Doctor Who: Goëtia la solitaria incomprendida

John Smith

"Bien, yo nunca he escrito un diario, bueno, no se ni si se le podría llamar diario, supongo que si... No pretendo ocultar ningún secreto entre estas paginas por el momento en blanco, tampoco pretendo escribir sobre todos mis sentimientos y emociones los cuales niego sentir ante los ojos de la humanidad, la única razón por la que escribo esto es para investigar sobre el hombre de la cabina azul.

El... ¿Como diablos hace desaparecer y aparecer la cabina? ¿Por que me sigue? ¿Quiere matarme? No, no quiere matarme, si esas fueran sus intenciones ya me habría matado en el río. Es raro, cuando le vi aparte de maravillarme sentí algo.... algo familiar en el. No lo entiendo, no lo he visto en toda mi vida pero hay algo que nos une, algo que no puedo recordar, algo borrado de mi memoria.

Estoy aquí, sentada en un banco solitario cerca de donde vi por primera vez la caja de policía, me siento idiota por esperar que aparezca de nuevo, y mas idiota me siento por haberme quedado aquí durante toda la noche. Los demás adolescentes ya se dirigen hacia el instituto, no creo que quede mucho para que suene el timbre... todos me miran al pasar pero yo los ignoro, la música ayuda bastante, pero cuando estas escuchando "Paint it Black" como hago yo ahora, aparte de sentirte como un espectro te dan ganas de, como dice la canción, pintarlo absolutamente todo de negro, no mas colores, solo negro. En un mundo pintado de negro nadie puede verte ni tu puedes ver a nadie, nadie te critica y tu no puedes repugnarte por lo que te rodea. Si, estas solo en toda esa oscuridad, pero es una soledad placentera, tal vez la muerte sea algo parecido. Mi adorada "Paint it Black, la canción que representa a mi vida"

El timbre del instituto MAC sonó, Goëtia se levantó del asiento con desganas, la verdad es que no le apetecía nada entrar en aquel lugar ¿Acaso a alguien le apetecía? Igualmente era su obligación. Esperó a que la puerta se despejara un poco y entró con la vista fijada hacia delante, subió los siete pisos y se adentró en su aula. Le ponía terriblemente nerviosa tener que hacer eso todos los días, era como un bucle sin fin, nada en su rutina cambiaba.

Esta vez la profesora no se había atrasado, estaba ya escribiendo en la pizarra las lecciones que tocaban aquel día, eran un tostonazo, los demás ya habían encendido sus ordenadores, la gran mayoría estaban jugando o viendo imágenes de algo que Goëtia prefería no mencionar, ni siquiera pensarlo. Ella sacó sus apuntes y se preparó para copiar, una vez mas el muchacho al que todos llamaban Kiwi le dirigió otro de sus patéticos insultos a Goëtia, esta vez lo ignoró, no tenía ganas de jaleo.

La profesora empezó a hablar sobre los sistemas encargados de la digestión, era uno de los temas mas aburridos de Biología, prefería el tema de las células, siguió copiando con cara de aburrimiento hasta que le pareció que la clase se quedaba si luz, miró por la ventana creyendo que nubes negras cubrían el sol y el cielo entero, pero no era eso, era un eclipse, a Goëtia le extrañó pues ella estaba al tanto de los eclipses y aquel día no tocaba ninguno. En el aula se hizo un silencio ensordecedor, Goëtia miró hacia todos los lados, buscando algún sonido algún movimiento, pero todos estaban callados, con los ojos muy abiertos y mirando hacia delante, la profesora estaba igual.

Unos golpes se escucharon en la puerta del aula, alguien llamaba, todos menos la joven giraron la cabeza hacia la puerta con un movimiento en seco sin siquiera cerrar los ojos, la profesora se sacudió cual perro mojado por la lluvia y pareció volver a la "normalidad".

-Oh, debe de ser el inspector, dijo que vendría a esta hora - dijo la profesora mientras se acercaba a la puerta

La abrió y entonces...

-Oh dios! - dijo Goëtia sin poder evitarlo

Se tapó la boca al instante, no daba crédito a lo que veían sus ojos, el corazón se le aceleró y empezó a sudar, intentó mantener la calma.

-Este es el inspector John Smith, tendréis que quedaros un momento con el, debo ir a hacer una cosa. Si no le importa...

-Oh, no no, puede irse, yo vigilaré a los chavales

La profesora asintió y se marchó casi corriendo, parecía enfadada. El tal John Smith pasó entre los pupitres con los brazos cruzados tras la espalda, Goëtia lo contemplaba, era el desconocido del río, ahora estaba mas que segura de que el la seguía. El inspector se apoyó en la pared al lado de la pizarra y dirigió la mirada hacia cada uno de los alumnos, seguían inmóviles, sin pestañear, sin dejar escapar un solo suspiro, John Smith habló.

-Biología he? - dijo mientras miraba los apuntes de la pizarra - Todo eso debe aburriros... Que me decís sobre el Sistema Solar? - prosiguió paseándose por el aula - Venus, Marte, Jupiter, Saturno... No, vayamos mas lejos, mas allá de la Vía Láctea, acaso conocéis un muy lejano planeta llamado Gernot?

Al escuchar esa palabra los alumnos se estremecieron totalmente sincronizados, Goëtia observaba aquella escena, perpleja y aterrorizada, no entendía nada de lo que sucedía, ni siquiera entendía de lo que hablaba John Smith.

-Oh, ya me parecía a mi... ¿Y que pasa con El Gato lúgubre?

Los alumnos se levantaron de sus asientos y empezaron a hablar a coro, como si recitaran versos oscuros.

-El Gato lúgubre pide un sacrificio, el gato lúgubre pide sangre, sangre con la que pintara de rojo el camino entre las estrellas y el tiempo, el nos hará volar de nuevo como antaño hizo, pero solo cuando la sangre de miles y miles tiña de escarlata un planeta primitivo. Antaño escrito, por siempre prometido.

John Smith comenzó a andar hacia atrás, los alumnos se acercaban lentamente a el sin dejar de clavarle la mirada, siguió así, despacio, hasta llegar al pupitre de Goëtia, la tomó de la mano sin siquiera mirarla, la joven le dejó hacer, no sabía la razón, pero confiaba en el.

-Levántate muy despacio, procura evitar cualquier movimiento brusco - susurró el inspector

Goëtia siguió sus instrucciones sin soltarle la mano, se dirigieron hacia la puerta aun en marcha atrás, ya casi tenían a los adolescentes encima, uno de ellos acercó el brazo hacia Goëtia, era el joven Kiwi, sus ojos eran ahora como los de los gatos y sus uñas se habían tornado largas garras.

-Corre! - gritó John Smith

Se giraron y corrieron hacia la puerta, el joven consiguió alcanzar a Goëtia con las garras haciéndole un corte en el brazo, en aquel momento no le importó, estaba demasiado ocupada huyendo del lugar. Salieron de aula, el inspector se detuvo para cerrar la puerta, de su bolsillo sacó un extraño cacharro el cual acercó a la cerradura mientras apretaba un botón, el cacharro empezó a hacer ruido mientras se le encendía una luz verdosa.

-Que es eso? - preguntó Goëtia con la respiración acelerada

-Un destornillador sónico, nos dará algo de tiempo. Vamos, hay que salir de aquí.

Corrieron de nuevo ahora por los pasillos, en su carrera un ser como los de la clase se cruzó en su camino, era la profesora, sin dudarlo John Smith utilizó el destornillador apuntando a la cara de lo que antes era una mujer completamente normal, cayó al suelo dejando el paso libre, siguieron un rato mas hasta que decidieron esconderse en una esquina, Goëtia aprovechó para recuperar el aliento, dirigió la mirada a John Smith.

-Se puede saber quien eres!? - preguntó la joven limpiándose el sudor de la cara

-Jo soy El Doctor.

-¿El Doctor? ¿Doctor quien?

John Smith esbozó una sonrisa casi imperceptible al escuchar aquella pregunta.

-Solo El Doctor, nada mas. ¿Tu nombre es...?

-Goëtia. ¿Que esta pasando aquí? ¿que les ha pasado a los demás?

El Doctor colocó el dedo en sus labios pidiendo silencio, Goëtia no preguntó nada mas y aguardó a que El Doctor hiciese algo. Se escuchaban pasos desde todas las direcciones, les estaban rodeando.

Goëtia empezó a marearse, de repente le costaba mantenerse en pie y los sonidos se volvían distantes, sin previo aviso cayó al suelo con la vista nublada.

-Do... Doctor... - susurró desde el suelo

Lo ultimo que pudo distinguir fue al Doctor agachado junto a ella amenazando a aquellos seres con el destornillador sónico, entonces, todo se volvió oscuridad y.... silenció...