VII

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Año 2017. Osaka, Japón.

El sentimiento por Jimin crecía cada día más y sentía verdaderamente que el lazo que nos unía se fortalecía con cada mirada y beso que nos dábamos. Incluso los miembros del grupo se impresionaban de nuestra buena dinámica y como habíamos sorteado las dificultades que alguna vez pudieron complicarnos.

- Son increíbles chicos- nos molestaba Hope riendo- hace un par de años estaban a punto de matarse y ahora parecen que son los mejores amigos del mundo.

- Eso se llama amor de hermanos- contestaba Jimin siguiéndoles la corriente- Suga es un gran sujeto, nos llevamos de maravilla.

Lo cierto era que los dos hacíamos una buena pareja, una excelente dupla y unos buenos compañeros de vida. Sí, definitivamente amaba a Jimin con todas mis fuerzas.

Los conciertos, las giras e incluso las fiestas a las que debíamos asistir por obligación, solo eran una coartada para permanecer juntos, porque cada tarde luego de finalizar nuestras tareas salíamos a caminar y nos refugiábamos en el silencio de la noche para disfrutar aún más de nuestra compañía. Él solía relatarme las locuras que le decían las fans y como Tae, Kook y Jin alardeaban de tener el fandom más grande dentro del grupo, una locura sin importancia para mí, aun así, prestaba toda mi atención para no perderme ni un solo segundo de lo que deseaba contarme.

Una tarde mientras caminábamos, Jimin se detuvo y se quedó un largo rato mirando a la luna, como si hubiese recordado algo repentinamente.

- ¿Qué sucede? ¿Estás bien? - me acerque

- Tengo una extraña sensación- frunció el ceño- no me había percatado jamás de lo misterioso que resulta ser todo esto.

- ¿A qué te refieres?

- ¿Recuerdas aquella vez en la que Hope nos contó sobre los cambios que habían tenido Tae y Kook?

- Sí, pero eso qué tiene que ver con nosotros.

- Pues, Kook luego de que chocará contigo y tú cayeras, él me dijo que recobrarías la conciencia y la memoria- agregó mirándome- y luego Tae comenzó actuar muy extraño conmigo, no me ha dejado solo ni un minuto, de hecho, sospecho de que nos esté siguiendo ahora.

- No seas ridículo- sonreí- ellos son nuestros hermanos ¿o no?

- Aun así, dudo de ellos.

- ¿Por qué estas pensado en eso justo ahora?

- Porque tengo un mal presentimiento- me abrazo- hace dos noches he revivido una escena horripilante donde tres hombres nos mataban...no recuerdo sus nombres ni sus caras, solo sé que eran hombres.

- Debes estar tranquilo- contesté besando su frente- te protegeré con mi vida si es necesario.

- Tengo miedo, Suga...temo por los dos.

Suspire hondamente y trate de calmarlo. Tiritaba como un niño pequeño que buscaba desesperadamente a su madre luego de ver una película de horror. Caminamos lentamente hasta llegar al hotel donde nos estábamos hospedando y lo llevé directo a la habitación donde permanecí a su lado hasta que finalmente se durmió.

Su intuición siempre era certera y confiaba en sus palabras, pero también tenía mis dudas con respecto a lo que pasaba con Kook, ya que él era el menor de los miembros y siempre había sido travieso, por eso no sospechaba de aquel empujón que me dio aquella vez, llegué a creer que fue una suerte de broma que terminó mal.

Me recosté unos minutos junto a Jimin y traté de volver a memorias antiguas para buscar alguna pista que pudiese relacionar los eventos de esta época con las anteriores.

Hilo DoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora