Caroline Dumbledore

Capitulo 6

En camino hacia Hogwarts, 31 de julio del 2015, 00:47 am

Hagrid y yo al salir de la cabaña, fuimos en camino al caldero chorreante. Ya que como Hagrid no se podía aparecer, teníamos que usar la chimenea y viajar mediante polvos flu hacia Hogwarts.

Aparecimos en la oficina de Dumbledore. No sé porque lo llamo por su apellido, si es mi abuelo.

Al salir pude observarla mejor, esta parecía ser una gran biblioteca, con artefactos mágicos, el pensadero, y un hermoso fénix arriba de su base. La oficina no estaba vacía, pues detrás del escritorio que estaba en el centro, unos ojos color celestes (idénticos a los que vi en mi sueño) ocultos por lentes de medialuna, me observaban, este era Albus Dumbledore, mi abuelo, con un periódico del profeta en mano, parecía estar leyéndolo hasta que aparecimos.

Él tenía una larga barba, que seguramente le llegaría a la cadera y claramente llevaba puesto lo parecían ser sus habituales túnicas, esta vez era de un color morado, este era la copia exacta de lo que había visto en mis recuerdos.

-Oh Hagrid, Caroline bienvenida-dijo este con la mirada fija en el periódico-es un placer conocerte-dijo aun detrás del periódico, sin la intención de soltarlo todavía.

-El placer es todo mío señor-respondí con cortesía, mientras caminaba hacia el fénix y lo acariciaba mirándolo asombrada

-Una hermosa criatura ¿no crees? -pregunto observado la como lo acariciaba

-Si muy hermosa-dije admirando el fénix una vez más sonriendo

-Hagrid ya puedes retirarte-dijo y Hagrid salió, no sin antes despedirse-parece que le agradas-dijo dejando un lado el periódico. viendo como el fawkes se dejaba acariciar.

-Parece que si-dije y lo miré para luego sentarme al frente de su escritorio

-Debes de tener muchas preguntas ¿no? -dijo mirándome a través de sus lentes

-Si demasiadas-dije con cansancio

-Dímelas- pidió mirándome con curiosidad.

- ¿Porque mama nunca me dijo de todo esto? -pregunte con gran curiosidad aun

-Te contare una historia ¿sí? -asentí-hace algunos años en aquellos tiempos oscuros se creó La Orden Del Fénix en donde todos sus integrantes estaban en contra de el-qu..-lo interrumpí.

-Voldemort-dije firme y este me miro sorprendido, aunque el mismo había dicho lo mismo antes-"Temerle al nombre solo agranda al temor del hombre"-lo cite y lo vi asentir

-Bueno contra Voldemort, uno de esos miembros traiciono a unos de sus mejores amigos diciéndole a Voldemort el lugar en donde se escondía y no solo eso sino también que mato a muchas personas entre ella a otro de sus amigos. Este hombre ahora esta tras rejas en Askaban-finalizo mirándome

-Pero... ¿qué tiene que ver Sirius Black con él porque no me contaron sobre esto? -pregunte con curiosidad

-Pues el no solo hizo todo aquello, sino que también le informo a Voldemort que había una profecía sobre ti ¿y creo que ya sabes lo que dice cierto? -me pregunto

-No puede ser cierto-dije sin aun poder creérmelo-no tengo nada de especial abuelo-dije y se le ilumino la cara por lo último-nunca hice magia accidental siquiera-dije cabizbaja

-Eso tiene una buena explicación -respondió y levante la cabeza con cara de confusión-tu madre te hacia hechizos obliate cada vez que hacías magia accidental o cuando ocurría cualquier tipo de magia -respondió y me quede asombrada

-No puedo creer que me lo hayan ocultado tanto tiempo-dije decepcionada de ella

-Fue por tu bien-respondió Dumbledore mirándome- ¿alguna otra pregunta? -me pregunto, pero respondí negando, ante esto él se levantó y fue hacia la puerta-Bien, te mostrare en donde te quedaras-dijo haciéndome levantar y seguirlo a través de los pasillos.

Me limite a estar todo el camino en silencio, aunque todo en mi alrededor me sorprendiera. Nos cruzamos en el camino con algunos fantasmas, estos miraban muy pocos disimulados y chismeaban entre ellos, cosa que me pareció incomoda. Él se detuvo frente a un retrato de una niña muy bonita.

-Esta es la puerta de tu habitación y la contraseña para entrar se la debes poner tu-dijo mirándome, pero no estaba de ánimos para pensar en alguna y ni siquiera para hablar entonces asentí- ¿te sientes bien? -me pregunto preocupado por el por qué no había dicho palabra.

-Ya se me pasara. Es demasiado para procesar- finalice mirándolo un poco cansada

-Entiendo, te dejo sola, que descanses-se despidió

-Tu igual-respondí para luego entrar en lo que sería mi habitación mientras estuviera aquí.

Al entrar se podía observar una gran sala iluminada por la luz de la luna que entraba por una gran ventana, con sillones y un escritorio, al pasar por otra puerta pude ver una gran cama un tocador un balcón con vista al sauce boxeador y otras dos puertas una que iba hacia el baño y otra un armario. Todo parecía ser demasiado cómodo. Por lo que decidí no desempacar aun y dormirme. Aun no estaba consciente de las locuras que viviré los próximos años. Pero de algo que si estaba segura era que todo eso era real.