo quiero seguir caminando. Sonrio, tratando de hacer lo mismo que antes y conseguir que se relaje, pero entonces, me sujeta con fuerza de la muñeca.

-No te voy a perder por tus boberías, Betthany. Mucho menos, después de saber que me amas.- protesta.- Así que ven conmigo.

Su arrebato me toma por sorpresa, pero me recupero enseguida. Control, Betthany. Sé que estamos muy tensos y las verdadedas que salieron a la luz, lo han empeorado todo. Pero no voy a permitir que me amenace o que siquiera intente lastimarme.

-Ya te dije que no, yo no pienso volver contigo.- me intento soltar de su agarre, pero ejerce más presión.

-¡Vas a venir conmigo quieras o no!

De un solo tirón, me arrastra un par de metros. ¿Qué demonios le sucede? Forcejeo con desesperación, todo se está tornando muy macabro y no me gusta. Por favor, Jacob, detente. Me sujeto al espejo de un auto y tiro de él, para que me mire. Quiero que se de cuenta de lo que me está haciendo.

-Si alguien te llega a ver...- sisea

-¡Todos nos miran, porque pareces un demente!- consigo que reaccione y me suelta.- Escuchame, tomé una decisión y una muy buena. No te quiero a ti, ni a Mantwayer cerca de mí. Necesito estar sola, y no me importa pasearme de basurero en basurero, hasta que mis ideas se aclaren. Así que, por favor vete.

-¿El amor por mí, se te ha ido?- me acorrala contra la puerta del vehiculo.

No, nunca.

-Vuelve a casa.- le ordeno.

-No voy a perderte.- niega.- Van a hacerte daño, Betthany. Ralph está buscándote y no quiero que te encuentre. Sólo quiero que estes a salvo. Me equivoque, pero es exactamente los mismo que tu hiciste por tu madre. Harías cualquier cosa por protegerla y ayudarla, yo haría eso y más, por ti. Siempre. Lamento muchísimo no haberte ahorrado sufrimiento y dejar que Hall te encerrara, pero no podía hacer nada en ese entonces…

-¿En ese entonces?- lo interrumpo.- ¿Hace cuanto tiempo, fue “en ese entonces”?

Se petrifica al escuchar mi pregunta. Puedo ver en su mirada, la confusión y el arrepentimiento. Era la misma mirada que Paul y Sean solían regalarme. Como si ellos supieran una broma sobre de mí. Una broma desalmada. Alexa también me veía de esa forma. Todos lo hacían. Pero ella, me daba pistas, o eso supongo. Sus preguntas, sobre por qué no había un juicio, la brutalidad con la que me trataban, lo silencioso que era todo sobre mí. Algo había mal.

-¿Qué es lo que no sé, eh?- ladeo la cabeza, sintiendome humillada.- ¿Qué más me ocultaste tu, y esas malditas ratas? ¡Dimelo!

Sabe que no tiene escapatoria, así que me lo dice.

-Todo fue un plan del Mayor; presionarte para que contaras todo. No estabas en prisión por ser culpable, sino para que detonaras y así, sacarte la información que se necesitaba, para hacer caer todo el imperio de Mantwayer y su hermana.

Injusticia. Habían sido tan, pero tan injustos conmigo, que las lagrimas derramadas jamas serian suficientes para mostrar el dolor que sentía.
Mis padres habían tenido que verme en esas circunstancias, ellos también eran víctimas. Los golpes, el miedo, las pérdidas, los traumas, el tiempo… todo había sido parte de su plan.
Jugar, jugar.
Fueron muchas semanas en ese hueco. Por Dios. Me cubro los oídos con las manos, para dejar de escucharlo. Nadie hizo nada para ayudarme. Estaba sola. Y el bebé… mi pobre bebé. Los había ayudado, para que ellos me ayudaran. Pero mi precio a pagar, fue mucho más alto que el de ellos.
Quería morirme. Deseaba tanto morir. Cuando los brazos de Jacob me envuelven, no puedo sentir más que asco.

-¡Déjame en paz!- bramo

Sin pensarlo lo golpeo en su entrepierna, haciendo que se derrumbe gimiendo del dolor. Mis nervios ya estaban tan desgastados, que no sentía nada. Me alejo lentamente de él y miro a todos lados, vigilando que no haya nadie.

-Lo lamento.- gimotea

-Sólo tranquilizate y vete a casa.- señalo su calle.- Y siendo sincera, espero no volver a verte.

Mi comentario vuelve a sacarlo de sus casillas.

-¡Vas a venir conmigo!- grita, furioso.

Me alejo más cuando veo que se intenta levantar. Consigue ponerse de pie, con algo de esfuerzo y sus ojos se han puesto oscuros. Pareciera que quiere matarme. Lo he perdido.

-Tienes dos malditos minutos para volver conmigo. Ni uno más.- su bisbiseo es hosco.

Mi pulso se dispara de manera inmediata. Su actitud se está poniendo violenta y eso no me está gustando. Todo parece indicar, que los arranques no quedaron en la preparatoria.

-Sabes que no lo voy a hacer.- objeto.

¡Tranquila, Betthany! Es Jacob, no me lastimaría, o no físicamente. ¿Cierto? Cuento hasta a tres y doy media vuelta, dispuesta a correr.

-¿Y tus padres, Betthany?

Un escalofrío me recorre completa, haciendo que las piernas comiencen a fallarme. Mis padres estaban a su cuidado, él sabe donde están. Es Jacob, no debería hacerme esto. Siento como pega su cuerpo a mi espalda y me presa con fuerza de la cintura. Su respiracion me provoca un sudor frío.

-Traté de hacerlo bien Betthany, pero no me dejaste otra opción. Así que ahora las cosas serán diferentes. Yo seré diferente.

Sus palabras, son un veneno que sé, me costará sacarme del sistema. Mi cuerpo me traiciona y lo golpeo con mi codo en sus costillas. Justo como él mismo me enseñó. Fuerte y seguro. Su quejido dura un segundo, porque se recomponé rápidamente, pero yo ya he comenzado a correr por toda la calle. Si me encontrara a la policía justo ahora, sería lo mejor. Sigo corriendo, sin mirar detrás de mí. Necesito encontrar un lugar en el que esté a salvo. Salgo a una Avenida y esquivo a unas cuántas personas, tratando de perderme entre ellas.

-¡Detengan a esa rubia!

Un chico me choca de frente, haciendo que ambos caigamos al piso. Forcejeo, tratando de zafarme de sus brazos, pero ya no me es posible. Jacob ya está aquí.

-¡No!- lloro

Lucho por quitarme al chico de encima, pero no lo consigo. Los brazos de Jacob sustituyen a los del otro imbécil.

-Te atrapé.

Fiel DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora