Capítulo XXV

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Moría de vergüenza, nada salía de mi boca. Pero es que, ¿qué se supone que diga? Debí arrojarlos a la basura o algo así, pero ¿cómo terminaron en el suelo? Yo los había dejado en mi pantalón y ese mismo estaba en el cesto de ropa sucia así que, ¿cómo termina...

─Maldición. ─Mi celular. Cuando había sacado mi celular por el mensaje de Samantha debieron caerse.

─Wow. ─ Guillermo reía. ─Nunca te había escuchado maldecir. ─

─Discúlpame, estoy muy avergonzado justo ahora. ─No encontraba un lugar en donde meter la cabeza. Quería esconderme hasta desaparecer.

─Tranquilo. ─ Reía. ─Okay, aunque no lo parezca, el que te avergüences me hace sentir avergonzado a mí, me haces quedar como un pervertido. ─Ni siquiera quería mirarlo a la cara. ─Es solo que, encontré esto en el suelo y luego tú te duchaste y si atas cables, no sería el único que lo pensaría. ─

─Lo siento, no quiero que pienses que yo... Es solo que Simon. ─No hallaba cómo explicarme.

─Tranquilo. ─Sonreía. ─Vamos a olvidarnos de esto. ─

─Gracias. ─ Seguimos comiendo sin hablar, esta vez no me sentía cómodo, aún estaba avergonzado y Guillermo se veía tan calmado.

Terminamos de comer y comenzamos a limpiar. Yo tomé los platos y hui a la cocina. Cuando regresé a la sala Guillermo estaba de pie junto al sofá.

─Me iré a casa, así puedes ir a dormir ya.─

─Oh, creí que te quedarías. ─ Mala idea.

─No quiero tentar a mi suerte. ─Vergüenza. Mucha vergüenza. Quise golpear mi cabeza con la pared. ─Estoy bromeando. ─ Él reía mientras yo tenía esta lucha interna. ─ Mañana vendré por ti en la mañana. ─

─Mañana mi turno comienza a las tres de la tarde, puedes venir a comer si quieres o podemos ir a comer a algún lugar si lo prefieres. ─Lo meditó por unos segundos

─ ¿Harás una comida deliciosa? ─ Me hizo reír.

─Lo intentaré, guapo. ─ Le di un guiño. ERROR.

─ ¿Me estás seduciendo? ─ Ahí estaba de nuevo. Mi cabeza contra la pared.

─ ¿Pero por qué me haces esto a mí? ─Él reía.

─Mañana me avisas a qué hora puedo venir entonces. ─ Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. ─Te quiero. ─Este chico sabía cómo ponerme nervioso, pero también sabe cómo desaparecer todo eso de mí. Sonreí.

─Yo también te quiero. ─Esta vez me acerqué yo y dejé un beso sobre sus labios.

─Nos vemos mañana. ─Se alejó de mí un poco y después me dio otro pequeño beso. ─ Ve a descansar, me iré ahora. ─ Se separó por completo y tomó su celular de la mesa. ─Adiós doctor. ─ Caminó lejos de mi hasta salir por la puerta principal. Me senté en el sofá y después tomé mí móvil de la pequeña mesa junto a mí. Iba a mandar un mensaje a Samantha pero preferí llamarla.

─ ¿Hola? ─Después de esperar unos segundos en la línea ella respondió mi llamada.

─Voy a matarlos. ─

─ ¿Samuel? ─

─Los mataré, a ambos. ─

─ ¿No deberías estar en tu camita, con tu novio? ─Y continúa...

─Soy doctor, yo mismo haré la autopsia, diré que fue muerte natural. ─Podía escucharla reír. ─Sam...─

─ ¿Qué pasa, por qué estás planeando nuestra muerte? ─Seguía riendo

Dr. De Luque  {WIGETTA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora