Tropezón

Pérdida

Advertencia: Múltiples Menciones de Violación Implícita, muy similar a lo que ocurrió en el capítulo Fuego. Pero peor.20

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"No eres tan grande y poderosa ahora, ¿verdad?" Obito se burló, sus dedos se clavaron en el cuello sangrante y sin piel de Sakura. Incluso con el dolor llevándola de la cabeza a los pies, ella lo miró con ojos llorosos y reunió la fuerza para escupirle en la cara.

"Joder... tú..."

Él rió.

"¿No lo has hecho ya?"

Y el fuego negro se arremolinaba a su alrededor, con un calor abrasador que se filtraba en el odio que emanaba entre ellos. Podía ver la oscuridad crecer en su visión periférica, lentamente arrastrándose de árbol en árbol y oscureciéndose--

Sakura se despertó.

Su habitación estaba oscura, iluminada solo por la luz de la luna que entraba por la ventana. Su ropa, un conjunto simple de una camiseta sin mangas y pantalones cortos de spandex, estaban completamente empapados con su sudor. Las líneas rojas estaban esparcidas por todo su cuello como resultado del rasguño inconsciente e implacable que había hecho mientras dormía.

Eran las dos de la madrugada y sabía que ya no dormiría más. Sakura sostuvo una mano verde brillante sobre su piel rasgada mientras se deslizaba fuera de la cama y entraba para dejar entrar aire fresco a su habitación. Luego se dejó caer en el asiento de la ventana y se apoyó contra la pared, usando su mano libre para frotar las bolsas oscuras debajo de sus ojos.

A veces se preguntaba por qué ella era una de las dos enviadas en el tiempo. ¿Por qué ella? ¿Por qué ella que no pudo cambiar nada en la primera línea de tiempo? En todo caso, Naruto debería haber tenido la oportunidad de arreglar el mundo. Él fue el elegido. Siempre había sido, siempre lo seria.

Incluso Sasuke habría sido una mejor elección que ella. Y eso que él trató de matarla una vez.

Ella lanzó un profundo suspiro y se hundió aún más contra la pared. Ella tenía ocho años ahora, pero se sentía como si estuviera en sus 20 años otra vez, ese individuo hastiado que no tenía nada más que perder.

Honestamente esperaba que Sasori estubiera teniendo un mejor momento para su final.

"Sakura-san"

Girando la cabeza, vio a Yori en la almohada a su lado. Una nota enrollada yacía en la pinza que le ofreció.

"Gracias. Todas las buenas noticias de él, espero", dijo. Yori se movió en un ángulo, mirando sospechosamente dudando por un arácnido.

"No necesariamente lo llamaría... bueno", murmuró. Sakura reprimió el impulso de gemir mientras lo abría de mala gana.

Aparentemente, el Godaime Kazekage se escapó.

Ella parpadeó.

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Sasori no sabía cómo tomar esta situación. Él y Orochimaru habían hecho una misión rápida en la frontera dl país del viento, donde se habían enterado de un pequeño pánico dentro del área de Suna. Gaara normalmente tendría momentos en los que desaparecería por unos días a la vez, reapareciendo cuando sus cuidadores lo buscaban por orden de su padre. Pero habían pasado dos semanas desde la última vez que alguien lo había visto.

Fue un ANBU quien hizo el informe esta vez, y se suponía que toda la élite debía estar pendiente del niño de ocho años.

"Eso es desafortunado", zumbó Orochimaru desde su asiento en el café nocturno. Sasori estaba frente a él, una mirada calculadora en sus ojos. "Deberíamos vigilar al chico. Él sostiene al Ichibi dentro de él, ¿no?"