Capitulo #2

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Dos días después de esas terribles discusiones, mi mama me preparo mi maleta y me aviso que esa tarde saldríamos al que sería nuestro nuevo hogar. Y pensé en que había de malo con este, si me encantaba estar aquí.

Estaba en el comedor comiendo un trozo de pastel, y siento la presencia de mi padre, y me volteo para mirarlo, este ve como limpio mis dedos con la boca.

-Debes usar servilletas Georgina!!- Me dice, mientras saca una servilleta del dispensador para limpiarme las manos. –Mira no más como te has ensuciado tu vestido- Y mi mama lo interrumpe.

-A dónde vamos no necesitara más un vestido- Le dice mi mama de forma seria y cruzada de brazos.

-Vamos Edith, no puedo creer que armes todo este drama solo para irte- Le dice mi padre mirándola fijamente.

-No es ningún drama Daniels, es mi vida y me di cuenta que realmente esta no soy yo...- Dijo y le dio la espalda para retirarse, pero mi padre salió tras de ella.

-Así? Entonces te iras a ese pueblucho a volver a ser una campuruza? Una marginal, para criar vacas en una choza?- Hablo mi papa de forma sarcástica.

-Escúchame bien mal agradecido, esta campuruza que está aquí, es tu esposa, y fue la única mujer que creyó en ti, cuando más nadie lo hizo, yo me quede contigo y te apoye y te ayude a graduarte para que tengas ese título de Dr que tienes ahora, y criando vacas es que logramos obtener esta casa, y no voy a seguir viviendo esta mentira y seguir fingiendo ser la mujer que no soy, y!! Deberías pensar lo mismo.- Dijo mi mama recriminándolo con el dedo. Mi papa desde luego se quedó callado, solo la miro y después tomo su saco y salió de la casa.

 Mi papa desde luego se quedó callado, solo la miro y después tomo su saco y salió de la casa

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Mi mama era una mujer muy recta, no era la típica mujer ama de casa que hacia todo lo que el esposo ordenara, ella era muy hábil, muy tenas, astuta, no se dejaba engatusar por nadie ni muchos menos dominar por ningún hombre y eso se debía a todas sus experiencias pasadas; mi mama tenía 29 años cuando me dio a luz y ya no quiso tener más hijos, aunque era una mujer de un carácter frio, siempre demostraba afecto a su familia. Ella se casó con mi padre a los 26, mi papa es tres años menor que ella y los dos presentan tener las mismas cualidades y las mismas personalidades.

Se dice porai que los opuestos se atraen, pero ellos dos juntos es como mezclar la arena y agua salada, juntos conforman un hermoso mar y aunque la marea no siempre era tranquila, siempre buscaban la forma de mantener el barco a flote 

La EstiradaWhere stories live. Discover now