Capitulo 18 "buscando aliados" parte 2

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KEELAN
Desperté a causa de la luz del sol que dio de lleno en mi rostro. Parpadee varias veces para acostumbrarme a la claridad del cuarto. Me incorpore, hice a un lado la manta y me levante del sofá.

Estire ambos brazos para acomodar los huesos de mi espalda y cuello, en lo que caminaba al baño. Extrañaba la cama de mi antiguo cuarto, era cómoda y suave a diferencia de este sofá que era, aunque espacioso, duro e incómodo.

Termine de asearme y me adentre al armario a vestirme, una vez listo, volví al cuarto, al pasar junto a la cama, mis orbes se desviaron a esta, haciendo que la imagen que proyectaba me detuviera de golpe.

En esta, se encontraba la gloriosa imagen de mi esposa dormida. Su cuerpo se encontraba en la mitad de la cama, boca abajo con una de las almohadas en posición vertical cubriendo su cabeza, cuello y parte del pecho. Su mano izquierda estaba debajo de esta y la derecha doblada por encima del suave material a centímetros de su rostro con delicadeza. Su pierna izquierda estaba estirada y enredada con la sabana y manta y la derecha flexionada hacia su pecho. Su largo cabello cubrían su espalda y cama, con algunos mechones cayendo sobre su delicado rostro. Respiraba con calma, proyectando su belleza sin el menor esfuerzo, era sumamente hermosa, como una ninfa, no, como una diosa.

Sin poder controlar mis pensamientos ni mi cuerpo, me senté al borde de la cama y mi mano se dirigió a su semblante, retire los mechones de cabello pasándolos detrás de su oreja y acaricie su mejilla con delicadeza. Un escalofrió recorrió mi espina dorsal cuando mis dedos hicieron contacto con su suave piel.

Involuntariamente una fina sonrisa se instaló en mi rostro mientras le proporcionaba suaves caricias a mi esposa, su rostro aun inconsciente en la tierra de los sueños, demostraba satisfacción ante mi acción.

Se ve tan hermosa.

El sonido de la puerta siendo abierta, logro que saliera de mis pensamientos, mas sin embargo, no reaccione a tiempo siendo atrapado con las manos en la masa. Gire mi cabeza en dirección a la entrada, encontrándome con la sorprendida mirada de mi madre, miro mi mano, luego a la azabache y por ultimo a mí, logrando que una sonrisa cargada de ternura se tornara en su rostro. Me hizo una seña de que me esperaría afuera y volvió a cerrar la puerta.

Lance un suspiro, sintiendo mis mejillas arder y volví a mirar a la hermosa mujer.

—¿Qué me estás haciendo, florecilla? — susurre para mí mismo, me incline y bese su frente con delicadeza, tome la manta y la arrope de manera correcta.

Me incorpore y camine a la puerta tomando varias respiraciones para calmar mi corazón y así bajar el rojo de mis mejillas para poder enfrentar a mi progenitora, una vez logrado mi objetivo, me concentre en mantener mi rostro sin expresión y salí del cuarto, mi madre se encontraba mirándome con una enorme sonrisa en su rostro, vi un ademan de hablar, pero la interrumpí.  

—Ni una palabra madre, discreción, por favor.— dije con voz neutral, como siempre.

—Me hace tan feliz, haber visto que en realidad te importa ella.— sonrió ignorando mi pedido, di media vuelta para dirigirme al salón de tronos, sabiendo que venía junto a mí—Sabía que era la indicada para derretir el frio muro que tu padre se encargó de construir mi niño, yo...— no deje que se hiciera ideas.

—Ella no derrumbo nada madre, no estoy "enamorado" de ella ni nada, solo siento una gran atracción sexual a su persona— los guardias aliados, abrieron la puerta haciendo una ligera reverencia— No voy a negarte que es hermosa, madre, pero no siento nada por ella, sacaste de contexto lo que viste, estaba quitando su cabello del rostro y cubriéndola con la manta, solo eso.

¡No seré tu princesa! | Universo compartido #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora