Letters to her.

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Ya quedaban dos día para grabar mi video. 

Después de ensayo siempre nos quedábamos hablando sobre lo que soñábamos hacer con la danza y qué tan lejos queríamos llegar y entendí que ellas en verdad deseaban bailar tanto como yo, aunque Cata iba a empezar a estudiar otra cosa que también amaba hacer. 

Esa noche les avisé que tendríamos ensayo en la mañana, quedamos de vernos a las 9am y adivinen quien no llegó? Cata y yo estuvimos llamando como locas a Laura que evidentemente no contestó, decidimos ensayar solo las dos y al medio día nos respondió:

- Hola, lo siento.. no suelo levantarme antes del medio día

Cata tenía que irse pero yo estaba super brava, cómo alguién que soñaba tan en grande, que juraba amar tanto la danza, que quería convertirse en la mejor versión bailarinezca de ella misma... podía decirme eso? Me sentí ofendida porque la danza ha sido mi vida y yo también he querido dormir pero siempre ha sido más importante aprender y crecer y trabajar. 

Pasaron varias horas hasta que le pude contestar decentemente y quedamos de vernos para ensayar en la tarde y así fue. Mientras yo bailo o estoy en clase, es uno de los únicos momentos donde nada importa pero al terminar, me fui a la terraza a ver el atardecer, estaba triste, por alguna razón su pereza también reflejaba algo en mí y quizá yo también estaba posponiendo cosas que quería hacer por no despertar... Entonces tomé mi tiempo y me relajé con la increíible puesta de sol.

Y ella llegó... con galletas... y hablamos. 

Y sí, descubrí que teníamos muchas más cosas en común de lo que yo me imaginaba y después de regañarla mil veces, no pude resistirme a las galletas y su carita de "lo siento"... Terminamos viendo el atardecer, riéndonos de todo lo que había pasado y prometiendo que estaríamos listas para grabar al siguiente día.