🐾moiras🐥

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En la mitología griega; las moiras son la representación del destino.

Eran tres: Átropo, Cloto y Láquesis. Su función es regular el tiempo de cada mortal en el mundo de los vivos, desde su nacimiento hasta su muerte, con ayuda de un hilo que la primera hilaba, la segunda enrollaba, y la tercera cortaba cuando llegaba el final de esa vida.

En sus muchos siglos de existencia habían observado millones de historias diferentes; vieron imperios caer y otros surgir, grandes héroes y asesinos despiadados, habían trazado todos los destinos y puesto fin a infinita cantidad de vidas. En su calidad de titaneides tenían la capacidad de recordar cada rostro, nacimiento, transcurso y muerte, pero había ciertos relatos en particular que siempre les gustaba rememorar.

Como aquel en el que dos jóvenes muchachos, acomodados hijos de políticos en la gran ciudad de Atenas de gran belleza y valía se enamoraron en contra de las normas regidas por dichas familias.

Eran bien conocidas las casas de lujuria en las que se vendían los placeres sexuales en compañía de dulces jóvenes y éstas eran accesibles solamente para aquellos que dispusieran de una suma acaudalada de dracmas, quienes por supuesto serían hombres con capacidad de trabajar. Muy a pesar de ser conscientes de la satisfacción carnal homosexual que se encontraba en aquellos lugares, no se consideraba a quienes acudieran a dichos centros de placer como hombres débiles, afeminados o de poco valor, ya que la plata era la moneda de cambio en dichas transacciones se tenía gran consideración y respeto a quienes acudían a dichos servicios.

Pero no existía tal estima para las relaciones románticas entre personas del mismo sexo.

En un principio, Jimin y Jungkook eran amigos, dos pequeños niños que se conocieron debido a las relaciones políticas entre sus padres, congeniaron de inmediato, después de eso compartieron maestros, salidas y juegos. Los años pasaron y el cariño entre ambos muchachos creció tanto o más que sus cuerpos, convirtiéndolos en fuertes jóvenes, dotados de belleza e inteligencia.

Las propuestas de matrimonio no tardaron en llegar.

Muchos hombres de buena posición querían casar a sus hijas con Jimin y Jungkook, quienes además de sus muchas aptitudes heredarían de sus padres no solamente tierras y riquezas sino también estatus social. Pero a pesar de ser hombres formados en la política y conocedores de sus inefables uniones conyugales, alegaban no estar preparados para afrontar tales responsabilidades y sus padres accedieron a esperar a que cumplieran los dieciocho años de edad.

Días, meses, años en compañía del otro no hicieron más que acrecentar su aprecio y confianza, tal era ésta última que decidieron visitar juntos su primer prostíbulo a la edad de diecisiete años. Cuando ambos hubieron culminado su visita, Jimin confesó haber perdido su virginidad con un muchacho en lugar de una chica. Junkook se sorprendió un poco pero no lo tomó como algo grave, tan solo eran dos amigos acudiendo a una casa del placer para satisfacer sus necesidades, no importaba qué clase de cuerpo fuera el receptáculo o a quien perteneciera.

Si le llamó la atención cuando después de su segundo encuentro, en aquella ocasión con una hermosa mujer, comenzó a elegir hombres en cada oportunidad. Es cierto que mientras fuera un agujero poco importaba el dueño, pero realmente estaba picando su curiosidad, entonces decidió confrontarlo una noche después de largas horas de estudio. Jimin admitió sentir más placer cuando era un hombre y no una mujer a quien penetraba, que encontraba mayor lujuria en pechos planos que en suaves y aterciopelados senos.

Jungkook se sorprendió, no había escuchado de algo así antes. Él había sido un muchacho curioso toda la vida, leyendo antiguos pergaminos sobre antiguos relatos pero jamás había leído una palabra al respecto. Tan grande era su curiosidad que decidió comprender aún mejor la atracción que sentía su amigo, entonces le pidió que lo besara. Fuertes labios se adueñaron de su boca, con timidez al principio pero devorándolo con pasión más tarde, no se comparaba con los besos que había conpartido con las prostitutas que había frecuentado y encontró el hecho de que fuera su amigo quien llevara las riendas muy excitante.

Las manos del contrario se apoderaron de los botones de su camisa, deshaciéndose de la misma para luego acariciar sus trabajados pectorales. Él y Jimin pasaban sus mañanas ejercitándose, así es que se sorprendió disfrutando de tocar los fuertes bíceps de su amigo. Las ropas no tardaron en desaparecer y con un poco de torpeza pero el placer nublando su conciencia esa noche saciaron sus cuerpos entre besos y caricias necesitados, jadeando y gimiendo hasta que ambos alcanzaron el tan anhelado clímax.

Jungkook entendió a lo que Jimin se refería, eso había sido infinitamente mejor que ir a un prostíbulo.

Claramente aquella no fue la última vez, desde entonces cada vez que podían tenían sus manos sobre el cuerpo del contrario, degustando y estudiando cada centímetro de piel ajena mientras los sentimientos crecían de forma alarmante. Ninguno se percató de cuánto se estaba involucrando en aquellas sesiones secretas hasta que una noche mientras descansaban plácidamente en los brazos del otro después de una larga maratón de sexo confesaron amarse.

Eso lo complicó todo.

Ellos tenían matrimonios arreglados que debían concretarse en tan sólo unos meses, pero no había manera en que quisieran renunciar a su ya descubierto amor. Aún desnudos y enredados bajo las sábanas derramaron lágrimas por el destino que sus padres habían escogido para ellos y luego de un largo momento de pesar decidieron huir.

Pero no contaban con que sus padres hubiesen descubierto su relación hace tiempo y tan sólo los hubiesen dejado satisfacer sus placeres carnales hasta llegado el matrimonio, habían enviado a uno de sus criados a espiarlos y éste había escuchado los planes de fuga de los jóvenes enamorados.

Fueron confrontados y obligados a seguir adelante con sus deberes políticos pero ambos se negaron, ningún tipo de amenaza por parte de sus progenitores logró cambiar sus sentimientos y a pesar de que les prohibieron verse, intentaron escapar.

Jimin había acudido en la oscuridad esa misma noche a la habitación de Jungkook, quien sin dudarlo un segundo emprendió la huida junto a su amado. Pero otra vez habían subestimado la inteligencia de sus padres, quienes los cazaron como si de animales se tratara. Lucharon con fuerza y valor, corriendo hasta que sus pulmones ardían por la fuerza de aire, pero en un vano intento por escapar a los guardias de su padre Jungkook fue atravesado por la espada de uno de ellos.

En el olimpo los dioses escucharon el grito de dolor que desgarró la garganta de Jimin al ver a su amado en un charco de sangre y la cuchilla atravesando su abdomen. Con manos temblorosas acarició suavemente la fría mejilla de quien había sido su amigo y más grande amor, quien lo miraba desde abajo con unos ojos que decían que no se arrepentía de nada, ni de su amor, ni de huir, ni de morir -te amo -susurró con su último aliento y en un rápido movimiento Jimin sacó la espada y la hundió en su propio cuerpo con fuerza.

No era consciente de los gritos y llantos a su alrededor, sólo del rostro inerte de Jungkook.

Las moiras recuerdan con tristeza el momento en que cortaron los hilos de vida de ambos jóvenes, cuyas almas en pena habitaban el hades.

Jikook || one shootsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora