-Nunca supo lo que en realidad era Lafayette hasta que descubrió cada uno de sus secretos.
Lafayette nunca supo quién era Alexander hasta que besó cada centímetro de su piel.
/B o r r a d o r.
Georgehabíasidoclaroconsusindicaciones, así que había sido mejor obedecerle al pie de la letra, a las ocho con cincuenta y siete, el castaño ya se encontraba caminando hacia el comedor, en el cual se encontraba una larga mesa con doce sillas, dejando ver en el centro varios alimentos apetitosos, lo cual hizo al chico abrir los ojos de par en par.
Martha y dos chicas con uniforme se encontraban acomodando los alimentos y ordenando las sillas, George en cambio se encontraba acomodando los tenedores y cucharas.
- ¿Qué está pasando?, ¿Por qué tanto alboroto? -. Preguntó el caribeño mientras se acercaba a su tutor, parecía una cena muy elegante para solo tres personas.
-Lo habíamos olvidado por completo. Hoy tendremos visitas, espero que no te moleste. Es una oportunidad perfecta para presentarte a nuestros cercanos. Ahora toma asiento y espera.- dijo el mayor sin interrumpir por su tarea.
Alexander obedeció casi de inmediato, paso así unos minutos jugando con sus manos cuando el timbre sonó. Martha se apresuró a abrir la puerta y en seguida ya en el comedor se encontraban tres señoritas con vestidos voluptuosos y un señor con mirada bondadosa.
La esposa de George se acercó al chico y lo tomó por los hombros, dándole una especie de abrazo amigable.
-Este es Alexander, es el chico que vivía en el internado. Es un buen muchacho y tiene excelentes calificaciones. Hijo, ellas son Elizabeth, Angelica y Margarita, hijas de un amigo especial de la familia. -.El ojiverde besó las manos de las tres chicas, fijando su vista mejor en la pelinegra, en la cual notó un leve sonrojo al besar su mano. Al ir a sentarse, Martha se giró hacía él y tomó sus manos febrilmente. - Sé que es angustioso para ti conocer a tanta gente el mismo día, perdoname, nos olvidamos completo de este día, y más de que tendríamos visitas.
Hamilton negó con la cabeza mientras con un gesto señalaba de que estaba bien. El timbre volvió a sonar, pero esta vez fue George en que corrió a abrir.
La señora se alejó sin dejar de sonreír con dulzura para luego ir a sentarse, el castaño iba a ser lo mismo, cuando notó como su tutor y aquel chico le acompañaban.
Hamilton sintió como su cuerpo se congelaba, prácticamente. Se apresuró a moverse y sentarse al lado de la chica con vestido de azul. Esta le sonrió así que el chico hizo lo mismo.
Su tutor se sentó al lado de su esposa y el francés quedó en frente de él, la sonrisa seguía en su rostro al verlo.
No tardó mucho en venir la comida. La cual estaba deliciosa, la chica pelinegra le había dado una pequeña clase de como se usaban los cubiertos a lo cual estaba agradecido.
-Alex, saluda. El es Lafayette. Es un muchacho muy listo y ágil en los deportes, creeme es agradable estar con él -. Exclamó George luego de un rato mientras sonreía al recién mencionado.
Elchico se apresuró a sentarse, tratando de no tomarle importancia.
-Disculpen, ahora vuelvo -. Exclamó Hamilton mientras se levantaba de su asiento para luego correr escaleras arriba, ¿quién se creía? aquel francés idiota le había besado la mano.
Fue al baño a lavarse la cara para luego mirarse en el espejo y mirar su mano. En esa mano aquel chico había dejado un beso.
