Sus labios se acariciaban con extrema ternura. Jungkook nunca pensó que besar fuese tan reconfortante y satisfactorio. Sentir los gruesos labios de Jimin apresar los suyos, mientras sus manos apretaban su cintura era celestial.
Era como bailar improvisadamente una nueva y desconocida canción juntos, con sus pasos en total sincronía.
La mejor y más romántica de las canciones.
Sin embargo, el tempo de la canción no duro mucho, pues poco a poco el lento vals que sus labios danzaban se transformaba en una rítmica y apasionada tonada, que deja en evidencia la intensa atracción que sentían el uno por el otro.
Cuando sus lenguas se encontraron, una corriente los estremeció por completo y para Jungkook, esa corriente tuvo un único y vergonzoso destino.
Su entrepierna.
Aturdido por semejantes sensaciones y aterrado de que Jimin notase que se estaba excitando por un beso, su primer beso, se separa del mayor, empujando suavemente su pecho con la respiración acelerada y las mejillas rosadas.
-¿E-estuvo muy mal? - pregunta Jimin algo nervioso por la repentina separación pero aun mantiene sus manos firmes en la cintura de Jungkook - Porque estoy seguro que puedo hacerlo mejor que eso - le asegura - Es que... estoy nervioso. Y pues no estamos en la atmósfera que imaginaba para este momento pero...
- N-no es eso hyung - responde rápidamente el menor mordiéndose el labio incapaz de mantenerle la mirada.
Jimin se acerca nuevamente, guiado por sus instintos y apega sus cuerpos al máximo antes de intentar besarlo otra vez.
- ¿Entonces qué...? - pregunta cerca de sus labios pero no tiene que continuar porque literalmente siente la respuesta.
Jungkook lo mira con los ojos totalmente sorprendidos. No era el único excitado. Es más, al parecer Jimin estaba mucho más duro que él.
- ¿Estás... avergonzado por esto? - pregunta Jimin moviendo un poco su pelvis provocando una leve fricción - Jungkook-ah... ¿acaso tienes 10 años?
- ¡Yaaaaah! ¡Esto... es nuevo para mí! - grita Jungkook más rojo que nunca intentando alejar a Jimin.
- De acuerdo, de acuerdo... - responde Jimin sonriendo como estúpido sin dejarlo escapar - Iremos lento mi bebé~
- ¡No me digas así! - exige Jungkook enfadándose por el apodo.
- ¿Qué tal baby entonces? - pregunta Jimin feliz.
- ¡No! - responde tajante el menor con un puchero.
- ¡Aygooo, eres tan tierno!. Agh, me gustas tanto... - confiesa Jimin y finalmente se siente liberado.
- ¿Es... en serio hyung? - pregunta el menor aun sorprendido de todo.
- Nos acabamos de dar un apasionado beso ¿y aun no crees que me gustas?. ¿Crees que soy un playboy? - pregunta Jimin haciéndose el ofendido.
- Y si... ¿es un sueño? - pregunta ahora el menor aun incrédulo de todo.
- ¡No me jodas Jeon Jungkook! Llevo más de 10 meses soñando románticamente contigo, anhelando cada día que esto sucediera realmente. - suelta Jimin exasperándose - Si esto es otro sueño, te juro que...
Pero Jungkook ya no lo resistió más y conociendo ahora que el mayor ya llevaba todo ese tiempo queriéndolo, lo calló con un beso avasallador.
Jimin correspondió al instante y sus labios volvían a entrelazarse y acariciarse con ímpetu.
- Ahh~ - gime Jungkook entre extasiado y adolorido, pues Jimin había mordisqueado su labio inferior - N-no es un sueño... - murmura entendiendo el propósito del mayor.
- Hazlo tú ahora... - pide Jimin para cerciorarse también de que no estaba siendo engañado por su imaginación.
Jungkook sonríe ante la petición del rubio pero cuando estaba a escasos milímetros de su boca, alguien intenta abrir la puerta del lugar, provocando que mordiera el labio de Jimin más fuerte de lo que tenía planeado.
- ¡Ah! - se queja Jimin en voz alta e inmediatamente se tapa la boca.
- ¿Hay alguien? - pregunta pd-nim al escuchar el quejido de Jimin - ¡Hey, tenía la sala reservada para BTS hoy!. ¿Puede abrir por favor?
- No hay nadie pd-nim. Quizás olvidaron quitarle el seguro o algo. Iré por la llave de reemplazo - dice Rapmon.
- Mierda... - suelta Jimin preocupado tomando firme una de las manos del menor.
- ¿Qué hacemos? - susurra Jungkook nervioso, limpiando con su pulgar el labio herido de Jimin, que tenía unas gotitas de sangre.
Pero Jimin estaba tan nervioso que ya ni siquiera sentía dolor.
Acababan de expresar sus sentimientos y ya serían descubiertos por todos.
¡Vaya suerte!
¿Qué harían ahora?