Camine hasta la sala y volví a tenderme en la silla. El me siguió, se sentó en uno de los muebles, estaría todo muy callado si no fuera por la lluvia. Tome uno de los libros de la repisa, me gusta tenerlos acomodados, como una biblioteca, busque algún cuento antiguo, “Las obras de Canterbury”, de Geoffrey Chaucer, hacia tanto que no leía tan antiquísimos cuentos, que me dio curiosidad echarle un ojo a este a ver de que trataba.
Estaba escrito en latín, era bueno comprenderlo para mí, tuve muchos años para hacerlo e incluso pude practicarlo algunas veces en la vida cotidiana. Leí esta vez salteado, y me fui por el cuento del molinero, cuando termine de leerlo me reía sola y el aun seguía callado. Lo saque de sus pensamientos.
- “Que tonto hombre… pobre hombre”
-¿De que ríes?
-Un cuento – volví a reírme silenciosa. El extendió su mano tranquilamente para pedirme el libro. – Oye esta en latín. No creo que lo entiendas.
-Entonces cuéntame el chiste.
-Bueno, bueno… era… una victima de la mentira, eso estaba mal pero, fue muy gracioso… veras hay tres personajes en todo el meollo, todo comienza porque Nicolás, y Alison le querían hacer una trampa al esposo de ella un carpintero, para que el hombre no los descubriera por una noche ya que se amaban y no podían estar juntos, entonces el muy inteligente de Nicolás que veía los astros dijo una mentira al pobre hombre diciendo que estos les habían hablado que habría un gran diluvio, que debían cada uno subirse al techo metidos en tinajas, claro los amantes dejaron al carpintero allí solo y se quedo dormido, mientras ellos hacían de las suyas el otro esperaba dormido que comenzará la supuesta lluvia. Al otro día un sacristán le declaro su amor a la mujer y ella que aun estaba en el cuarto con el otro gracioso también quiso ser cómica, le negó el amor, el muchacho le dijo que al menos le besará. Y ella saco fue el trasero no le culpo que quisiera vengarse, busco un rastrillo de un herrero bien caliente y quiso pedirle otro beso pero esta vez quien salió fue el gracioso que la acompañaba, Nicolás, quien también saco su trasero pero no tuvo la misma suerte que su acompañante, comenzó a dar gritos, el carpintero en el techo se asusto del mismo susto las tinajas se cayeron y el hombre se rompió un brazo cuando cayo, todos del pueblo fueron a auxiliarle, le creían loco, porque gritaba que había diluvio. Y comenzaron a reírse.
Matt comenzó también a reír a carcajadas, hacia un rato estaba muy pensativo pero ahora estaba relajado. El cuento ayudo sin querer.
-Pobre hombre, engañado y con un brazo roto…
-Bueno Nicolás termino con el trasero quemado.
-Supongo que la que salió mejor de todas fue Alison entonces – carcajeo de risa.
-Supongo, pero eso te deja una moraleja.
-¿Cuál? – me miro esta vez apagándose las risas poco a poco mientras recuperaba la postura.
-No te vuelvas loco por una mujer que además no es tuya.
-Cierto, entonces… debo esperar a que una lo haga. – me miro.
-Mira a otro lado, no te veo con esa intención, y por si no lo deje claro, no confíes en mujeres, y mucho menos si son vampiras – le guiñe un ojo. – Bien, mejor me voy a dormir ya porque esto se esta poniendo interesante lo que igual a en cualquier momento alguien dirá algo estúpido.
-Pensé que yo ya había hecho esa parte.
-Y tienes razón, pero puede repetirse y en una noche es suficiente – el ladeo la sonrisa, muy linda. – Buenas noches, por cierto quizás querrás quitarse esa pinta, atrás esta la lavadora automática después sube y date un baño ¡por favor! Espera que tu ropa se seque mañana te llevare a comprar unas nuevas, no quiero tenerte semi desnudo caminando por la casa y menos si me da hambre y quiero bajar a comer algo.
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Angel Nocturno (Completada)
VampirosVanessa, es una vampira que viviendo de incognito en un pueblo de humanos junto con un pequeño grupo más de su especie. Para ella la vida es libertad, e independencia, cualquier cosa que alterara ese orden era simplemente una pieza que molestaria al...