Capítulo 7

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Ya había pasado un mes desde que las chicas vivían juntas, Kitty no recuperó su puesto en las porristas pero mantuvo su autoridad en las pasillos del instituto. Marley por otra parte consiguió que Tina las dejara en paz tras amenazarla con revelar los secretos íntimos de la chica a forma de rumor. Tina accedió y detuvo a los demás miembros del club para que dejaran a las chicas en paz. 

Kitty recibió su primer sueldo y junto con lo de Marley les daba para pagar un par de meses de alquiler en un piso barato. Las chicas estaban buscando anuncios de pisos baratos en su habitación de alquiler cuando Marley se aburrió y decidió sentarse sobre las piernas de Kitty y empezar a besarla. 

Marley era, sorprendentemente, la más sexual de las dos. No lo habían hecho todavía, pero por lo general era Marley la que empezaba los besos y caricias para luego alejarse cuando sentía a Kitty tensarse tras pasar algún límite. A Kitty le encantaba eso, como Marley parecía entender perfectamente donde estaban sus límites sin necesidad de hablar, una mirada o un gesto era suficiente para Marley entender que debía parar.

-Eres increíblemente hermosa-. Dijo marley todavía sentada en las piernas de Kitty a milímetros del rostro de la chica. Marley había parado al sentir que Kitty se tensaba al sentir sus manos tratar de quitarle la camisa. Los ojos de ambas estaban dilatados pero Marley sabía que Kitty todavía no estaba lista para ir a más y ella no quería ir mucho más lejos tampoco si Kitty no estaba segura.

-Tú también eres hermosa.-Dijo Kitty mientras acariciaba distraídamente la espalda de Marley sobre la camisa de la chica.

-¿Segura? Tu ya has visto mis cicatrices ¿Me ves hermosa aun con ellas?- Susurro Marley sobre sus labio no muy segura de si queria oir la respuesta.

-Sí...-Contestó Kitty distraídamente.

-¿Por qué?

-Porque son una parte de ti. Yo también tengo cicatrices ¿Crees que eso me haría menos hermosa?

-No, no lo creo. Además, yo ya te vi desnuda una vez, en las duchas de las Cheerio cuando se te cayó la toalla. Te dije que eras hermosa y aun lo eres-. Marley volvio a besar a Kitty una vez más antes de tomar el periódico en el cual la chica había estado buscando apartamentos sin quitarse de encima de Kitty.

-Uhmm... Este se ve bien, es barato y está cerca del instituto.- Marley le mostró a Kitty de cuál apartamento hablaba y la chica asintió aceptando la propuesta de la chica.

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Unas semanas después las chicas ya se habían mudado a su nuevo apartamento. El piso no era muy grande pero tenía muebles, una cocina, cama, dos habitaciones y un baño. Las chicas decidieron seguir durmiendo juntas y usar la otra habitación como un estudio donde Marley trabajaría en sus proyectos y cuando pudiera empezaría a llenar de estanterías con libros y Kitty podía hacer sus tareas y estudiar ahí mientras Marley trabajaba en sus pedidos.

Las chicas estaban en el estudio cada una ocupada con sus deberes cuando el móvil de Marley las distrajo.

-¡Ey! ¿Qué tal?... ¿De verdad? ¿Lo tienes?... eso es genial gracias... sí, claro... lo tendré listo dentro de poco... ya lo estoy terminando, esta noche ya estará... bien te veo mañana... claro, yo llevo mi parte tu lleva la tuya... bien, chao... nos vemos mañana, gracias-. Marley colgó y soltó un largo suspiro con una sonrisa en el rostro.

-¿Quién era?- Preguntó Kitty mirando a Marley con curiosidad.

-Un viejo amigo y cliente, me pidió que creara algo para él y en cambia en vez de dinero me compraría algo que llevo tiempo queriendo.

-¿Y qué es eso que te dará si se puede saber?- Kitty miró a Marley divertida al verla sonreír de manera infantil.

-No se puede saber, lo veras mañana cuando vuelva a casa después del instituto.

-Oh vamos, quiero saber. Además, yo mañana trabajo así que no podré verlo hasta llegar y el Bar está lejos.- Insistió Kitty haciendo un puchero.

-Okay, hagamos esto, lo ves cuando te recoja después del trabajo mañana.

-Uhm, de acuerdo. Pero mañana canto y quiero que vayas a tiempo para poder verme actuar. No me valen excusas.

-Esta bien, esta bien iré a verte cantar y te traeré a casa.

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La noche del día siguiente Marley entró al Bar justo cuando Kitty estaba subiendo al escenario. La castaña se pidió una cerveza haciendo uso de su carnet falso donde decía que su nombre era Melissa Benoist y tenía veinte años. Marley observó toda la presentación de Kitty con una sonrisa en el rostro mientras bebía pequeños tragos de su cerveza. Cuando Kitty término Marley fue la primero en levantarse y empezar a aplaudir y silbar a la chica. Varias personas se  habían levantado durante la presentación para dejar dinero en el tarro de las propinas de Kitty que estaba a un lado de ella en el escenario.

La mayor parte de los ingresos de Kitty venía de ahí. Las propinas. Lo que ella ganaba contando era suyo, algunas noches Kitty ganaba al menos 800 dólares y parecía que hoy sería una de esos días de suerte. El Bar estaba concurrido y todos parecían borrachos y felices. 

Las chicas salieron media hora después. Cuando Kitty terminó su turno y se cambió de ropa. Una vez fuera lo primero que Kitty vio fue una moto, una moto negra bastante bonita y que parecía cara. Marley camino hacía la moto se sentó en ella y preguntó:

-¿Te gusta?- Kitty la miró sorprendida y luego empezó a mirar a los alrededores nerviosa. Estaba oscuro y aunque no era una zona peligrosa y poco concurrida le preocupara que el dueño de la moto fuera de alguna banda y golpeara a Marley o aún peor la matara o abusara de ella por sentarse en su moto.

-Es bonita pero deberias bajarte de ella no sabemos de quien es y podría ser peligroso.

-No  te preocupes, es mía.- Respondió Marley con calma  mientras sonreía a Kitty divertida.

-¿Tuya?

-Sí, mía. Este es el pago que recibí por aquel trabajo por el que me estuviste preguntando ayer.

-¿Te dieron una moto como pago?- Preguntó Kitty aun sin poder creerse que Marley fuera la dueña de esa moto.

-Sí, ten ponte el casco. Compre una para tí en el camino, espero te guste.-Marley le tendió a Kitty un casco para moto negro para luego ponerse una igual cuando Kitty lo recibió y encender la moto.-Sube.

-¿Sabes cómo conducir eso?-Preguntó Kitty con miedo.

-Sí, no te preocupes, una amiga me enseñó hace tiempo.

Kitty miro la moto dudosa pero decidió creer en Marley. Ella ya había aprendido que Marley era todo una caja de sorpresas. Suave y amable en el exterior pero dura y fría si la provocas. Kitty aun recordaba aquella noche en la que Marley había vuelto a casa con dos botellas de Whisky barato tras entregar un trabajo. Esa noche de sábado, mientras la lluvia caía sobre las oscuras calles de Lima, Marley y Kitty se habían emborrachado hasta el punto en que ya no podían sentir ni pensar nada, entonces ambas chicas se abrazaron en la cama que compartían y lloraron en los brazos de la otra hasta caer dormidas. A la mañana siguiente ninguna hablo de lo que pasó la noche anterior.  

El viaje a casa fue en silencio y al llegar Marley preparó la cena para comer e ir se a dormir. Había sido un día largo y aunque no tenían clases al día siguiente pues era sábado ambas estaban demasiado cansadas como para seguir despiertas. 

Holding OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora