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Aquel gesto es innegable decir que no me conmovió. Él había hecho eso por mí. Y de acuerdo al orden de los factores, no solo había hecho éste increíble gesto, si no que, se había aliado con mis amigas. Mis amigas las populares insensibles, que de hecho, se burlaron durante bastantes meses de Nicolás, sobre todo cuando le diagnosticaron miopía y se vió obligado a usar unas horrendas gafas. Aún así recuerdo haberme sentado a su lado en la cafetería, había agarrado un pastelito de banano que a todos nos desagradaban, pero Nicolás agarra como veinte de ellos.

Le sonreí y él me devolvió la sonrisa. No charlamos o algo parecido, solo recuerdo que tomé una de las tortas de banana de su bandeja y la mordí con ahínco, como si fuese lo más maravilloso que hubiese probado.

Ahora mismo ese Nicolás estaba frente a mí, con ojos cristalizados y la mandíbula apretada supongo que, de nervios. Notaba sus manos temblando aunque en ellas descansaban unas hermosas rosas.

—¿Crees que vas a comprarme con eso?—le reté.

El color caramelo de su rostro pareció desvanecerse, por un momento creí que se desmayaría, que caería de bruces ahí mismo.

—No, yo no... Solo quería darte un detalle. No quería que... Qué pensaras que quiero comprarte o ganarte. Esto costó mucho...—enarqué una ceja, y el color recuperado se desvaneció nuevamente— no me refiero a que pienses que por qué todo esto es caro debes perdonarme... Joder, Rubia... La estoy cagando mal.

—Escúchame muy bien, Nicolás Riera. Me puedes traer un maldito coche, un yate, me puedes comprar un anillo, llevarme a París, y sabes que eso me va a valer tres hectáreas de verg...—detengo las sucias palabras antes de que broten, me acerco peligrosamente a él, y le veo retroceder. Los hombres que piensan que nos tienen dominadas a las mujeres, son tan tontos. No se dan cuenta que nosotras somos las que dominamos, las que damos el no y el sí definitivo. Las mujeres somos el karma de los hombres.

—Rubia, yo...—trata de disculparse.

Pero no le dejo hablar, tiro sus rosas al suelo de mármol como acto reflejo y lo beso, metiendo mi lengua en su cavidad bucal, y me doy cuenta, enserio me doy cuenta de lo mucho que amo a éste nerd.


Feliz mes del orgullo señores y señoras. Recuerden que love... Is love...

Texting with the blondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora