No permitas que nadie menosprecie tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12
Cuando se está pasando por un momento difícil en el que no ves solución alguna, y además, te concentras tanto en ti mismo que olvidas cómo lo que te pasa puede afectar a otros, en lo que menos piensas es en la madurez, sino más bien en tu comodidad. La depresión me volvió un ser aún más miserable de lo que soy. Me puso en ese lugar lleno de egocentrismo donde lo único que te preocupa es lo que te pasa a ti. La tristeza no me dejaba ver que Dios es más que un ser lejano al que solo puedo sentir cercano los domingos al asistir a la iglesia.
Muchos no toman tu opinión en cuenta cuando eres joven, pues como tienes poca edad, creen que así mismo es el conocimiento o experiencia que posees. Creen que solo te preocupa tu imagen o cuál fue el último teléfono inteligente en salir, cuando lo cierto es que solo estamos tratando de ser adultos y tener una vida. Ir a la universidad, tener un trabajo, irse a vivir solo, algún día tener una familia, lidiar con la presión de la sociedad ante tus constantes fracasos. No suena nada bonito, como sonaría la vida de una chica en una novela juvenil. No es tan fácil como se ve. Se necesita madurez.
Como una joven cristiana mi madurez no depende de lo autosuficiente que soy, como el mundo lo hace ver, sino en la dependencia en Dios en mi diario vivir. El ser un ejemplo a los creyentes aún siendo joven va más allá de lo que puedo hacer con mis fuerzas, te mostraré:
Cuando muchos me han atacado o se han burlado de mí, Dios me ha ayudado a ser ejemplo con mis palabras. A pesar de que muchos me han tratado mal, Dios me ha ayudado a tratarlos como a mí me gustaría que me tratarán. En un mísero intento humano esto se puede lograr, pero llegará el momento en el que fallarás. En cambio, si esta conducta viene del fruto del Espíritu Santo en tu vida llegará el momento en el que será permanente.
Así como me tocó a mí madurar; dar ese fruto, cuando Dios hizo que perdonara a mi papá por su abandono, a mis compañeros de la infancia por burlarse de mí, a esos que me han engañado y herido, así espero que el Señor te ayude a tener madurez en este momento de tu vida y a saber que hay esperanza, que hay luz.
Cristo es nuestra luz en la oscuridad, Él es nuestra Luz en nuestro caminar.
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Jesús es la luz
SpiritualeJesús les habló otra vez, diciendo: «Yo soy la Luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida». Juan 8:12 Descubre la historia de Ana, una chica cristiana que no entiende hasta que se ve en la completa oscur...