Prólogo

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Dinastía Han, año 202 A.C

Era la misma esencia, la misma sonrisa, la misma mirada...distinto cuerpo, distinto tono de voz, diferente altura y cabello fuera de mis recuerdos, sin embargo era ella, la mujer que algún día prometí volver a encontrar  con su aroma a primavera y la gentileza de un ángel.

Me sentí conmovido cuando volteó de repente y su mirada por fin se cruzó con la mía. La había esperado por tanto tiempo, que incluso supuse que moriría antes de volver a encontrarle, sin embargo  a unos metros de mí con una expresión cálida, me observaba detenidamente.  Estaba quieta en medio del puente, mientras las flores de los  cerezos volaban alrededor nuestro siendo la inequívoca  señal del universo que nos volvía a reencontrar luego de tantas vidas. 

Mi respiración se acelero, podía sentir que el nerviosismo nos rodeaba, y fue el punto culmine cuando  todo terminó en un profundo silencio.

-  Has vuelto por mí- musitó sonriendo-te he esperado por mucho tiempo-dijo acariciando mi          rostro.

- Pero al fin te he encontrado- tome su mano- te he buscado por cada rincón de este planeta, incluso en las estrellas de la infinidad de la noche, en el canto de los ruiseñores, en las miradas dulces de los ángeles y al final de este largo recorrido sostengo la mano que siempre me perteneció, incluso en la muerte de la vidas pasadas...

- Destinados a volver por la eternidad...mi amado...

Sus besos, cómo olvidar sus besos

- La calidez de sus besos, mi amada, no podrían compararse con ninguno de esta tierra...


Las manos entrelazadas, nuestra respiración agitada, y la búsqueda terminada en un beso eterno. Incluso ahora que la observó en la vejez misma, con mis latidos disminuidos, le prometo en el lecho de muerte "Te buscare...te buscare incluso si me pierdo en las miradas ajenas, en las incontables vidas, en la tristeza de la próxima vida, aun así te buscare y no descansaré hasta volver a besar tus labios". La mirada del adiós y entre murmullos responde con su último aliento "Y yo...yo te esperare en todas las vidas posibles..."

El viaje retoma su curso y la vida se marcha del cuerpo. Cierro mis ojos y espero el nuevo comienzo, la nueva escena que nos tocará vivir, el reencuentro en el momento, hora, minuto y segundo exacto, donde las almas volverán a reencontrarse una y otra vez...

Hilo DoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora