Tropezón

Tropezón [Epílogo]

Dos años después

Sakura abrió sus ojos a un cielo de nubes y azul.

Konoha estaba animada, como de costumbre. Una tarde brillante en un sábado llevó a la gente a leer detenidamente los puestos del mercado, reunirse con amigos, salir con la familia, o simplemente disfrutar del momento pacífico que trajo el día. El sol estaba especialmente cálido ese día en particular, ya que el zumbido de las cigarras rodeaba el aire como un lazo prolijamente envuelto.

"¿Estás usando bloqueador solar? Debido a que en realidad estás tan pálido, creo que tendrías una quemadura de sol simplemente parándote junto a un horno".

Sasuke resopló en su excesivamente amargo café helado. "Si te estás refiriendo al protector solar que encontré en mi habitación con la nota 'no te estarás riendo cuando te estés pelando', entonces sí. Estoy usando ese protector solar".

Catorce años de edad, Sakura se rió antes de estallar una bola de masa en su boca. Le encantaban días como este en los que podía pasar el rato con uno de sus mejores amigos mientras veía pasar a la gente. El restaurante que frecuentaban a menudo se quedaba uno de sus favoritos con los surtidos de productos fritos y barbacoa, e incluso si iban a Ichiraku de vez en cuando, no era lo mismo sin Naruto allí con ellos. Aunque siempre fue lindo ver a Teuchi y decir hola.

"Aunque siempre es divertido saber que cuidas bien de tu piel, hay otras cosas que también me han interesado", dijo. Ella sorbió su limonada. "¿Cómo es ser sargento de policía? Obi-san me dijo que estás un poco estresado con el pelotón bajo tu mando".

"Los odio a todos".

"Eso no es muy agradable."

"Uchiha ya es lo suficientemente insufrible como es y ahora es peor porque no creen que deberían estar escuchando a un niño de catorce años, aunque sea el maldito hijo del Comisionado", refunfuñó. Sakura sonrió y comenzó a arremangarse las mangas de su chaqueta gris de regulación. Ella ya no trabajaba en T & I, pero se había apegado al uniforme y no dejaría de usarlo, sin importar cuántas veces Genma se quejaba.

"Es difícil escalar posiciones cuando eres un mocoso, pero mejorará", le guiñó un ojo. "Tienes un temperamento casi tan explosivo como el mío, así que están obligados a escucharte de una manera u otra. Suerte tienes los próximos días libres, ¿eh?"

Él suspiró. "Supongo que Sai y yo iremos a la exposición de arte mañana, así que mi humor debería mejorar. Finalmente conseguí exponer uno de mis trabajos".

"¿El de las ruinas?"

"Mm"

"¡Felicidades! ¡Sé que pasaste mucho tiempo con eso!" Sakura exclamó. Si hubiera sabido que el arte se convertiría en un elemento de disuasión contra sus embotelladas emociones, se lo habría contado al Sasuke de la otra línea de tiempo y habría esperado lo mejor. Incluso si él era propenso a enojarse tanto como ella, esta vez tenía una salida saludable y le había hecho un mundo de bien. "¡Casi lo olvido! Me llamaron antes al aviario y recibimos una carta de Naruto".

Sasuke se apoyó contra la mesa con interés. "¿Que dijo él?"

Sacó la carta del forro interior de su chaqueta y se la tendió para que la leyera.

-

Sasuke y Sakura-chan,

¿Cómo están chicos? Ha sido, wow, casi dos años. Sé que ero-sennin dijo que solo me entrenaría aquí por tanto tiempo, pero surgieron algunas cosas y... ¿Creo que voy a estar fuera un año más? Él ya envió una carta a mis padres explicando lo que está pasando. Están de acuerdo con eso, pero dijeron que me extrañan y quieren que regrese pronto.