12. Mala decisión.

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Me gustaba su espalda, en sí, me gustaba todo su cuerpo. Estaba tan bien formado, firme ¿Cómo podía ser tan sexy y atractivo? Rodeé con mis brazos su cintura abrazándole por la espalda, pude sentir como su abdomen se tensaban. Que sensación más placentera.

Y comencé a imaginarlo, sin nada molesto cubriendo su torso, con esos pantalones negros ajustando, bailando una de sus coreografías. Mordí mi labio, agradeciendo a mi cerebro por tales imágenes tan seductoras.

—Entonces ¿Nos vemos como siempre antes de que te vayas? — me sacó de mi fantasía y se giró para quedar frente a mí.

—Claro. —estaba sonriendo como una boba.

Pero entonces recordé a Steve. Demonios, sabía que no debía aceptarle ninguna invitación.

—No puedo. — dije decepcionada. No quería separarme de él. Y menos ahora que habíamos arreglado las cosas.

—¿Por qué?

—Bueno, Steve me llevará a casa. — hice un mohín al recordar la insistencia de éste. ChimChim frunció el ceño visiblemente enojado.

—¡¿Por qué?! — volvió a preguntar, esta vez de manera exigente.

—Me ha insistido tanto, me tenía tan agobiada y decidí decirle que sí. — rodó los ojos y pasó su mano por sus cabellos irritado.

—Oh entonces si cualquier persona te insiste, aceptas. — estaba molesto.

—Claro que no — ¡Ay no! esta conversación no iba por buen camino.

—Eso acabas de decirme.

—¿Qué estas reclamándome? ¿Que haya aceptado? ¿O porque es un desconocido? Además, eso pasó cuando ni si quiera me dirigías la palabra. — ¿Por qué se pone en ese estado? No entiendo su actitud.

—Haz lo que quieras. — me miró colérico y me dio la espalda caminando hacia la puerta.

—¿Qué te pasa? — le tomé el brazo.

Una sensación de miedo se apoderó de mí, no quería volver a estar mal con él. Sentía que cuando daba un paso hacia él acercándome, él daba dos retrocediendo.

—Nada — dijo secamente y movió su mano brusco haciendo que le soltase. Me dolieron los dedos, no sabía que me aferraba tanto a él —Haz lo que quieras. — repitió y salió del salón.


No entendí nada de lo sucedido, estaba tan confusa. Hable con Lily sobre eso. "Celos" fue su respuesta. Lo había pensado, pero honestamente dudaba que lo fueran. Había sido muy desconsiderada con él. Me confesó que era la primera vez que atravesaba por eso y yo seguía haciendo tonterías. Demonios también era nueva esto.

Sin embargo, tampoco era del todo mi culpa, él no me dirigía la palabra en esos días. Creía que había dado por terminado algo que, muy a mi pesar, ni si quiera había comenzado.

Por otra parte, no entendía cómo podía sentirse desconfiado. Es ¡Park Ji Min! Digo, nadie llegaba a sus talones, al menos para mí. Era como mi sol de todos los días. No había razón alguna para sentirse celoso. Pero también sabía que él no podía controlar ese sentimiento nuevo de los celos. Vaya, creo que nadie sabe cómo controlarlos.

Al salir del edificio miré a Steve, me dedicó una gran sonrisa, ya estaba listo para llevarme. Le saludé mecánicamente. Me preguntó si deseaba ir a algún otro lado, le dije que solo quería ir a casa porque estaba agotada, él accedió ligeramente decepcionado.

El trayecto fue tranquilo. Lo positivo de viajar en motocicleta es que no podemos hablar. Lo negativo es que, debes ir abrazando al conductor. Y esto último solo es desagradable si vas con alguien que no deseas.

—Llegamos reina. — ¿Reina? Me contuve para no rodar los ojos y hacer un mohín.

—Gracias Steve. — me bajé rápidamente del vehículo.

—Ha sido un verdadero placer. — sonrió de lado. Mire a otro lado.

—¿Cuál es tu apartamento? — miró hacia arriba examinando el gran edificio de condominios. Obvio NO se lo iba a decir.

—Muchas gracias Steve. — repetí. Él sonrió forzado.

Le dediqué una última sonrisa que más parecía una mueca y me giré para subir las escaleras.

Al abrir la puerta del apartamento sentí una mano en mi espalda empujándome bruscamente hacia adentro haciéndome tropezar y caer. Sentí caliente sobre mi brazo para despues pasar a un dolor agudo, había caído sobre él y mi rodilla. Traté de mirar quien estaba en la entrada, pero me costó un poco, tenía la mirada borrosa por el golpe que me había dado en el piso. Cuando por fin pude enfocar aquella silueta. Quedé petrificaba y comencé a temblar de miedo.

Steve tenía una sonrisa ladina en el rostro, apretaba los puños y respiraba entrecortadamente.

—Te haces del rogar ¿No? — dijo con tono entre irritado, excitado, molesto. No sabría decirlo bien, ya no distinguía bien las cosas debido al miedo.

Se acercó arrodillándose frente a mí. Tomo mi barbilla y me acercó a su rostro bruscamente. Limpio una de mis lagrimas con su dedo.

—Ahora entiendo por qué mi papá se obsesiono con tu madre. — le miré horrorizada.

Dios mío, que alguien me ayude por favor. Cerré los ojos fuertemente. Este hombre era el hijo del asesino que me arrebató a mi mamá, a mi papá, a mi familia. Tenía que ser una broma. Sentí una gran ira por dentro. Mis ojos desbordaban lagrimas a cantaros.

—Mírame. — ordenó. Abrí los ojos mirándolo con rabia. El bufó.

—¿Por qué? — articulé entre jadeos de llanto. Soltó una carcajada.

—No creas que es por venganza. Siendo que tu alcohólico padre me quito al mío. — sus ojos brillaban de malicia.

—Tu padre asesino a mis padres maldito — espeté.

Inmediatamente sentí mi mejilla caliente, tenía la frente en el piso. Me había propinado una bofetada muy fuerte. Tomó mis cabellos y me levantó de ellos haciendo que lo mirara.

—Ahora sé porque se obsesiono con ella — tomó uno de los mechones de mi cabello llevándolo a su nariz, lo olio cerrando los ojos. Me dio un escalofrió de repugnancia.

—Eres preciosa. Quizás yo pueda hacer lo que mi padre no pudo con tu madre. — hizo una pausa mirándome victorioso —Tenerte.

Apreté los ojos tratando de contener el llanto que estaba atorado en mi garganta, cuando sentí sus labios sobre los míos, se había puesto sobre mí y comenzaba a tocarme todo el cuerpo de arriba abajo. Rasgó mi blusa haciendo brincar unos cuantos, de sus botones, mientras trataba de abrir mi boca con su lengua. La abrí, pero fue para morder su labio fuertemente.

Él me miro furioso mientras relamía la sangre de sus labios, dijo unas palabras ofensivas hacia mi persona y levantó la mano para golpearme de nuevo, yo cerré los ojos esperando el impacto, pero no llegó.


Situaciones Peligrosas (JiMin y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora