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Nina.

2 meses después.

—Agustín, me puedes ayudar a cerrar mi vestido.

El morocho se levantó luego que vio a su novia bajar las escaleras.

—¿Estas bien?—tocó la panza de Carolina.

—Un poco mareada, pero bien.—sonrió para su novio. Lo beso y lo miro.—¿Vos estas bien?

—Si, emocionado. Estoy emocionado por la llegada de la niña.

—Y yo.—los dos miraron a la panza de Carolina que ahora era enorme.

—¡Uy! Creo que Nina nos escucho.—Carolina recibió una patada.—¡Ay! ¿Otra hija?—ahora la morocha se preguntaba si no eran contracciones.

—¿Caro, amor? ¿Que pasa?—dijo Agustin al ver la cara de su amada.

—Me duele, creo que...llego el momento.

Agustín abrió los ojos y se sorprendió. Ayudó a Carolina a sentarse en el sillón en cuanto iba a buscar la maleta para la maternidad.

—¡Ya está todo listo!—Agustín tomó a Carolina de un lado y por otra iba la maleta.

—Ay Agustin...despacio...me duele mucho.—se quejó Carolina.

—Si, si claro—dijo un Agustín preocupado.

Al fin llego a su auto y condujo hacia el hospital.

Carolina no paraba de quejarse tocándose la panza con fuerza.

Agustín la miro preocupado, no sabía que hacer para calmar a su amada.

Llegaron muy rápido al hospital. Al entrar Agustin grito para que los ayuden.

Sentaron a Carolina en una silla de ruedas fueron hacia toda prisa por un cuarto.

Lograron calmar a la morocha que se encontraba acostada en una cama con una blusa de hospital.

—¿Estas mejor mi amor?—preguntó Agustin acariciando la frente de Carolina.

—Si, no te preocupes.

—Descansa un poco.

—No—ella intentó sentarse con la ayuda de Agustín—ya quiero que nazca.

—Carolina, ahora es cuestión de horas.—sonrió Agustín para su novia.

Ella también sonrió y tocó su panza con fuerza cuando sintió una contracción.

Cuatro horas después, Carolina estaba gritando de todas sus fuerzas y Agustin le acariciaba la frente. Estuvo siempre a su lado.

—¡Una más por favor, ya casi está acá!—dijo la partera.

—¡Vamos mi amor! Ya casi nuestra niña está acá.

Carolina gritó de todas sus fuerzas y después de una hora de grande dolor, la bebé estaba llorando sobre el pecho de su mamá.

—Mi amor...Agustin...mira...—Carolina hablo mientras recuperaba su respiración poco a poco.

Los dos estaban llorando, no lo podían creer, Nina estaba acá con ellos.

—Mi amor, fuiste tan valiente. Te amo.—le susurro Agustín a su Carolina.

—Te amo.

Volvieron a mirar a su hija quien tenía los ojitos cerrados y lloraba a toda fuerza. Los dos sonrieron.

—¿Me acompaña señor? Se la devolvemos en unos minutitos.

Una puericultura tomó a Nina en sus brazos y la llevó en una sala para hacerle los primeros cuidados.

Peligrosa | Aguslina (TERMINADA) (EN PLENA ADAPTACIÓN NUEVA, NO LA LEAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora