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Era obvio que tarde o temprano terminaría reprochándome lo que hice con Nicolás. Es que a) no lo conozco de nada, b) hemos hablado pero jamás hemos estado tan cercanos, c) es que es un jodido desconocido. 

También me reproché lo contradictoria que puedo llegar a ser. Porque me he quejado todas éstas semanas por aquél hombre del chat anónimo, quien afirma querer de todo conmigo cuando no me conoce de nada. Porque yo ayer, quería absolutamente todo de Nicolás. 

No tenía ningún problema con que me quitara el pantalón y me hiciera lo que deseaba; lamente haberle frenado pero aunque he tenido relaciones sexuales anteriormente nadie jamás ha logrado que yo pueda disfrutar de un orgasmo, y de alguna manera aquel hecho me aterrorizó.

 Incluso al llegar a mi casa solo podía pensar en él y en la escena erótica que tuvimos sin siquiera ser parte del plan. 

Todos en el Rockland piensan que Nicolás es un tarado, afirman que es gay (como si eso fuera algo malo) y que jamás sabría complacer a una mujer, él jamás ha desmentido éstas afirmaciones, las toma de la manera más parsimoniosa. 

¿Qué sentirían los demás si supieran que Nicolás no es gay, y no solo eso sino que, casi logra llevarme hasta el límite de un delicioso orgasmo? 

Concluí mi día masturbándome en la ducha, pensando en los dedos largos de Nicolás, y en su toque de manera sutil pero ansiada y hambrienta. Miré mi celular para encontrarme con que el acosador no me había escrito ni una sola palabra. 

El nudo de mi estómago se desenroscó. 

¿Será entonces que por fin ha llegado el fin de éstos absurdos días chateando con él? 

Texting with the blondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora