Capitulo 17

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Mientras nuestra protagonista disfrutaba de su momento a solas con el animago en su habitación, en el otro lado del castillo, específicamente en el Gran Comedor el Trio Dorado escuchaba como por decimoquinta vez el relato exagerado de el rubio platinado, Draco Malfoy sobre lo ocurrido en la clase de cuidado de criaturas mágicas.

-Te duele mucho Draco?-pudieron escuchar como le decía una de su pandilla, Pansy Parkinson preocupada

-A veces, pero tuve suerte la señora Pomfrey dice que pude perder el brazo, y es muy posible que no pueda hacer ninguna tarea durante semanas-respondió este con una mueca de dolor, en gran parte fingida, mirando su brazo vendado

-Escuchen a ese idiota, si que exagera las cosas-dijo un Ron enojado mirando a Malfoy con el seño fruncido

-Al menos Hagrid sigue aquí-rescato Harry mirando a la misma dirección que Ron

-Si pero el papa de Draco esta furioso-comento Hermione mirando al igual que los demás al rubio- No va a dejar las cosas así-finalizo pero su conversación fue interrumpida por un Seamus que venia corriendo con el periódico en mano

-Lo vieron lo vieron-repitió corriendo hasta la mesa de Gryffindor-vieron a Sirius Black no muy lejos de aquí.

-No vendrá a Hogwarts ¿o si?-pregunto Neville asustado

-Hay dementores por todas las entradas-trato de rescatar un chico

-¿Dementores? ya los pudo engañar antes-dijo Seamus

-Cierto Black podría entrar, detener a Black es como detener la lluvia con las manos-dijo otro chico haciendo que Harry lo mirara, preocupado de lo que pudiera pasar si Black venia a por el.

Estos griffyndor estaban ajenos a lo pasaba en otra parte del castillo, justamente la habitación de nuestra protagonista, Caroline jugaba con su "perro" mientras este trataba de llamar su atención, pero esta en aquel momento se encontraba pensando en otra cosa, la clase de adivinación de aquella mañana, quien fuera aquel chico estaba segura de que no lo conocía, pero eso no significa que no lo conocería en un futuro, ya que aquel chico de la clase de adivinación se encontraba con ella en aquella habitación.

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La noche llego, entonces decidí que cumpliría del todo mi promesa y cenaría con Sirius para obtener el descanso que necesito, aquella clase con Hagrid me había dejado agotada mentalmente, mientras junto a mi se encontraba Canuto quien comía feliz de su plato de pasta, lo mismo que había pedido para mi. Una vez que terminamos de comer fuimos ambos a la cama, aunque trataba de obligar a Sirius a que durmiera en otra parte este se negaba rotundamente, para luego acostarse junto a mi en la cama y lamerme las mejillas.

Su compañía estos días había sido totalmente genial, este trataba de hacerme divertir en cada momento, y claramente llamar mi atención muchas veces al día, lo cual empiezo a pensar que es raro, pero luego recuerdo que aquellos años en el que estuvo solo en Askaban. No quiero pensar en lo que debe de haber sufrido, por lo menos en aquel momento de encontraba junto a ella.

El sueño no parecía llegar para ninguno de los dos, entonces decido hablar con Canuto.

-Canuto-dije dándome vuelta para que este me responda con un ladrido-quería decirte que aunque no entiendas nada de lo que te digo, que desde hace tiempo necesitaba de un compaña como la tuya ¿entiendes?-pregunté para que este luego ladrara en respuesta.-antes de conocer este mundo era tratada como la rarita de la escuela, sólo por ser diferente, sin que ni siquiera me conocieran, pero luego vine aquí y las cosas han mejorado demasiado, y también cambiado claro, antes me sentía un fenómeno, alguien que no merecía la amistad y amor de otra persona, pero personas como tu hacen la diferencia. Te quiero canuto-dije para luego abrazarlo del cuello sin darme cuenta de que por mis mejillas caían lágrimas que fueron limpiadas por las lamidas de este mientras caía en brazos de morfeo

Aunque nuestra protagonista no lo dijera, tenía el deseo de que el se quedara junto a ella para siempre. Mientras Canuto pensaba en como a ella, que lo había ayudado le hubieran pasado cosas tan malas, al igual que este estaba convencido de que la chica que está a su lado era totalmente especial.

Mientras en la cabeza de Lillian esta estaba teniendo un sueño demasiado raro.

Corría a través de los pasillos en Hogwarts, pero mi visión estaba en una niña. Esta iba corriendo mientras se reía sin razón, mirando hacia atrás como si alguien me estuviera persiguiendo, pero al volver la vista al frente es sorprendida por unos brazos que la alzan.

-Te atrape Caro-dice un chico demasiado atractivo, pelo medio-largo, ojos grises, y pelo azulado.

-No es justo-dice la pequeña aun en brazos del chico, con el ceño fruncido

-Nada es justo en la vida Dumbledore-responde el chico, pero lo que me sorprende es que la niña se llame y se apellide como yo.

Tardó en reaccionar, esa niña soy yo, al igual que el chico se adapta a las características que me dijo la profesora de adivinación. Pero de alguna forma estoy segura que mi madre y mi abuelo trataron de ocultarlo por una razón y la iba a descubrir. 

Caroline DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora