Si juegas con fuego...

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Para @Love_Bongiovi espero que te guste...

-¿a dónde vas? – su voz me desencaja y me detengo justo en frente de la puerta.

-no lo sé, a una fiesta quizás– respondo irónica a la vez que volteaba para verlo.

Llevaba algunas semanas viviendo con Jon por pedido de papá.

-¿pero a dónde? – me mira divertido. Disfrutando el siempre fastidiarme.

-Tienes ¿cuánto? ¿Unos 30- 33 años? Deberías madurar – respondo con sonrisa irónica para abrir la puerta.

Pero él es más rápido y llega a mí cerrando la puerta y encerrándome entre él y la puerta.

-ni se te ocurra, tú papá probablemente me asesinara si sabe que he dejado salir a su hijita a alguna fiesta en esta ciudad – responde cerca de mis labios.

-qué pena – sonrío irónica – pero me asegurare de llevarte flores a tu velorio – susurro en su oído mordiendo ligeramente su lóbulo.

Sentí a Jon sonreír y su cuerpo tensarse. Disfrutaba mucho de esto.

Cuando papá insistió en que me quedará en la casa de Jon no lo pensé dos veces. Vivir con una estrella de rock siempre era algo bueno, además no negaremos lo guapo que es esté hombre. Claro, eso pensaba hasta que lo conocí realmente. Siempre tan responsable y ordenado con todo. Más aún cuando se trataba de cuidarme. ¡Parecía mi puto padre! Aunque... disfrutaba el ponerlo nervioso. Disfrutaba de aquel coqueteo entre ambos.

***
Adoraba el siempre molestarla, el ver como sus ojos me asesinaban con diversión, disfrutaba de sus respuestas irónicas y de sus sonrisitas indescifrables. Más aún disfrutaba el verla distraída, mordiendo su labio, comiendo algo, o simplemente el verla bajar con aquel pijama que provocaba de todo en mí menos cosas buenas.

Me levante del sofá para preguntar a donde iba. Fernanda en aquella simple falda negra de cuero con botones, y holgada y transparente blusa, era lo mejor que había visto en mi vida. Siempre veía a chicas extremadamente producidas para una fiesta, el look de ella era simple pero con un toque de sensualidad que sólo ella podría aportar. Su blusa con aquellos coquetos botones desabrochados era una trampa mortal. Quería a esta mujer como un loco, ya no podía seguir soportando el siempre verla y nunca poder recorrer mis dedos por su piel desnuda. Haberla visto en la mañana con sólo unos jeans, toalla amarrada en su cabello y brazier negro sólo hacia más difícil el frenar mis deseos por esta chica.

Subo mis dedos rozando desde sus manos hasta sus hombros lentamente.

***
Sus dedos queman, este hombre sabía muy bien cómo quemar mi piel, cómo producirme escalofríos.

-no desabroches ningún botón más – susurra en mi oído mientras sus ligeros dedos abrochan los botones de mi blusa y roza mi piel descaradamente. Me cuesta tragar. Maldito Jon -- ¿a dónde iras? – pregunta con una sonrisa cuando ha abrochado todos los botones de mi blusa.

-no lo sé, a alguna fiesta– respondo mirándolo directamente a sus ojos. – a la casa de uno de los chicos quizás. Así que no podrás llegar allí – sonrío cuando mis labios han rozado sus labios.

-a las 11 en casa, Fernanda – dice separándose de golpe produciendo que sienta un vacío rápidamente.

-como digas – respondo saliendo.

Ambos sabíamos muy bien que no llegaría a esa hora. Nadie se iba a esa hora de una fiesta.

***

Living in sin/ One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora