Capitulo 4

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Londres, Jueves 29 de junio del 2015, 20:26 pm.

Una vez que salí de la casa de Lillian volví a la mía para esperar junto a mi madre a que vinieran a buscarme. Con ella somos muy unidas, por lo que en esta despedida era lo más seguro de que abría lágrimas.

-Oh mama-dije una vez que la vi llorando-vendré para las vacaciones lo prometo. Estará todo bien. Además, puedes ir cuando quieras-dije cosa que hizo que se tranquilizara para luego abrazarla-te quiero mama

-Yo también mi niña-dijo para luego secarse las lágrimas con un pañuelo-Ah casi se me olvida, tomaras clases privadas de magia-la iba a interrumpir-y no me preguntes es algo que lo dijo tu abuelo-dijo a lo que asentí emocionada podría hacer magia por mí misma.

-Ok mama-la abrase de nuevo y tocaron la puerta o más bien "golpearon con una fuerza descomunal" la puerta y fuimos las dos a abrir para encontrarnos con un semi-gigante fuera. Hagrid.

-Hagrid-dijo mi mama feliz abrazando al semi-gigante. Esta media más de 2 metros, estaba prácticamente oculto por una larga maraña de pelo y una barba salvaje, pero podían verse sus ojos, brillando como escarabajos negros.

-Marian, la última vez que te vi eras más pequeña-dijo el semi-gigante devolviéndole el abrazo-y ahora estas más...-es interrumpido por mi madre

-Vieja, ya lo se Hagrid los años no vienen solos, vienen acompañados-contesto mi madre con melancolía en su voz

-Ya basta mama-la interrumpí- soy Caroline, un gusto Hagrid-dije extendiendo mi mano aún más emocionada

-El gusto es todo mío señorita Dumbledore-dijo estrechándola cosa que me emociono aún mas

-Nada de señorita tengo 16 años, llámame Caroline- dije sonriendo hacia el

-Algunas cosas jamás cambian no Marian, tu hija se parece a ti cuando tenías 16 años-comento Hagrid sonriendo a mi madre

-Si recuerdo mucho esos años tan gloriosos-dijo mi madre nuevamente con voz melancólica -Bien deben irse-dijo mi mama después de recuperarse, para volver a abrazarme.

-Si mama yo también te extrañare-dije para devolverle su abrazo, luego se despidió de Hagrid de la misma manera.

-Cuiden a mi hija, es un gran tesoro-dijo mi madre al borde de las lagrimas

-Créeme la cuidaremos de lo mejor-respondió Hagrid, para luego guiarme hacia una motocicleta en la que el había venido, una vez arriba salude a mi madre.

-Tengan cuidado con las pobres aves-grito mi madre haciéndome reír.

Una vez que despegamos del suelo, no lo podía creer. Se podía ver completamente Londres desde acá arriba.

- ¿Vamos a Hogwarts?-pregunte emocionada

-Aun no, debemos hacer una parada primero. Para entregarle su carta a Harry Potter. El chico parece no estar recibiéndolas. Y no me sorprende, por los muggles con quien vive-dijo con una cara de resignación

-Ni me lo digas Hagrid, algunos muggles tienen la mentalidad demasiado cerrada con respecto a la magia-dije imaginándome que tan insoportables debían ser los Dursley. - ¿Y dónde está?-pregunto mirando a Hagrid, que parece no saber a dónde ir

-No lose-dice parando en un lugar bastante alejado mirando lo que parece ser su ubicación-

-Ni que estuviera en una casa arriba de una roca rodeada por mar-dije para reírme junto con Hagrid

-Tiene el mismo sentido de humor que tu abuelo-dijo para seguir el camino, para encontrarnos con la ubicación de Harry.

Y este como antes había bromeado estaba en una casa arriba de una roca rodeada por el mar.

-Le atinaste-me dijo Hagrid mirándome con curiosidad

-Realmente estaba bromeando Hagrid-dije viendo la casa en muy mal estado-por casualidad tendrás una varita-este me miro extrañado-para defensa propia-dije este pareció pensarlo, pero luego de su chaqueta saco una varita entregándomela

-Solo en caso de emergencia-me ordeno, haciéndome asentir

Este, de un momento a otro tiro abajo la puerta, produciendo un gran ruido

Primero entro Hagrid, luego yo y este mismo levanto la puerta poniéndola en su lugar original. Al entrar pude ver a Vermon Dursley y atrás a Petunia el primero estaba apuntando a Hagrid con la escopeta, pero cuando entre cambio de objetivo, ahora me apuntaba a mí. Yo como reflejo levante la varita, aunque nunca en mi vida había hecho magia.

Mientras me acercaba a Harry disimuladamente, Hagrid al ver que me apuntaba fue hacia Vermon y torció la escopeta hacia arriba.

-Nunca apuntes a Caroline Dumbledore, Dursley-dijo con voz que daría miedo hasta al mismísimo Voldemort

-Hola Harry-salude y este me miro confundido.

Harry era pequeño y muy flaco para su edad, su pelo era azabache, detrás del flequillo ocultaba la cicatriz en forma de rayo y tenía los ojos verdes brillantes como los de Lillian

-Wow Harry cuanto has crecido-dijo Hagrid a Dudley

Este era exactamente como lo describía Harry en el primer libro citándolo "un cerdo con peluca" casi se me sale una carcajada al recordar cuando leí esa parte

-Hagrid no creo que él sea Harry-dije apuntando a Dudley aguantando la risa-por su cicatriz, se podría decir que es el-dije apuntando a Harry

-Oh-dijo viniendo hacia nosotros contento- Feliz cumpleaños Harry-dijo dándole el paquete-talvez este algo deforme por el viaje-Harry abrió el paquete dejando ver un paste que decía "Feliz cumpleaños Harry"

-Gracias-dijo este aun sin comprender

-No todos los días se cumplen 11 años ¿o sí? -dijo Hagrid sonriendo sentándose en el sofá delante de la chimenea y con su paraguas mágico hizo aparecer unas llamas para calentar el lugar, Harry lo miro impresionado mientras los Dusleys se miraban entre sí con expresiones de miedo y preocupación. Yo mientras miraba a Vernon y Petunia.

El primero tenía cabello negro, y era tan regordete como su propio hijo y la segunda era rubia y tenía el cuello largo como para "poder espiar a los vecinos" como había dicho J.K Rowling en el primer libro.

-Disculpen, pero ¿quiénes son ustedes? -pregunto Harry llamándome la atención, al igual que a Hagrid. 

Caroline DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora