Capitulo 36

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No paso mucho tiempo hasta que ocurrió el juicio de Sirius, por mi parte conté todo lo que sabia, claramente saltándome el tema de los libros, quería hacer lo posible para que Black recuperara su libertad y luego... PUF... desaparecer. Realmente anhelaba aquello. Y así, tal cual, cumplí mi plan excepto por algo o mejor dicho alguien.

-Caro-oí que me llamaban de lejos, era la voz de Sirius la que me hizo parar

-Gracias por eso-dijo refiriéndose a mi defensa mirándome

-No es nada, eres hombre libre, espero que lo disfrutes-dije dando mi sonrisa falsa para largarme de allí

-Espera-dijo haciéndome dar la vuelta pero fuimos interrumpidos

-Sirius-dijo una mujer, esta me sonaba demasiado familiar-Oh y princesa-dijo viéndome para yo reconocerla, la arpía del pasillo de Hogwarts de cuando era pequeña

-Supongo que tienen demasiado que hablar-dije sarcásticamente- Oh y... señora espero que su día sea tan agradable como usted-dije para darme la vuelta y sentir la risa de Black.

De alguna forma me sentía liberada, pero por otro lado seguía dolida. ¿Porque esa mujer había venido hacia nosotros? . ¿Sirius la seguirá viendo ahora que es libre?. Dejé de pensar aquello, debía concentrarme. Ya había terminado mis estudios, ahora debería empezar con mis prácticas de auror. Seguramente eso sería lo mejor que me pasaría en el año. Mí carrera como auror.

Ya no viviría en Hogwarts, sino que volvería, talvez, a mi antiguo hogar con mi madre, y por ello el talvez, quiero independizarme de alguna manera. Pero decirle eso a mi madre seria igual que caer en un agujero negro, sin salida. Aunque ella no lo admitiera estaba asustada por mi seguridad, y eso se le notaba a kilómetros aunque quisiera disimularlo.

No sé por qué, pero el deseo de libertad se hacía cada vez más amplio cada día.

Llegue a mi casa, todo en aquel lugar seguía igual, incluso mi habitación. No podía creer lo mucho que había cambiado en solo 3 años. Tres hermosos años me repetí por dentro. "Mas el ultimo" me dijo mi conciencia haciéndome borrar la sonrisa de mis labios.

No quería recordarlo, si lo hacia enloquecería. Y no tenia tiempo para ello.

-¿Hija?-escuche a mi madre detrás de la puerta

-Si-le conteste

-Era para saber si estas bien-dijo mientras sentía como se alejaba de aquel lugar. Definitivamente debía salir de este lugar de alguna manera. Justó en aquel instante sonó mi teléfono

-¿Lillian?-pregunte apenas atendí

-Si soy yo, me debes una explicación-dijo haciendo referencia a la pelea con Black-habla, porque sino lo matare sin justificación-dijo para yo suspirar

-Discutimos, unas noches antes, fue luego de enterarme de mi pasado, el me ofreció hacerme unos masajes y...-dije pero fui interrumpida

-¿Lo hiciste?-pregunto

-Claro que no-dije rápido-el quería, pero yo no-

-¿Por eso nada mas?

-¿Qué no es lo suficientemente malo?

-Caro lo que hicieran o no, es natural-dijo del otro lado

-Ya lo se, es mas yo debería decírtelo a ti-dije sonriendo

-Fue solo eso-pregunto con tono de duda

-Si-susurre

-¿Por qué no lo...-decía pero la interrumpí

-No estas entendiendo, yo no quiero ser una mas de la lista-dije rápidamente

-No creo que lo seas-se justifico

-Ah no, lo tendrías que haber visto cuando la arpía se nos acerco luego del juicio-dije con furia en mi voz

-¿Arpía?-pregunto riéndose

-Una señora con la que estuvo en sus años de Hogwarts-respondí rápidamente

-¿Y que sucedió?-pregunto con curiosidad

-Yo-conteste suavemente

-Oh eso lo explica todo-se justifico nuevamente

-Eso no justifica nada Lily, hablamos luego antes de que mi madre lance hechizos protectores por toda la casa-dije viendo hacia la puerta

-¿Paranoia?-pregunto riéndose

-Peor sobreprotectora-susurre para por el otro lado reír-adiós-me despedí colgando

-¿Con quien estabas hablando?-pregunto mi mama abriendo mi puerta

-Con Lillian quería saber como estaba-dije sonriéndole para ella suspirar

-Ya va a estar la cena-dijo saliendo de mi habitación para yo ir por atrás y luego sentarme en la mesa frente de ella

-La comida esta deliciosa-dije para romper el silencio incomodo

-No podrás estudiar para ser auror-dijo de la nada

-¿Qué?-grite levantándome

-Carol...-iba a decir pero la interrumpí

-No mama, pase todos estos años estudiando para convertirme en aurora y porque ahora las cosas estén peligrosas no hare a un lado mis planes-dije furiosa-antes muerta que sin poder defenderme madre-respondí para levantarme de aquel lugar

-¿A dónde vas?-pregunto viendo que me ponía mi chaqueta.

-A un lugar lejos de tu paranoia-conteste furiosa para salir de allí dando un portazo

Comencé a caminar, sin saber hacia donde ir. Mi casa estaba cercana al centro de Londres por lo que si quería pasar desapercibida ese era el mejor lugar. Por lo menos, si mi madre salía a buscarme no encontrarme. Al caminar me cruce con demasiados muggles estos realmente se veían feliz, trate de recordar lo feliz que era antes de conocer el mundo mágico, pero esos recuerdos eran realmente pocos. Él mundo mágico me había cambiado, ya no era una chica ingenua, y en los últimos años había aprendido a defenderme y defender, sobre todo, lo que amo.

Decidí sentarme en el primer parque que cruce, en este se podían observar como los niños jugaban felices con otros. Alguno que otro lograba sacarme una sonrisa, hasta que recordé la discusión que había tenido con mi madre. Dé un momento a otro sentí, como por mis mejillas se deslizaba una lagrima tras otra. Todos mis planes estaban arruinados. Me limpie las lagrimas rápidamente para que nadie me viera así, me esforcé en dibujar en mi cara una sonrisa pero esta desapareció al darme cuenta que estaba siendo observada por dos pares de ojos, Sirius Black y Remus Lupin.

Caroline DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora