Parte 4: La esperanza

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Por muchos días llenos de soledad incluyendo la desesperación; mis ganas de salir adelante con una sonrisa fingida ya no tenía muchos recursos para hacerse realidad. Sin embargo, la vida no es muy justa para seguir intentando siendo un simple ser humano enamorado de la ilusión que ha mantenido vivo ese deseo lleno de esperanza para solo hallar la felicidad.

No dormía, sólo me quedaba viendo por la ventana hacia la calle. Se me hacía muy difícil dejar de pensar en sus ojos; realmente era una tortura el simple hecho de ni si quiera saber de ella.

Después de seis meses donde mi apariencia no era muy convincente y ya mi barba estaba demasiado gruesa; comencé a escribir muchas cosas, entre ellas, un poema lleno de dolor. Allí plasme cada pensamiento, bueno o malo que me arropaba y calentaba aquellos miedos los cuales siempre se impartieron desde el día que la conocí.

Me cree nuevas ilusiones al recibir un mensaje suyo en donde decía — estoy bien, tranquilo no te preocupes. — Mis ojos brillaron y sólo era por sus cortas y suaves palabras. Le dije muy emocionado — ¡Gracias a Dios! que estás bien mi hermosa. Me moría de ganas por saber de ti.

Allí se creo un minuto en donde mi imaginación se elevó a el recuerdo donde mi único propósito era ser feliz. Creí en mí para volver a un estado mental sano; la verdad jamás me importó servir de un buen oyente para aquellas personas que se sentían solas y con ganas de ser escuchadas sin recibir un ataque de indolencia sentimental.

Por ahora solo puedo decir que sigo con la misma esperanza desde hace tantos meses, donde sólo mi objetivo es lograr estar en su vida como el hombre que le ama y adora sin ninguna duda.

Sólo quiero vivir de esa esperanza y así ser feliz por el resto de mi vida junto con ella.

Mi primer amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora