Capítulo 14

384 40 2
                                    

-Oye, ¿y quién viene a buscarte?

-Amber. ¿Y a ti?

-Sally. –Respondió mirándome preocupado. –Jacie, creo que...

-Lo que vivimos no fue un error. –Aseguré cruzándome de brazos para que supiera que me estaba enfadando.

-No iba a decir eso, Jacielle.

-Ah... –Murmuré algo incómoda mientras que él alzaba las cejas. –Siempre dices...

-Decía. –Corrigió divertido haciéndome rodar los ojos. –Solo quería decirte que debemos mantener esto entre nosotros. Nadie debe enterarse.

-Sí, lo sé.

-Nadie es nadie, Jacie. Ni siquiera alguna amiga tuya.

-Que ya te dije que sí, pesado. –Rodé los ojos.

A ver con quién diablos me desahogaba yo ahora.

El avión aterrizó sin problemas y pronto nos dispusimos a coger nuestras maletas para caminar hacia donde nos esperarían.

A lo lejos, ya veía a Amber y Sally manteniendo una entretenida charla sin percatarse ninguna de que ambos ya estábamos de camino.

-Allí están. –Apuntó deteniéndonos a una distancia prudente.

-Sí... –Respondí deseando que el viaje hubiera sido más largo.

-Pues... Supongo que nos veremos el lunes en la empresa... -Asentí con la cabeza viendo como reanudaba el peso como si nada.

¿Y ya está? ¿Íbamos a despedirnos de esta manera tan fría después de lo que habíamos pasado juntos los últimos días?

–¡Brad, espera! –Lo alcancé deteniéndolo por el brazo.

-¿Qué pasa?

-Este... Allí... –Mierda, ¿por qué tenía que ponerme tan nerviosa? –Pasé un viaje fantas...

-Lo sé. –Me interrumpió. –Y no sabes las ganas que tengo ahora mismo de besarte. –Sonrió cariñosamente antes de alejarse dejándome allí atrás mirándolo como una adolescente enamorada.

¿Pero que había hecho este hombre conmigo para ponerme así de tonta? Joder...

-¡Jacie! –La voz de Amber, o más bien su grito, me hizo volver de mis pensamientos para caminar rápidamente hasta ella. –¡Dios, no sabes cuánto te he echado de menos! La casa estaba tan callada y calmada sin ti...

-Vaya, gracias. –Dije dejando que me abrazara.

-¡Sabes que no lo decía en ese sentido! –Le sonreí divertida antes de saludar a mi madrina también.

-¿Qué tal, Sally?

-Muy bien, hija. Aunque ahora mucho mejor, ya comenzaba a sentirme sola en casa sin Bradley. Mathew se va muchas veces olvidando que tiene una madre. –Le sonreí falsamente intentando que fuera lo más verdadera posible, pero no creía haberlo conseguido.

-Bueno, regresemos a casa ya. Tu padre nos está esperando para el almuerzo.

-Sí, vale...

-Oh, se me olvidaba decirte, cariño. ¡Nosotros también vamos!

-¿Qué? –Preguntamos Bradley y yo a la vez.

For You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora