Historia Benner

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Después de tardar siglos en subir aquella caja, por fin logro llegar a mi habitación.

Inicio a urgar en el cofre pero a mi parecer, no hay nada importante, sólo hay unos extraños dijes, trozos de madera, amuletos plateados, un aparente diario con pasta de cuero con una inspiradora frase en la portada y aparentemente un álbum familiar.

Tal vez el álbum familiar ayude de algo, pero no tengo nada a la mano que me pueda indicar quienes son esas personas. Y si Margoth no sabía respecto al propietario del cofre, menos sabra de esta gente.

Paso la yema de mis dedos sobre la portada del diario y remuevo un poco de polvo para poder leer la frase con claridad; Suđenje se završava kada svoj uzrok je prekinuta.

Ni idea de que signifique, o en que idioma esté, no es algo de gran importancia, y ya en un tiempo libre lo averiguare.

Lo abro y mis ojos dan saltos de letra en letra.

Fran Caster Lahouski, este es y sera mi legítimo nombre.

—Mierda— tapo mi boca sorprendida, esto no puede ser real.

Al llegar a Sùil Nua, sabía, que nada seria igual.
Nada que se encuentre en este pueblo es normal, y jamás lo sera, hoy más que nunca estoy convencido de ello.
No todo son cosas malas, aquí es donde encontre al amor de mi vida, Claudia Benner Asgorth y a pesar de no ser una joven normal, puedo asegurar que es mi mayor delirio, y gracias a ella, estoy ahora, sentado, escribiendo este diario.
Se que cuando fallesca nada de lo que he logrado será recordado, excepto por aquellos que nunca mueren, y de los cuales, me he convertido en su peor pesadilla. Sin embargo no son los únicos seres míticos, hay más; Existen las y los porderosos druidas, expertos en el lenguaje celta. La licantropia también hace acto de presencia, y con sigo, los casadores. Pero esa maldita raza de mierda llamada "Vampiros", es la peor de todas las creaciones.

Mierda, y más mierda. No se que cojones acabo de leer, pero de algo yo también estoy segura, MI FAMILIA ESTA LOCA.

—¡Tía!— bajo corriendo y sin cuidado las escaleras, estas dos cosas no suelen ser buenas mezclas y de eso me acabó de dar cuenta— ¡JODER!.

Mi tobillo se dobla y me hace caer bruscamente el resto de las escaleras.

—Morrigan— escucho a mi tía gritar preocupada ya cuando estoy en el piso.

—Estoy bien— intento levantarme pero al apoyar el pie izquierdo me arrepiento— ¡doble mierda!.

—¡Morrigan!, esas palabras jovencita.

—Hay cosas mejores que hacer que quejarte de mi vocabulario.

Y es verdad, el maldito tobillo no deja de pinchar y doler. ¡CORTENMELO!.

—¿Morrigan?— escucho a Jef— ¿Qué paso aquí?.

Rápidamente se tira en cuclillas a mi lado, y me observa preocupado.

—Ayudame a llevarla al sofá, por favor— pide mi tía a Jef.

Con mucho cuidado me levanta entre sus brazos y me lleva hasta el sofá donde me inspecciona.

—¡Santa mierda, Morrigan!.

—¿Qué?.

—Sagradas Diosas Druidas— profiere mi tía entrando a la sala de estar con un hielo en mano.

—Morrigan ese tobillo.... parece estar a punto de parir uno nuevo.

Tiro una carcajada por su comentario, pero la cara de ambos me dice que es realidad. Y les creo, duele como el infierno.

—Llevemosla al hospital antes de que esa cosa explote.

Jef toma sus llaves y ambos entre prisas y apuros sales de la casa, sin mi.

—¡Hey!— grito— yo sigo aquí.

—Mierda, Morrigan.

—Jovencito esas palabras.

Ambos vuelven por mi y de prisa salimos de casa.

*********
—Fue un esguince de segundo grado— nos explica el doctor— tendras que hacer compresas de calor, y contrastarlas con hielo. Aparte, tendras que tomar los desinflamatorios que te he recetado y anestésicos por si hay dolor.

—De acuerdo— dijimos los tres al uníson.

Después de que me vendaran el tobillo y consiguieramos una malditas muletas del demonio. Salimos del hospital.

—Morrigan, tienes que ser más cuidadosa al bajar las escaleras.

—Si tía, la proxim.....— recuerdo el por qué de tanta rapidez y no dudo ni un segundo en preguntar:— Encontre un diario, algo muy extraño, habla de licantropos, cazadores, druidas y...... Vampiros.

Jef frena en seco al escuchar esto último y ambas lo miramos extrañadas.

—Lo siento.

—¿Encontraste el cofre?— pregunta mi tía sin tomarle importancia al acto de Jef. Aciento ligeramente.

—Si, tiene un álbum familiar y más cosas como retratos, dijes, collares, unas flores extrañas.....

—Hablaremos de esto en la casa, Morrigan.

—Pero tía.

—Dije que hablaremos de esto en la casa.

Hago un puchero y acepto. El resto del camino fue aburrido, e incómodo para Jef, desde mi primer comentario lo fue.

—Gracias— le agardezco a Jef por traerme hasta mi habitación.

—No hay de que Mor— gira sobre sus talones y toca la persiana con proposito de salir, pero se detiene y me vuelve a observar— Si necesitas algo sólo pidelo, ¿va?.

Tiernamente aciento.

—Ah, y si tu tía no quiere escucharte, yo estare gustoso de hacerlo.

—Gracias, Jef, por todo.

Y así, poco a poco lo veo desaparecer.

Tomo rápidamente el diario y continuo con mi lectura.

Que vos estéis leyendo esto no es casualidad, ni coincidencia. Es cuestión del destino y su poder.
Sin embargo, debes ser un Benner muy inteligente, ya que muchos creerian que la llave estaria oculta en algun lugar complicado, sin embargo, estaba en el lugar más fácil y vistoso, sobre nuestra cabeza.......

Eterna Pasión ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora