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Siena tomo un trago grande de café nuevamente, tenía más de quince minutos ahí, haciendo su reporte, pero parecía más cansada de lo que esperaba, estaba sola en la oficina y esperaba estarlo hasta que terminara de redactarlo, a diferencia de Patrick, ella lo enviaría sin pedirle permiso, sin que lo leyera primero, tenía órdenes de no darle razón a nadie, así que eso haría, dejo la taza de café a lado del teclado y se concentró en dar una explicación rápida, seria y correcta, escucho como la puerta se abría y alguien entraba, pero no levanto la vista, seguramente era Patrick, siguió escribiendo hasta que miro dos sombras frente a ella, trago saliva sabiendo quienes eran, los esperaba desde la noche, pero no creyó que le dieran espacio, dejo de teclear y levantó la vista a ellos, ambos estaban de pie frente al escritorio, la miraban sin ninguna expresión y saludaban esperando a que los mirara, movió la mano recargando el codo en el escritorio y haciendo un movimiento para darles entender que descansaran, estaba cansada y ni sabía el porqué, ni pudo dormir muy bien en la noche, pero ya le había pasado antes, así que no podía ser eso.

—Pedimos permiso para hablar con usted, Capitán. — comento demasiado serio Ben, ella movió la mano de adelante a atrás para decir que si, tomo otro sorbo de café y dejo de lado el reporte.

—Siéntense. — ordeno ella mirándolos, cruzó sus brazos en su pecho y respiro profundo — ¿Y?

—Primero que nada, queremos pedirle una disculpa, no tenía por qué vernos de esa manera. — Siena levanto una mano para detener a Jack.

—No me hablen de usted, dejemos los rangos a un lado.— les pidió para que así pudieran hablar con calma— Ahora, en cuanto a lo que mire...— los vio ponerse nerviosos y lo entendía —No tengo porque decir nada, no estoy en contra, respeto preferencias y creo que serán responsables para la próxima. A pesar de todos los sentimientos y hormonas, no quita que estén en un cuartel.

—Lo sabemos, se nos fue de las manos pero no ocurrirá otra vez, y queremos pedirte que no comentes nada, tanto Patrick como Julieth no lo saben. —Siena asintió despreocupada, pero se sorprendía que ninguno de ellos dos supiera algo de esa magnitud.

—No queremos problemas con ellos, que se molesten o que todo termine peor. — justificó Jack, ella se inclinó para acercarse a ellos.

—Si son amigos, cualquier cosa puede soportar una amistad, incluso eso, Patrick puede ser algo estricto y cerrado, pero él los quiere. Solo es darle tiempo y saber cuándo decirlo. — Dijo serena, ambos respiraron —Y si ocurre algo estaré ahí para calmar las cosas, seré... Algo así como su protectora. — les sonrió.

—Nos costó mucho darnos cuenta de lo que pasaba, dejar el orgullo y hacer frente a lo que sentíamos, pero estamos aquí, enfrentándolo poco a poco. —Comento Jack nuevamente —Eres muy buena con nosotros después de todo lo que te hicimos. —Ella se tensó al escucharlo, no quería hablar de eso y lo diría, pero la interrumpió —Sé que es doloroso y que te molesta, pero no fue nuestra culpa totalmente, Patrick no tenía nada que ver, todo lo planeó Julieth.

—Ella nos decía que hacer y nos decía una y mil cosas, pensamos que tú nos remplazarías cuando nos dijo que alguien saldría si tú te quedabas, por eso seguimos sus órdenes, pero nada de eso fue cierto, poco después que habías entrado a la aérea, nos enteramos que no nos ibas a remplazar, si no que estarías en nuestro equipo, Patrick estaba loco, pero se conformó con escuchar de ti a través de todos en el cuartel. —le explicaron, ella miro a otra parte que no fuera ellos, quería escucharlos, pero una parte de ella quería ignorarlos por completo, no podía dejar tan fácilmente el odio que creció en ella y crecía al mirarlo, no podía simplemente hacer como si su vida hubiera sido un juego, que claramente estaba perdiendo constantemente ante él, pero tampoco podía correr a él y decirle que lo amaba.

—Ya no importa nada...— dijo cansada de toda su vida, se rasco la nuca y miro a ambos hombres— Yo no podre perdonar algo que no paso, al menos no a él, me hice daño todos estos años y no ayudó más que para odiarlo y amarlo a la vez, no se puede vivir así... — se tomó el cuello y después la barbilla descansando un poco su cabeza— Solo puedo ignorarlo como lo hago.

—Pero lo besaste. — le recordó Jack, ella inconscientemente cerro los ojos y tomo sus labios, recordando sus besos, la forma de tomarla, de expresarle en un simple beso lo que sentía en ese momento, dejo caer la mano en el escritorio haciendo mucho ruido.

—Pero nada de esto tiene sentido, no voy a jugar a engañarme nuevamente, no lo puedo perdonar, a ustedes sí, pero no a él, no empezare de nuevo una relación o iré a gritar lo que siento por él, si de verdad me conocieran estarían de acuerdo conmigo.— les aclaro alzando ambas cejas, ellos no dijeron nada, solo la miraron tratando de saber por qué esa actitud, le huía a Patrick cada que lo miraba, de lejos lo observaba y cuando hablaban parecía resentida, pero sus ojos gritaban amor, eran dos cosas diferentes en una sola mujer muy distinta a la que habían conocido tiempo atrás.

—Solo deja ir el pasado. — dijo Ben poniéndose de pie, Jack lo siguió y asintió en afirmación a lo que él había dicho.

—Pueden retirarse Sargentos. —les ordeno ella molesta, ambos saludaron y dieron media vuelta para irse.

No pudo detener dos lágrimas que rodaron sin permiso alguno por su mejilla, extrañaba tenerlo, ser parte de él, amarlo, abrazarlo y saber que junto a él tenía todo, estaba protegida y se sentía ella misma, extrañaba hablarle al oído y decirle que lo amaba, decirle que era todo para ella y darle el tiempo para estar con ella, sin importar nada, ni el lugar o las personas, solo quería abrazarlo y decirle que no podía vivir sin él, que el tiempo lejos le ayudo a amarlo más, pero también a odiarlo, quería gritar que lo necesitaba en todos los sentidos, pero no podía, posiblemente él era el culpable, él tal vez era el responsable de todo eso y no podría perdonarlo, no podría y sería para ella acabar con su vida entera, con su carrera y perder algo valioso, no dejaría ir la oportunidad de estar con él, al menos de lejos, pero tenía que encontrar lo que había ido a buscar.

—Que patética eres Siena. — Se dijo a sí misma, se limpió las lágrimas con molestia y apretó la mandíbula —Eres una maldita patética, si Robín te viera diría que eres una vergüenza. — término de decir lanzando el aire que retenía desde segundo atrás, se recargo en la silla y cerró los ojos, mente fría y sentimientos apartados era lo que necesitaba, hasta nuevo aviso.

Támara miro a Gabriel por tercera vez, estaba dormido en la silla con ambas manos en su regazo, se miraba cansado pero no quería irse y ella no quería que se fuera, se miraba guapo aunque no se había bañado y estaba sucio, eso lo hacía ver atractivo, su cabello estaba alborotado, llevaba las botas desatadas y sin muslera.

Se puso de pie para ir al baño, no quiso pararse durante toda la noche y estaba demasiado cómoda, con cuidado de no despertarlo camino en silencio hasta el baño, cerro de prisa la puerta y se miró al espejo, estaba bien, aunque aún podía sentir la sangre en su piel, hizo sus necesidades y se lavó las manos, la cara y se arregló un poco el cabello, volvió a abrir la puerta y se asustó al verlo recargado en ella, se hizo para atrás del susto y él la sujeto de la cintura.

—Estoy bien. — dijo con un pequeño temblor en la voz, Gabriel estaba tan cerca de ella, tan cerca como ningún otro hombre lo estuvo, podía sentir sus manos en su cintura, su pecho pegado al de ella, ver sus ojos más de cerca y sentir la respiración de él golpearle su cara, mezclarse con la suya, justo en esa posición, podía mirar una cicatriz detrás de su cuello del lado derecho, una notable pero parecía no haber sido grabe.

— ¿Segura? —Preguntó con una ceja alta, ella asintió sin dejar de mirarlo a los ojos, era intensa la mirada de Gabriel, como si estuviera dispuesto a impedir una bala a Támara, pero sobre todo como si estuviera a sus órdenes.

—Solo fue un shock, no la atravesó una bala. —aclaro Siena detrás de ellos y con los brazos cruzados en su pecho, había terminado el reporte y por milagro no se había encontrado con Patrick.

Támara se alejó de Gabriel de inmediato y salió del baño como si su vida dependiera de ello, Gabriel maldijo por lo bajo y se dio media vuelta a ella, a pesar de todos y que fueran amigos, o conocidos, eran capitanes de distintas áreas, ambos estaban sonrojados, podía verse la tensión entre ellos por lo que iba a pasar aunque ninguno se diera cuenta de eso.

—Capitán Garrison. — saludaron ambos con las manos en los costados y la mano en su frente, esa vez ella lo hizo formal.

—Capitán King, Medico Ferrara. —Saludo de la misma forma, pero con un rastro de burla en su  rostro—Descansen —ordeno dejando de lado las formalidades, sonrió ampliamente, pero no para burlarse, si no para hablar con Támara —Me alegro que estés mejor, me preocupaba aún ayer que estuvieras mal, ¿cómo te sientes?— le preguntó animada.

—Bien, es lo que estaba diciéndole al Capitán Gabriel. —lo llamo por capitán a lo que él solo alzó las cejas e hizo como si no le molestara.

—Me parece perfecto, ya redacte los reportes, del tuyo no te preocupes, hizo lo que pude para hacer como si tu fueras quien lo escribió. —le anuncio Siena de manera tranquila.

—Muchas gracias. —le agradeció aliviada, Gabriel la miro de reojo con las comisuras levemente alzadas, cosa que a Siena no se le paso ni un segundo.

—Por el momento Patrick... —cerro los ojos corrigiendo lo que diría —El Capitán Lewis y yo estamos en la espera del próximo correo, de todas maneras se les informara, mientras tanto seguirán los entrenamientos. —le recordó a Tamara, ella asintió con las manos detrás, Siena miro a Gabriel y ladeó la cabeza— Ya puedes descansar. Támara, te esperaré en la playa después de que vayas a los dormitorios. — le anuncio poniéndose recta.

—Capitán. — saludaron los tres al mismo tiempo, se retiró del hospital caminando directo a la playa.

El segundo equipo entrenaba mientras que el tercer pelotón se preparaba para entrenar, el día estaba soleado, las pocas nubes se paseaban de un lado a otro sin problema y el viento era muy poco, a pesar de ello el día era perfecto, la brisa del mar era buena, las gaviotas se escuchaban de fondo tras cada canción de los pelotones, se hubiera conformado con eso en el ejército, la vida en la aérea no era muy diferente a esa, pero a diferencia de ellos, ella tenía una vida muy movida, el tiempo en la aérea le resulto bueno, vivía pilotando, conociendo países, ciudades exóticas o personas influyentes, sobre todo librando batallas fuera de la aérea, misiones que eran difíciles y que requirieran de un equipo en específico, era diferente a cualquiera de ahí, diferente al equipo Alfa y todo equipo existente. Recordaba su primer día en el ejército, su primer pelea, su primer entrenamiento con armas, la primer misión, pero sobre todo la primer orden que fue de parte de Ben, después estaban los recuerdos de la fuerza aérea, el olor de los instructivos, los botones que confundía, los vehículos que conoció, los lugares de cada misión y por último, recordaba perfectamente las misiones secretas que hizo tras unirse al equipo Delta, dejo atrás etapas de su vida, dejó atrás el amor o trato de hacerlo, dejo personas y se centró en conseguir lo que tenía, en ser lo que era y prepararse mejor que nadie, en el fondo esperaba convertirse en la sombra que necesitaran y no necesitará, sonó con ser mejor que ellos, que él, ser mejor que su padre y reconocerse a su misma.

—De verdad eres valiente para hacer eso. — escucho como le decían, giro a ver al hombre que decía tal cosa, de solo verlo olvido como ponerse el equipo para escalar, se le seco la garganta, sus manos le picaron y su respiración se detuvo, titubeó al contestarle.

—Estoy aquí para cumplir órdenes, señor. — respondió sin olvidar el significado de las barras en sus hombros, el traje camuflado le resaltaba el color de sus ojos, su piel bronceada la hizo babear, su cabello corto y su gesto por los rayos del sol no pasaban desapercibidos.

—Entonces eres muy valiente, además de linda y obediente. —dijo ignorando el hecho que le hablaba sin respeto alguno, Siena trago saliva evitando sonrojarse, pero solo mirarlo a los ojos, su cuerpo explotó en mil sensaciones, podía tener dieciocho años, pero aún podía ser inocente en muchos sentidos, los hombres la mayoría del tiempo la insultaban en lugar de piropearla, se sentían molestos por la forma de ser de Siena, era poco femenina y parecía que ningún piropo o alguna caricia podría derribar la seriedad de su cara, pero él lo había hecho.

—Gracias señor. —le agradeció tomando más fuerte el cinturón que colgaba de su mano aún, lo vio girar su cabeza a un grupo de chicos y después girarse a ella.

—Me tengo que ir, pero nos veremos más tarde, aún que el mejor equipo para ti seria el equipo alfa, te estaré observando. —le guiño un ojo descansando sus manos en su cinturón y caminando a donde estaban los chicos, Siena suspiro mirándolo desparecer.

Si tan solo eso hubiera hecho, desaparecer para que ella no lo pudiera ver más, o si tan solo se hubiera alejado de ella, no estaría en esa posición, nada de su vida hubiera cambiado tanto.


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MUCHAS GRACIAS POR LEER MI NOVELA, ESPERO QUE LA ESTÉN PASANDO BIEN, LES MANDO UN SALUDO, UN GRAN ABRAZO Y UN BESO, PERO NO SIN ANTES DECIRLES QUE PASEN A VER MI OTRA NOVELA, SE VIENEN SUS CAPÍTULOS FINALES Y NUEVAS NOTICIAS QUE LOS SORPRENDERÁN. MUCHAS GRACIAS, LOS AMO😘

Fuerzas Especiales: Siena [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora