Capítulo XVII

1.5K 205 115
                                    

(El meme del multimedia aplica en mi cada que actualizo 😂😂😂😂💜)

^^^^^
|>!<|

Después de registrar mí entrada al turno volví a mis actividades normales, revisé que todo estuviera bajo control con mis pacientes, revisé papeleo y también pasé un poco de tiempo con los niños.

─Ni siquiera puedo verte a la cara. ─ Samantha no dejaba de presentarse frente a mí para reírse.

─Vamos supéralo, tienes más de veinticinco años, no tiene nada de malo. ─Ella acomodaba carpetas con tranquilidad mientras yo no podía con la vergüenza

─Pero que yo ni siquiera hablé de eso chica, tú simplemente lo insinuaste. ─Pude ver como trataba de contener una risa. ─Ahora ni siquiera quiero ir a mi oficina, no quiero que te hagas esas ideas raras en tu cabeza. ─ Su mirada se fijó en mí por un momento y luego volvió a las carpetas

─Supongo que tendrás que ir a tu oficina ahora. ─Soltó una pequeña risa. ─Porque tu chico acaba de llegar. ─Tomó las carpetas acomodadas en sus manos. ─Solo no hagan mucho ruido, por favor. ─

─ ¡Sam! ─

─Oh, hola Guillermo, ¿cómo va todo? ─Pude sentir la presencia detrás de mí, giré sobre mis pies y ahí se encontraba el chico que me tenía un poco el mundo de cabeza. Solo un poco.

─Muy bien, ¿Y contigo? ─ Él me miraba a mí aunque hablara con Samantha. Cuando nuestras miradas se cruzaron me sonrió.

─Muy bien, tu chico ya se volvió a acostumbrar al ritmo de trabajo. ─La sonrisa que anteriormente estuvo mostrando ahora dejaba ver sus dientes.

─Eso es bueno. ─Levantó una pequeña mochila frente a mí. ─Traje el almuerzo. ─

─Gracias, realmente hace hambre a esta hora. ─

─Entonces, ¿vamos a tu oficina? ─ Acomodó la mochila en su hombro. Samantha me observó con esa sonrisa burlona

─No. ─ Maldición. ─Quiero decir... está un poco sucia yo- . ─ Se escuchó una corta risa por parte de Samantha. Maldición. ─ No me refiero a eso, yo no...─ Mi cerebro no estaba trabajando rápidamente, ni siquiera pensaba completamente lo que decía.

─Tranquilo, entiendo oficina no, ¿hay otro lugar donde podamos hacerlo? ─ La risa de Samantha. Por favor. Ni siquiera lo disimuló. Mi cerebro ya no funcionaba.

─Pueden ir a las mesas que hay en el jardín chicos, solo abríguense bien. ─Acomodó mejor las carpetas sobre sus brazos y pasó por detrás de mí. ─ Cuídense. ─ Y sí, escuché su risa. Guillermo me observó después de que Samantha se fuera.

─Me gusta el color que tiene tu rostro en este momento. Rojito. ─No lo había notado pero, ¿por qué había que señalarlo? Solo sentía más caliente el rostro.

─Eso pasa cuando las terminaciones nerviosas y los vasos sanguíneos que hay en nuestra piel se dilatan y el ritmo cardiaco se acelera. ─ Guillermo rió. Yo ni siquiera sé por qué empecé a decir aquello. Se acercó a mí y dejó un dulce beso sobre mi mejilla.

─Entonces es porque estás nervioso...─Su mano acarició un poco mi cabello. Esto no estaba ayudando. ─ Debería escribir "ponerlo nervioso" como regla general. ─Se alejó solo un poco. ─ ¿Debería hacerlo todos los días? ─ ¿Acaso él...?─ ¿Entonces dónde podemos comer? ─ Su sonrisa, sus ojos, sus mejillas...

─Podemos ir a mi oficina. ─ ¿Cuál era la excusa que había dado? ─ Yo encenderé la calefacción. ─ Él rió un poco y me siguió por el pasillo hasta mi oficina, entramos y se sentó en una de las sillas frente a escritorio para después acomodar algunos recipientes sobre el escritorio.

Dr. De Luque  {WIGETTA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora