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Es el instituto. Y todos saben cómo funciona la preparatoria.

Existen las chicas populares, las chicas que son lindas pero no destacan tanto, y las chicas feas. Están los jugadores de fútbol que afirman se follan una chica diferente cada noche, los chicos hippies que cantan, y están los nerds cómo yo.

¡Pero vamos! Este es el siglo XXI, el chico nerd no es exactamente el que usa gafas, viste anticuado y se come los mocos. Por lo menos no soy así. No visto de ese modo, y mucho menos me alimento a base de mi mucosidad, solo soy inteligente y no me gusta relacionarme con hombres como los que mencioné. Eso es todo.
Prefiero estudiar las nomenclaturas, resolver ecuaciones y aprender sobre Einstein a sentarme a hablar sobre lo que hablan la mayoría de esos cabrones: tetas.

En la actualidad las cosas son diferentes. Ella y yo somos diferentes. Eugenia es hermosa, rubia, alta, con un cuerpo de infarto y ojos tiernos. Un rostro angelical, que viste a la moda, y aunque desde el primer día en que ingresó a nuestra preparatoria encajó con las chicas populares ella es diferente a las demás.

Es noble y humilde, y mientras sus amigas se ríen de las chicas gordas por ser gordas, ella les recuerda que son hermosas.

Así es Eugenia Suárez, y por esa misma razón yo caí rendido a sus pies, enamoradísimo de remate. 

Ahora solo tengo que ganarme su corazón. Pero os recuerdo, las cosas ya no son como antes.
Por lo que supongo que escribirle un poema me hará parecer (a los ojos de muchos un capullo).
Así que sin más remedio me veo arrastrado a conquistarla de una manera... Diferente.
Así que agarro valor, respirando hondo y actuando antes de que el arrepentimiento me cohiba.
Eugenia y yo estamos en el mismo curso, y como un buen grupo tienen un grupo de WhatsApp del cuál yo me retiré apenas me agregaron, así que agendo el número de la rubia y elimino mi foto de WhatsApp reemplazándola por una imagen con una frase depresiva tipo: "Odio mi vida..." Y cosas así.
Le escribo con rapidez.
«Dame veintidós días. Conóceme y te conoceré...»
Lo envío con velocidad y me guardo el celular para evitar usar la nueva posibilidad de eliminar mensajes.
Lo hecho, hecho está.

Texting with the blondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora