Ducha

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Abrió la puerta de la amplia y grande casa. No se encontraban los más "pequeños" Bongiovis y en cierta medida lo agradecía, sólo quería ducharse para luego dejarse caer sobre la cama y  enrollarse como una oruga. Quería estar en silencio y olvidar el mal examen que había dado. 

¿En qué momento se te ocurrió sacar un Doctorado, Catalina? Se reprochó mentalmente cuando se había sacado los zapatos y chaqueta, y se dejaba caer sobre la cama.

 Suspiró resignada, tanto estudio para dar bote en un prueba donde lo único bueno que podría tener era su nombre. Definitivamente dos exámenes en un mismo día habían acabado con toda su energía. Más aun el último. El que más había preparado, el peor en el que le fue. 

Apretó sus ojos. Quería llorar... por el cansancio, por la frustración. Porque sólo quería llamar a Jon y que viniera a casa y susurrara que no importaba, que seguro le había ido bien, que debía estar tranquila, y que entre besos y abrazos sacara todo su mal ánimo y la hiciera sonreír. 

Sonrió negando. El peliplatado había sido el único que había logrado sacar su lado más enamoradizo, que hasta ella se burlaba de si misma por aquello. 

Estaba quedándose dormida cuando la puerta se abrió. 

[...]

Bongiovi sonrió al verla estirada en la cama. Y como tal quinceañero, se lanzó sobre la morena, sin aplastarla, para depositar un cálido beso sobre sus labios. 

-¿Todo bien? - preguntó con su ceño fruncido. La conocía a la perfección.

La morena abrió lentamente sus ojos, y aunque quiso sonreír, su sonrisa estuvo lejos de ser la que él conocía. 

-Si. Sólo cansada - pasó sus manos por el pecho de él. -¿Tú día qué tal? - pasó una mano por el peliplateado cabello de él que tan loca la volvia. 

-Okey - se levantó, quitándose de encima de ella y volteando en dirección de la puerta. Provocando extrañeza en ella.

-¿Crees qué no te conozco? - volteó divertido para volver a posarse sobre ella. Esta vez con sus brazos a los costados de la cabeza de su novia y así mirarla fijamente. 

Cata sonrió y humedeció sus labios para luego suspirar. Jon la miró con atención, dejando que se tomara su tiempo para responder. 

-¿Crees que es estúpido querer llorar? - preguntó con una mueca acariciando los brazos del cano. 

-¿tan mal te fue? - la miró con ternura. 

-Pésimo - suspiro - sería fantástico que dieran algún puntaje por poner el nombre correctamente- pronunció en tono divertido. 

Jon rió y rozó su nariz con la de ella. Se llevaban por 23 años pero lo supo desde que la conoció que aquella chica estaba destinada para él. Porque lo complementaba como no espero volver a sentirlo con ninguna mujer más.

-¿Que tal si nos vamos a duchar? 

No había otra intención, ni tono seductor en su voz. Sólo quería hacer que su chica se relajase. 

Cata sonrió. 

-Por favor - dejó un corto beso sobre sus labios. 

Jon sonrió sobre sus labios. - Vamos - la tomó por el trasero. Levantándose con la piernas de la morocha enredadas en su cintura. 

-Puedes bajarme - pronunció divertida cuando habían llegado a la ducha. 

-No quiero - mordió su mentón con suavidad. 

La morena rió - ¿Entonces nos duchamos con ropa? - lo miró divertida. Sintiendo como su mal humor y tristeza desaparecían cada segundo junto al ex rubio. 

Living in sin/ One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora