La última vez que había visto a Jimin fue extremadamente dolorosa.
Al igual que siempre apareció luego de una larga y silenciosa ausencia, sin dar explicaciones ni pedir disculpas me besó, apoderándose de mi cuerpo y alma como siempre acostumbraba.
Pero algo era diferente esa noche.
Yo era diferente.
Y Jimin había bebido, así es que después de nuestra habitual rutina, una vez que el sexo hubo acabado se quebró. Y lloró, entre lágrimas y sollozos me contó aquello que lo acongojaba, como a pesar de sus inmensos esfuerzos por enorgullecer a sus padres y agradar a sus hermanos eran en vano debido a la intensa homofobia que radicaba en el seno familiar. Lo habían humillado e insultado cuando lo descubrieron con su ex novio del colegio secundario, Namjoon. Su padre quiso golpearlo pero su madre lo detuvo diciéndole que no lo valía, ensuciarse las manos con alguien así de enfermo y desviado era rebajarse de su nivel.
Pero Jimin lo soportó, era joven y estaba enamorado. ¿Qué podría salir mal?
Namjoon.
Quien lo engañó con su amigo Hoseok.
Entonces lo entendí, por qué siempre cerraba sus emociones, su insistencia en ocultar sus sentimientos, la indiferencia con la que siempre me dejaba en las mañanas, la manera en que silenciosamente sus ojos me pedían socorro cuando acudía a mi departamento. Ahora todo tenía sentido.
Entonces por primera vez le pedí que se quedara, que lo intentara, que me diera una oportunidad. Le prometí amarlo y protegerlo, escuchar sus penas y esforzarme por reparar su ajetreado corazón, le dije que ya no estaba sólo, que siempre podría contar conmigo y que no lo defraudaría, yo no lo engañaría.
Y entonces todo se fue a la mierda cuando se rió en mi cara.
Dijo que era patético e insulso, que sólo me había utilizado para quitarse el estrés y satisfacer sus apetitos sexuales, que ni siquiera había sido el único, que además de mi habían otros chicos e incluso chicas que frecuentaba cuando su cuerpo anhelaba consuelo y placer. Dijo que creyó que era lo suficientemente inteligente para captarlo debido a que nunca me visitaba con otro motivo, que no era importante para él y que nunca lo sería.
Lloré.
Días, semanas y meses transcurrieron en los que no hacía más que cumplir con mis labores diaras como un automáta, ansiando llegar al silencio de mi habitación en las noches para desahogar mi dolor en un sin fin de lágrimas. Lo odié, pero más me disgustó mi propio comportamiento, me dejé utilizar inventando estúpidas y cursis fantasías en las que yo sería algun tipo de sanador para su alma en pena.
Patético.
Decidí que era suficiente. No más odio ni autodesprecio, saldría adelante y tomaría las riendas de mi vida nuevamente, ninguna persona iba a arrebatarme la sonrisa, ni siquiera Park Jimin.
Es por eso que me sorprendió tanto encontrarlo del otro lado de mi puerta. Luce más pálido y delgado, hay grandes bolsas negras bajo sus ojos y parece mucho más desaliñado que la última vez que lo vi.
Es la versión abandonada de Park Jimin.
Reprimo la curiosidad y preocupación que amenazan con salir y muestro mi rostro imperturbable -¿Qué quieres? -Pregunté hosco.
-A ti.
-¿Para qué? Debes comprender que todo esto me resulta extraño, así es que trata de ser más explícito por favor. -Dije fingiendo desinterés.
-Yo..-comenzó a jugar con sus dedos, este muchacho débil y tímido nada se parece al gran Park Jimin que solía frecuentarme- lamento todo lo que te dije, nada fue cierto. La verdad es que me sentí abrumado por todo lo que dijiste y entré en pánico, sé que es una excusa estúpida pero fue como un mecanismo de defensa. No esperaba escuchar esas palabras aquella noche, ni siquiera te hubiese contado sobre mi vida de no ser por la influencia del alcohol y no estoy tratando de decir que me arrepiento de hacerlo, pero de saber lo que sucedería después no hubiese abierto la boca.
-Ve al grano Jimin -dije fríamente, no quiero que sus excusas me hagan cambiar de opinión sobre no dejarlo arruinarme.
-Te quiero -el silencio inundó el pasillo en que nos encontramos, ninguno dijo nada en lo que parecieron siglos -no lo comprendí hasta que me fui y me dí cuenta de que ya no podría volver. Me gusta besarte, que hagamos el amor, atraparte observándome en las mañanas cuando despierto, que siempre estuvieras dispuesto, que entendieras que no necesitaba preguntas sino que deseaba consuelo, que siempre me brindaras cariño y amor en silenciosas caricias. Te extraño tanto Jungkook, haría cualquier cosa por tener tu perdón. -ví una solitaria lágrima descender por su mejilla y lo recordé.
Recordé todas aquellas noches en vela preguntándome por qué no era suficiente, llorando con el corazón hecho trizas debido a su cobardía, a su miedo de amar. Recordé sus palabras hirientes y que dije que ya no le permitiría robarme la sonrisa, no pondría mi mundo de cabeza nuevamente, no me volvería adicto y me intoxicaría en el, porque Jimin es como nicotina.
Levanté la mirada para encontrame con sus hermosos ojos avellana -llórame un río Jimin, yo lloré un río por tí.
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Jikook || one shoots
FanfictionDonde recolecto todos mis o.s porque no se puede confiar en gaypad :'c Contiene smutt, fluff, angst, de todo un poco xd