Patrick abrió los ojos sintiendo su cuerpo pesado, realmente pesado, incluso no podía mover ni un dedo, trago saliva con dificultad y miro a su alrededor, la habitación parecía conocida, al menos ya no estaban en la mierda donde Bledel los tuvo, era un maldito desgraciado, traicionar a su país por un par de monedas, aunque no eran solamente par de monedas, pero había traicionado y eso era peor que nada, nunca lo pensó de él, se había mostrado amable, entregado a su trabajo, parecía buena persona, pero resulto un maldito desgraciado, a esas alturas le seguía sorprendiendo lo que alguien podía hacer por dinero, cuando lo hiciera frente a frente le haría pagar todo lo que les hizo pasar, más que nada a Siena, ella era todo para él y lo hizo ver cómo le hacía daño, aun no podía creer que soportara todo eso, sonrió pensando en ella, tan fuerte, incluso ahí, de rodillas ante Bledel, podía ver que había aprendido los golpes de la vida, que ante todo, siempre defendería a su país, aunque verla le dolió, le hizo ver que Siena había crecido en esos años separados, que era mejor incluso que él, que nada en los años de servicio a su país podía superar la cara de Siena, inquebrantable así le disparara nunca diría nada, amaba a Siena, para admitir que era muy valiente no necesitaba hacerlo, ya todos lo sabían, pero superó sus expectativas.
Miro a Julieth a su lado, dormida como una roca, su cara estaba hinchada y tenía golpes por todas partes, era la que menos había sufrido según él, pero siempre fue débil en golpes, cuando despertó porque lo curaba, le pidió cuidara de Siena, pero había sido tan débil para sacarlas de ahí, no estaba claro quien de las dos lo había hecho, pero estaba seguro fue Julieth, era experta y Siena solo una piloto.
— ¿Cómo se siente?— le preguntó Támara a su lado, saludo y él trato de hacerlo, pero le pesaba todo el cuerpo, tomaba nota de las cosas que le hacía, cosas que él no sabía.
—Bien, quitando el hecho de que siento que caí del décimo piso de un edificio... Pero bien. —bromeo, sí, estaba mejor, se alejó sonriéndonos había despertado hasta el día siguiente, de hecho ninguno lo hizo, estaban cansados.
—Suena bien, esperábamos despertara primero ayer. Pero ninguno o hizo. — comentó ella a lado de Julieth y tomando nota en otra tabla con papeles.
— ¿Siena como esta?— preguntó de repente, no disimulaba la preocupación a ella, pero era de esperarse, aunque pensó que preguntaría primero por Julieth.
—Pudimos sacar la bala y hacer limpieza en las heridas en la espalda, suturamos algunas abiertas y le hicimos dos transfusiones de sangre, más tarde despertara, pasando la anestesia. — respondió dejando las cosas a lado de la camilla de Julieth y caminando a la de Siena, no podía mirarla porque le dolía su abdomen.
— ¿Cómo salimos de ahí?— preguntó él recargando mejor su cabeza en la almohada, Támara lo miro tomando la tableta con los apuntes de Siena, se puso derecho a él mientras apuntaba.
—Siena los saco, los trajo en la camioneta del Capitán Bledel. — le respondió sin verlo, pero recordó algo y levanto la vista— Por cierto, el Capitán King necesita hablar con usted. — Lo miro un momento y lo vio asentir— Puedo llamarlo su gusta.
—Si me hace el favor le agradeceré. —dijo amable, Támara sonrió, a pesar de lo que escuchara de Patrick, estaba segura que nada era verdad, se comportaba muy buena gente, al menos con ella lo hacía.
—Sí. — Dijo tomando el radio, salió con la tableta bajo su brazo y cerró la puerta detrás de ella para que no escucharan adentro, presionó el botón para hablar con cierto temor— Capitán King, hablo de la enfermería.
Espero a que contestara, normalmente lo hacía rápido, pero esa vez espero unos segundos y nada, nadie le decía de él o no se reportaba, las cosas estaban bien como para que la dejara así, pero al girar para entrar y decirle a Patrick lo vio por el rabadilla del ojo y se giró completamente a verlo, estaba de pie en la puerta de entrada, con sus manos en la cadera, mirándola con una ceja alta, su camisa a los codos, su radio colgando del costado, una sonrisa radiante y mirándola con un brillo, no pudo evitar sonrojarse y desviar la vista al piso, era demasiada intensa la mirada de Gabriel a ella.
— ¿Me necesita?— preguntó acercándose a ella, Támara asintió haciendo el saludo al igual que él, le sonrió un poco y abrió la puerta para que entrara— Primero usted. —le dijo caballerosamente.
—Gracias. — comento ella entrando, Gabriel entro detrás mirando a Patrick. — El Capitán Lewis ha despertado. —apunto a él y después se movió a la camilla de Siena, tratando de darles espacio.
— ¿Cómo te sientes?—pregunto Gabriel viéndolo de pie a su lado, Patrick negó cerrando los ojos.
—Bien después de todo. — respondió sincero, miro a Támara un momento y después a él —Dice que nos sacó Siena, pero no creo. No es lo suficiente fuerte para eso, su entrenamiento no lo enseña. — dijo confundido.
—Pues créelo, ella los saco y lis trajo aquí en una camioneta robada, resultó más herida de los tres, así que diría que soporta cualquier cosa.— dejo claro Gabriel, se cruzó de brazos y lo miro serio— Patrick, hay algo que no me gusta. La camioneta de Bledel fue robada por Siena, de otra manera no podría explicar los cables cruzados en lugar de las llaves.
—Solo... La tomo prestada. — justifico él de manera corta.
—No me salgas con esa estupidez. — lo amenazó.
—La verdad no. No fue robada pero tampoco prestada. —Confesó tranquilo, Gabriel levanto una ceja para que hablara más—La golpearon frente a mí, el tipo pedía que hablara pero ella no quiso, lo hizo igual que con nosotros, pero no lo consiguió, tal vez espera que ella fuera fácil por ser diferente entrenada, pero tras golpearla varias veces no lo consiguió. Debiste ver como lo golpeo, lo dejo inconsciente.— dijo orgulloso de Siena, Gabriel a pesar de lo delicado del tema sonrió —Después, después entro él, fue como si nada tuviera sentido, creí que nos salvaría, pero tras compartir varias palabras comenzó a golpearla, le disparo y la estrangulo, no supe con exactitud que paso, solo me desperté después sintiendo a Julieth curarme, pero le pedí que la curara, quede dormido y poco después me despertaron, pero también caí inconsciente cuando ella lo golpeo a él también.— le resumió.
— ¿A quién?— preguntó sabiendo quien era, Patrick lo miró unos segundos, debatiéndose en decirle o no.
—Bledel, Bledel es el que maneja todo el negocio aquí. Se lo confeso a Siena. — dijo Julieth sabiendo que Patrick no lo haría, conocía mucho a Patrick para saber que ese caso lo tomaría por su mano.
—Así pensé. — dijo Gabriel molesto y caminando a la puerta, pero se detuvo a verlos— Él desapareció por la mañana que nos dimos cuenta que ustedes no estaban, desapareció sin decir nada a nadie, no le tomamos atención a ese detalle, pero cuando volvieron, me dio curiosidad y comencé a unir cabos, la camioneta, después las heridas hechas en lugares exactos para no hacer tanto daño y matarlos... Todo encajo, pero no quería aceptarlo, era un buen tipo. — dijo fastidiado, se tapó la cara frustrado por creer en él y su buena voluntad.
—Todos creímos lo mismo, incluso yo creí que era un buen hombre pues me ayudo a entrenar y todo eso. —admitió Julieth molesta.
—No soy quien para juzgar...— se escuchó la voz de Támara, todos la miraron, era tan buena que esperaban lo defendiera—Pero ese idiota le hizo daño a Siena, meceré sufrir de la misma manera.
—En eso estoy de acuerdo, ¿pero dónde los tenía?, recorrimos medio pueblo, la playa y hasta el hotel. —comento Gabriel.
—No lo sé, Siena fue la que reconoció el lugar, prácticamente solo ella lo sabe, yo cerré los ojos y Patrick estaba casi inconsciente así que ambos no recordamos. — le respondió Julieth, Patrick se cruzó de brazos sin lastimarse las heridas y miro al techo.
—Tendremos que esperar a que ella despierte. —dijo él, Cabriel asintió recargándose en la puerta.
—No se preocupen, estoy despierta. — dijo Siena haciendo que todos la miraran, incluso Patrick trato de sentarse para mirarla— ¿Porque carajos estoy mirando a la pared?— preguntó molesta, Patrick sonrió relajándose, estaba bien, eso quería decir que estaba bien.
—Porque es el único lugar disponible en la habitación, los rengo a los tres juntos. —le respondió Támara sentándose a su lado, no había pensado en ese detalle, al despertarse miraría la pared todo el día —Pero puedo hacer que cambien la cama.
—Puedo darle mi lugar. — dijo Patrick burlón, Támara sonrió al ver la cara de Siena.
—No gracias, prefiero ver la pared que a ti. —le dijo aparentando estar molesta.
—Esa noche no dijiste lo mismo. — le reto él, Siena levanto la cabeza un poco pero no la giro, estaba sorprendida de que hiciera eso.
—Al menos no parecía adolescente caliente. — se burló haciendo que los demás rieran, Patrick frunció el ceño avergonzado, podía decirle muchas cosas, pero aquello se pasaba, además no tenía nada más que decirle.
Después de unas horas riendo y haciendo algunas cosas que necesitaban, descansaron bien, la mayoría del tiempo Siena estaría anestesiada, aunque le costará admitirlo le dolía mucho su cuerpo, estaba agradecida de que Támara supiera mucho de medicina, por ella y su orgullo aseguraría ante todos que no le dolía nada, incluso si le dolía respirar como le dolía, solo quería pasar tiempo dormida para que Gabriel no le preguntara nada de Bledel, lo dejaría ahí en ese lugar por unos días, al menos hasta que pidiera moverse, era de recuperación rápida, así que creía hacerlo rápido, pero si pasaban tres días, era mejor decirle, quería hacerlo sufrir, no matarlo de hambre, se cobraría cada golpe y le haría saber que con ella lo tenía porque meterse, estaba segura que le sacaría más de un nombre, después, podría volver a su vida, a su casa y su trabajo, ver de nuevo a los chicos y tratar de alejarse de Patrick, pero todo la hacía querer correr a él, querer pasar con el toda la vida, amarlo como lo hacía y tenerlo en su cama todo el día, dejar de lado todo el dolor y malos entendidos, solo dedicarle su vida a él.
El segundo día, mientras le cambiaban las vendas y le limpiaban las heridas, reacciono a lo que estaba haciendo, no podía dejarlo ahí, así que mando llamar a Gabriel, pero le ordeno que lo encerrara, si aún estaba en ese lugar, que lo encerrara solo para ella hasta el día que pudiera ponerse de pie y golpearlo, pidió una lista de cosas que necesitaba, un par de libros, cosas que no tenían importancia y cuando ya no sabía qué hacer, se quedaba dormida, reía con los chistes de Patrick, hablaba con Julieth de manera tranquila y como si no hubieran tenido problemas antes, compartían cosas como las mejores amigas de toda la vida, pero solo quería una cosa, escuchar a Patrick, sentirlo cerca con su voz, porque no podía tenerlo en verdad, ni tampoco podía verlo ya que se hacía la difícil, pero era satisfactorio escucharlo al menos unos minutos, quería quedarse ahí, de esa manera para al menos tenerlo, no podían estar juntos en las fuerzas, pero fuera de ello era diferente, él vivía para el ejército y ella... Era otra cosa muy diferente, sería difícil mantener una relación sin estar la mayoría del tiempo separado, si no era él en una misión, sería ella en otra. Pero lo gracioso de todo eso es que pensaba más en ellos que en lo que le haría a Bledel, pensaba más en la sonrisa de Patrick, en sus ojos, sus manos y sus labios, que en las cosas que le haría al idiota, se la pasaba sonriendo cada que escuchaba alguna tontería de Patrick, recordando lo que habían pasado años atrás, la manera de ser de ambos, él un experto en lo que hacía y ella, ella un aprendiz en todo él sentido, cerraba los ojos y pedía soñar con esos momentos dulces que pasaron, con las caricias que él le daba, los besos, las palabras bonitas, las risas sin preocupación alguna, sus ojos mirándola como lo más hermoso en el mundo, como si no existiera belleza igual en otra parte, su corazón latía desenfrenado al recordar todo lo vivido con él, pedía con fuerzas que todo pasará, que nada de eso les impidiera estar juntos, por primera vez en largos años pedía que volvieran a ser la pareja de aquel entonces, ¿la diferencia?, que no se escondieran de nadie más y pidieran demostrar lo que sentían libremente, sin ningún miedo o persona que les dijera lo contraria.
— ¿Cuando sales?— escuchó que le preguntaba a Julieth, estaba por quedarse dormida, la habían medicado y estaba rindiéndose ante el sueño.
—En dos días más, pero no quiero, me tratan mejor aquí que allá afuera.—respondió con voz aniñada, Patrick sonrió a su comentario —Pero mire el lado positivo.— le dijo cambiando el tono de voz, se inclinó a él un poco sin caerse de la camilla—Te quedaras solo con Siena.— le guiño el ojo y lo hizo reír, a pesar de estar enamorada de él, tenía que hacerse a un lado, dejarlo ir, por su bien, por el de él y por el de Siena, no podía mantenerlo soltero toda la vida y amando a la misma mujer, ni a esa mujer soltera amando a ese hombre, tenía que dejarlo ir para así seguir ella con su vida, estaba detenida ante él a la espera de que la mirara con otros ojos, ojos que no lo harían, para él era como una hermana, como un simple compañera, no una mujer, siempre lo había sabido, pero nunca quiso aceptarlo, ahora le tocaba alejarse para seguir sola y conocer a alguien que la amara como quería de él.....
MUCHAS GRACIAS POR LEER MI NOVELA, ESPERO QUE LA ESTEN PASANDO BIEN, LES MANDO UN SALUDO, UN GRAN ABRAZO Y UN BESO, PERO NO SIN ANTES DECIRLES QUE PASEN A VER MI OTRA NOVELA, SE VIENEN SUS CAPÍTULOS FINALES Y NUEVAS NOTICIAS QUE LOS SORPRENDERAN. MUCHAS GRACIAS, LOS AMO😘

ESTÁS LEYENDO
Fuerzas Especiales: Siena [EDITANDO]
RomansaSiena pensó que había dejado atrás dos cosas, su amor por un hombre que no supo defender lo que sentía y la debilidad por él, pero tras una misión encubierta toda su vida cambia, conoce a dos personas, vuelve a encontrarse con el equipo que le hizo...