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Sara.

Carolina y Agustín se encontraban en la habitación de ella, abrazados, retomando sus respiraciones. Habían hecho el amor durante horas, ahora estaban descansando el uno sobre el otro. Ahí se dieron cuenta que se necesitaban, que no podían vivir el uno sin el otro.

—¿Estás feliz?—preguntó Agustín, acariciando el cabello de su chica.

—Muy.—ella se incorporó para mirar sus ojos—pero tenemos que hablar de Sara.

Agustín se tensó—te entiendo.

—Te voy a apoyar en esto.—soltó ella. Agustín se sorprendió, nunca pensó que ella lo bancaria en esto. Se dio cuenta que tenía la mejor mujer del mundo a su lado.

Agustín sonrió y sin darle a tiempo a Carolina, la beso con fuerza. Terminaron por abrazarse y se quedaron dormidos.

Las ocho y veintiocho. Agustín se despertó por el sonido de su móvil. Se incorporó, tratando de no despertar a Carolina que estaba sobre su pecho. Tenía tres llamadas perdidas y cinco mensajes de la misma persona: Sara. Se frotó unas cuentas veces los ojos para poder leer de lo que se trataba.

Nuevo mensaje de: Sara

¿Agus? ¿Estás ahí?

Nuevo mensaje de: Sara

¡Agustín! Necesito ayuda.

Nuevo mensaje de: Sara

Si no te importa tu hijo, dímelo.

Nuevo mensaje de: Sara

Ok, te entendí. ¿Estás con una chica es eso?

Nuevo mensaje de: Sara

No me llames más. Ya no te necesito, quédate con tu amiga.

Agustín rodó los ojos, cansado de esta situación. Miró a Carolina, a esa chica que tanto amaba y después miró su celular, del otro lado había la madre de su hijo que, lamentablemente, era Sara. Después de varios minutos quietos se decidió en llamar a Sara, su hijo no tenía la culpa de toda esta situación.

Llamo una vez pero ella no contesto, llamo una segunda vez pero nada. Dejo su teléfono y espero a que ella le dé signos de vida.

Al menos quince minutos después le llegó un mensaje, mejor dicho una foto.

Nuevo mensaje de: Sara

No quería dejarte sin novedades, ayer en la noche me sentí mal y fui al hospital

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No quería dejarte sin novedades, ayer en la noche me sentí mal y fui al hospital. Me hicieron un par de exámenes y vi por primera vez a nuestro hijo. Gracias por haber estado.

Agustín sonrió, no era el mejor momento pero ver a su hijo por primera vez le hizo probar una nueva sensación. Intento mirarlo atentamente pero todavía era muy chiquito.

Carolina abrió los ojos lentamente, vio a Agustín concentrado en su celular. El no había notado que ella estaba despierta. Ella continuó a admirarlo, hasta que el se dio cuenta que ella estaba despierta.

—Caro.—le hizo un beso en la comisura de los labios—¿amaneciste bien?

—Bien, gracias.—ella le sonrió y se incorporó—¿tú?

-Recibí una foto de mi hijo- el desbloqueo rápidamente el celular y lo mostró a Carolina.

Ella al principio se sintió mal por qué no era ella que cargaba el hijo de Agustín. Pero después se dio cuenta que el bebé no tenía culpa de nada, miró el celular y le regaló una sonrisa a Agustín—¿Sara te la mando?

—Si.—el se despeinó un poco—ella también me mando al menos cinco mensajes y me llamo un par de veces en la noche.

Carolina asintió para que el siguiera.

—Ella quería que vaya a verla pero como estaba contigo no había tocado el móvil.

—Bueno que te parece si vayamos a darnos una ducha y después vas a verla para que se quede tranquila.

—¿a darnos una ducha? con que ahora mi Carolina quiere tomar duchas conmigo.—el se acercó a ella para besarla.

—Tenemos que hacer economías.

—Me encanta hacer economías.—la tomó a los brazos y se dirigieron en la ducha donde se ducharon juntos, trocando risas, miradas. Eses momentos lo iban a guardar siempre en el corazón.

Después de eso, Agustín se despidió de Carolina diciéndole que pasaría a verla en la tarde. Fue a su casa y se cambió para después conducir hacia la casa de Sara.

El toco y ella abrió.

—Por fin.—exclamó ella.

—Al parecer está todo bien.

—Por suerte, el bebé está bien ahora yo, para nada.

—¿que tienes?—preguntó preocupado.

—El doctor dijo que no era nada así que..

El la interrumpió—Sara, la próxima vez quiero estar a la consulta.

—No hace falta. Tengo una amiga.

—No importa, yo soy el padre.

—No quiero.—ella empezó a enojarse, Agustín pensó que eran las emociones que sentían las mujeres embarazadas: siempre enojadas por algo.

—Después no digas que yo no estoy para el bebé.—el se levantó, dispuesto a irse.

—No no Agus, no te vayas. Te necesito. No dormí nada esta noche, ¿puedes al menos quedarte hasta que me duerma?

El no podía decir que no, para el bienestar de su bebé tenía que estar para ella.

El asintió y ella lo tomó de la mano llevándolo a su cuarto.

Ella se acostó a la cama y hizo una seña a Agustín para que el se ponga a su lado.

—No Sara, aceptó estar acá pero nada más.

Ella rodó los ojos para después cerrarlos.

Agustín espero a que ella esté en un sueño profundo para irse.

Al salir de la casa de Sara, llamo a Carolina.

—¿Bueno?—la voz dulce de su novia llegó a sus oídos de la mejor manera.

—Amor, ya me estoy yendo de la casa de Sara.

—Y ¿como está?—preguntó Carolina, de verdad a ella le importaba aunque ella sea quien sea.

—Un poco mejor, igual está enojada conmigo.

—Déjale tiempo.—a Agustín le encantaba que ella fuera así, tan comprehensiva.

—Ya te extraño.

—Yo mas.

—Creo que eso es imposible. Bueno Carolina, tengo que hacer un par de cosas antes de pasar por ti, te quiero, no lo olvides.

—Te quiero Agustín.

El colgó la llamada con una sonrisa en sus labios, se sentía feliz por haberse reconciliado con su chica.

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Sam🌸

Peligrosa | Aguslina (TERMINADA) (EN PLENA ADAPTACIÓN NUEVA, NO LA LEAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora