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Felices.

4 meses después.

Agustin y Carolina iban a la consulta para saber el sexo de su bebé. La morocha ya tenía una panza muy redonda, a Agustin le encantaba mirarla cuando caminaba y le encantaba tocar esa panzita.

Los dos estaban ansiosos por saber que iba a ser su bebé.

—Ay Agustin ya no aguanto más.

—Ya tranquila amor, ya falta poco.

Agustin tranquilizó a su futura mujer tocando su panza.

—Mira, ¡se está moviendo!—dijo emocionado Agustin.

—Es normal amor, reacciona a su papá.—Carolina acaricio la mejilla de Agustin.

—¿Señorita Kopelioff?—dijo la doctora.

Carolina y Agustin se levantaron y se dirigieron hacia la doctora.

—Pasen por favor.

La doctora instaló a Carolina y cuando por fin estaba todo listo, los futuros padres escucharon el corazón de su bebé.

—¿Ya se puede ver el sexo doctora?—preguntó entusiasmo Agustin, trataba de no largar a Carolina de la mano.

—Si, claro. Ya se lo digo.—la doctora movió el aparato sobre la panza de Carolina cuando por fin logró ver algo—Los felicito, están esperando una linda bebé.

—¡Es chica amor!—grito Agustin a su futura mujer como si ella no estuve a su lado desde el principio.

—Lo oí Agustin.—Carolina rio a carcajadas viendo como Agustin estaba feliz y el también—¿Esta todo bien con nuestra bebé?—sonrió para la doctora.

—Está perfecta, escuchen su corazoncito.

Al escuchar los latidos, Carolina miro a Agustín quien ya la estaba mirando y tenía los ojos brillantes tanto como Carolina. Se sonrieron, por fin estaban felices.

—Muchas gracias doctora.—dijo Carolina, se levantó con la ayuda de Agustín.

—No tienen preguntas, ¿sobre el bebé, el embarazo?

—No, está todo claro, muchas gracias.—contestó la morocha.

—Gracias doctora.—dijo Agustin al salir.

—¡Ay amor estoy tan feliz!—exclamó Agustín abrazando a su novia por detrás.

—Tenemos que pensar en nombres ahora que sabemos que es un niña.—dijo Carolina subiéndose al auto.

—¿Y que tal Agustina, como yo?

—No, no Agustin, no va.—Carolina río a carcajadas.

—Si, creo que tienes razón. ¡Hey no te burlas!—Carolina acaricio la mejilla de su futuro esposo.

—¡Ya sé!—exclamó Carolina—¿y si la llamamos Nina?

Los dos se miraron y pensaron, sonaba bien.

—¿Nina? ¡Nina es perfecto amor!—Carolina estaba feliz que le guste la idea.

—Entonces, mi amor—tocó su panza y habló con su hija que estaba adentro—vas a llamarte Nina.

2 meses después

—Ay chicas no me gusta.—exclamó Carolina cuando Malena, Valentina y Katja le mostraron un vestido azul un poco largo porque ahora no entraba en nada con su panza.

—¿Y este?—un vestido rojo con flores.

—No va, voy a parecer enorme.

Las tres se rieron y Carolina las miro sería.

—¿De que se ríen?

—Me recuerdas a mí cuando estaba embarazada de Simón.

El recuerdo vino en su mente, Valentina casi lloraba por no encontrar un vestido o al menos una blusa para ella. Al mismo tiempo, su panza estaba enorme.

—No puedo más chicas.—Carolina se sentó en una de las bancas que había en el centro comercial.

—¡Está panza está enorme! Te entiendo.—exclamó Katja.

—¿Como está Nina?—preguntó Malena.

—La semana pasada tuvimos una consulta y nos dijeron que era pequeñita, Agustín lloro cuando la doctora nos mostró las piernitas y los dedos.

—Estoy muy feliz por ustedes.—dijo Valentina sentándose al lado de su amiga.

—Lo merecen mucho, después de todo lo que pasaron.—dijo ahora la pelirroja.

—¿Vieron eso?

Carolina señalaba una tienda con muchos chocolates, se levantó con la ayuda de Valentina.

—Quiero unos cuantos.—dijo Carolina, sus amigas se rieron y llevaron a Carolina a la tienda, se compraron unos chocolates y se fueron a sentar.

—Chicas—dijo Malena, todas nos volteamos hacia ella—tengo algo que decirle.

—¿Otro bebé?—exclamó Katja.

—No, no. Todavía no.

—¿Entonces?—preguntó Carolina después de haber terminado de comer su quinto chocolate.

—Gaston me propuso matrimonio.

—¿Enserio? ¡Que buena noticia!—exclamó Valentina.

—¡Ay, que emoción! ¿Y cuando sería?—preguntó Carolina.

—Después que la bebé nazca claro.—tocó la panza de Carolina.—Y todavía no sabemos. Todavía no organizamos nada.

—Como te entiendo. Con Agustín tampoco preparamos nada, con el embarazo. Dejamos de pensar en el matrimonio.

—¡Que lindo! Mis amigas casándose, una teniendo una hija...

—¿Y yo?—exclamó Katja.

—A vos te adoro.—beso la mejilla de Katja.

Las cuatro rieron a carcajadas.

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Sam🌸 

Peligrosa | Aguslina (TERMINADA) (EN PLENA ADAPTACIÓN NUEVA, NO LA LEAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora