¡No seré tu princesa! | Universo compartido #1|

capitulo13 "Esto será interesante"

El enorme portón de hierro negro se abrió para dejar pasar el carruaje. Ahí, un gran jardín nos recibió con un bello paisaje de las flora típica de Bodemía, un camino de piedra y arbustos nos abría el paso, nos conducía hacia el castillo, una contrucción entre unos 5 y 6 metros de alto, con dos pares de torres al frente y atrás (estás eran de 7 u 8 metros), las paredes estaban pintadas de un amarillo y eran cubiertas de grandes ventanales, en la entrada se encontraban unos 7 escalones que le abrían paso a dos puertas de madera de roble, en las escaleras de la entrada había guardias custodiando el camino, al igual que en el portón.

El carruaje llegó al frente de los escalones donde se detuvo, un hombre vestido con una elegante túnica en colores naranjas y violetas nos abrió la puerta, haciéndose aún lado para ayudar a bajar al príncipe y después a mí.

Cuando mis pies tocaron el piso, el hombre le dió mi mano a Keelan quien volvió a hacer lo mismo que en el muelle, el carruaje desaparecio de mi lado, para evitar ni huida hacia los caballos.

Tragué saliva mientras caminabamos al interior, dos guardias nos abrieron la puerta de la entrada para dejarnos a entrar.

Está se cerró a nuestras espaldas, causando que los nervios se apoderen de mi sistema y me quieran impulsar a correr por mi vida, aspire una buena bocanada de aire para tratar de calmar a mi nervioso corazón. Observaba todo a mi alrededor mientras avanzamos.

Nos encontrábamos en un pasillo lleno de esculturas a cada lado, la cerámica parecía echa especialmente para el lugar (lo cual no dudo), unos candelabros colgaban por la amplia longitud. Casi llegando a la pared final donde se dividirá en dos pasillos, había una especie de mesa con una pequeña fuente que tenía a dos mujeres semidesnudas y pegado a sus espaldas, un poste que llegaba casi hasta el techo.

Doblamos el pasillo de la derecha y caminamos por un pasillo repleto de cuadros de reyes y reinas de cada lado de las paredes, es lo único que se me hace familiar de todo el lugar. Al llegar al final del pasillo unos 4 escalones, a cada lado de estos se encontraban decorados con la flor de la nación (la flor ausmería, tiene tonos desde el rojo al el fuccia que crece en lugares de temperaturas altas, o en las orillas de los volcanes).

Subimos los escalones y quedamos parados en frente de las puertas que sellaban nuestro camino del cuarto.

Keelan se giró hacia mí y me miró– Vamos a entrar a la sala del trono, van a presentarte con la nobleza y nos vamos a sentar aún lado de mis padres, luego te guiaran a tu cuarto donde mi madre te presentará a tus damas de compañía, quienes te ayudarán a cambiarte para el banquete de hoy, en honor a nuestro compromiso.– hizo una pausa y desvió sus ojos de los míos para mirar a la puerta– Trata de no hablar mucho, la cena será a las 22:00 en punto, pasare por tu cuarto a buscarte, más te vale estar lista.

Iba a responderle, pero las puertas se abrieron lentamente de par en par, dejando que todas las personas dentro de la sala se quedarán callados y mirarán donde nos encontrábamos. Keelan dió unos pasos obligándome a seguirlo y paro lo suficientemente lejos de las puertas para que se cerraran.

La sala quedó en silencio, nadie hablaba ni se movía, todos nos miraban. Más bien, me miraban, me analizaban, mi corazón latía tan rápido que me parece que con el silencio se podía oír por todo el cuarto.

Deje de mirar a las personas hacia ambos lados, y centre mi vista al frente, pegados a la pared habían dos tronos de oro con unos almohadones rojos, tenían un tamaño considerablemente grandes, en estos estaban sentados el rey y la reina.

Sentado en la izquierda se encontraba el Rey Deo, quien no había cambiado mucho en estos años en los que estuve ausente, su cabello negro presentaba algunas canas y tenía una corona de oro con algunas joyas incrustadas que la hacia ver muy majestuosa, su rostro presentaba algunas arrugas visibles y sus ojos marrones eran iguales de fríos desde que tengo memoria.