-No no es posible, conozco a Filiph de hace muchos años, no es posible.
-A ver… dos cosas. ¿Dónde dejas el nombre? ¿Y lo llegaste a conocer luego de que, los 19? – el me miro callado.
-Lo conocí a los 16 y me mude con el al año siguiente cuando me fui de la casa de mis tíos.
-Un momento por Dios… no puedes ser tan vago ¿Qué edad tienes tu?
-25…
-Con razón elegías las más jóvenes… eres detestable en serio. Por lo menos eran mayores de 18. – el miro a la ventana que tonto, no contuvo la respiración, lo delato. – Hay ¡no! Ahhh estabas mal de la cabeza en serio…
-Solo fue una menor, oye no tengo culpa, ella se ofreció. – le mire de reojo.
-Si como digas… ¿es aquí?
-Si… ¿quieres bajar conmigo? – pregunto.
-No puedo dejar a mi nene solo, no podría protegerlo.
-Bien voy por las cosas. Espera aquí.
Camino por el asfaltado roto donde se encontraban todos las casas rodantes juntas podrían ser las que les facilitaron a Leonardo Di Caprio en la película de Romeo y Julieta, camino entre algunas y finalmente toco la puerta, abrió un muchacho moreno con aires medio hindúes o marroquíes pero era alto, muy alto y delgado, el nombre no iba con el. Miro al auto y luego lo miro a el, rodo los ojos (no tenia que oírle el pensamiento aunque pudiera, para saber lo que estaba pensando). El se perdió dentro un rato, se veía moviéndose de un lado a otro. Agudice el oído y solo oía las cosas guardándose en paquetes. Y su conversación, no podía entrar en sus mentes, era bloqueo son vampiros. Era como polos iguales se repelen. Pero me conforme con la conversación.
“– Bien supongo que no te veré en un tiempo – decía el muchacho, la voz era cálida y tenia un exquisito acento hindú diluido, no me equivoque.
-Supongo que no, pero, rayos esto es demasiado extraño, eres un buen mentiroso no puedo creerlo, ¿Cómo hacías para comer sin que te viera? Además, ¡pasabas horas en el baño haciendo del dos! Yo pensé que tenías problemas en los intestinos y resulta que eras exagerado en parecer normal.
El muchacho se reía.
-Pues no me la ponías muy difícil, con tus constantes salidas con las mujeres podía salir cuantas veces quisiera y no lo notabas, para cuando llegabas ya estaba incluso pareciendo dormido.
Ambos rieron.
-Te voy a extrañar, en serio, no puedo creerlo, mas de una vez me tuve que ir a medianoche para que no te mordiera y aquí estas, vampiro, eso te pasa, no te confíes de todas las mujeres, se que quien esta en el auto es una chica, y muy sexy por cierto. Por lo menos pasaste buena noche, ¿vampira, no? tuvo que haberte dado de su sangre, sino, no estuvieras aquí.
La sangre se le acelero a Matt, me reí.
-No, la verdad no es como crees, esta como quiere pero aunque no lo creas no paso nada, aunque lo intente de verdad, inconscientemente lo intente. Pero no fue ella quien me dreno como dicen ustedes, no sabemos fue un hombre, según Vanessa muy viejo porque me mordió aquí – seguro señalaba la marca – ella me encontró, creo que lo ahuyento, luego me decía cosas, según ella poniéndome a elegir si quería vivir aun así, vampiro, entonces solo sentí la sangre en mi boca fue horrible pero ya me estaba muriendo ya que importaba. Todo se puso oscuro y desperté, convertido. Ella cuido de mí toda la noche.
-Pues tienes suerte que no haya terminado de matarte, y más aun que te diera todas las opciones que me dijiste, una casa, y trabajo, con el ejemplo de ese auto se que vas a mejor amigo.
Alguien golpeo al otro en el hombro, oí una cremallera abrirse y bajar jeans, Matt se estaría cambiando.
-Lo se, y es bien, no creas, es divertido estar con ella, aunque solo llevo una noche…
-Suenas como si te comenzara a más que gustar amigo, cuidado…
Me comencé a morder una uña.
-Pues, viene siendo hora que tome seriedad en ese caso, aunque no me creas mucho, ya sabes como soy.
-Que interesante, eras una cabeza loca siendo humano, y ahora que tienes la inmortalidad para seguirlo siendo por mucho tiempo, piensas que puedes enseriarte. Estas mal amigo, te veo mal en verdad – se reían oí el cabello de él removiéndose con un suéter.
– Oye, aun puedo hablar con Vanessa, no quiero dejarte en este lugar teniendo yo tanto, luego de que me ayudaste siempre, y contando el que no me heriste aun si pudieras… eres como mi hermano, de verdad.
-Que sentimental burro, no te preocupes, yo estoy perfectamente, y ahora que tienes a donde ir puedo mover esta cosa y viajar, disfruta, yo estaré bien, piensa en esto como una nueva aventura, seguiremos en contacto, escríbeme porque aun puedo rebuscar tu olor y arrancarte la cabeza si no lo haces.
-No te preocupes, ahora el cariño es mutuo”
Ambos se rieron y sonaron unas cajas poniéndose encima de otras, pasos, y la puerta, cerré la conexión.
Cada uno venia con una caja una traía ropas, la que cargaba Philip, Matt traía la de los objetos, menos mal eran pequeñas o lo estrangularía. Pero a pesar de todo, sentí cierto eso que era… ¿sentimiento? Matt en toda su vida y sus pertenencias eran solo dos cajas, era… triste. Entonces di gracias por tener tantas cosas. Incluyendo el auto que pensaba dejar por uno mejor.
Baje del auto y vi como se movía la mirada de Philip de mi a Matt. Matt se había puesto unos jeans algo desgastado pero no roto, y una franela cuello v azul.
-Philip, Vanessa, Vanessa el es Philip
-Un placer – sonrió.
-Igualmente. – le di la mano. – Mételas en la parte trasera, no te preocupes.
-Hey – me dijo Philip - se que es un tarado y aun siendo vampiro, cuida de él. Es medio bruto – sonreí.
-No te preocupes, lo hare. Esta a salvo conmigo. – Matt rodo los ojos.
-Amigo, cuídate, de verdad – dijo Philip se abrazaron casi que les salían lágrimas.
-Estaré contacto, sabes donde encontrarme ahora. Sino, un mensaje electrónico es bien recibido.
-Ah una ultima cosa… - le detuvo Philip – me miro y dijo amablemente – permiso
– Oh… - mire a otro lado intentaron hablar los mas bajo que la voz vampiro llegaba.
Igual agudice mi oído. Solo escuche algo acerca de porque no debía siendo vampiro volver a comprar… Ahhh santo Dios… cerré la mente de inmediato.
-Les escuche, por Dios… terminen de madurar. – Ambos rieron mientras me subía al coche. Matt luego volvió a mirar a su amigo y subió cerrando la puerta tras él.
-Oye nadie te mando a espiar. – dijo el y rio.
-Definitivamente no lo hare más. No contigo.
-¿Es temprano aun? Creo que no quiero llegar tarde a mi primer día.
-Maduras cada cierto tiempo Matt, creo que los años harán de ti un buen vino, mientras mantengas la cabeza ordenada.
Gire unas tres veces más y estacione el auto en el lugar privado, y ambos bajamos del coche, le pedí que esperara mientras hablaba con el jefe, el parecía apenado, y quizás muy poco esperanzado por si no le daban el trabajo, pero mi jefe acepto, un señor alto, era amable pero mantenía una postura seria el era un señor de edad bastante impecable y bien parecido, cuando lo vio, me dio una mirada, sabia que creía decir pero solo le dije que éramos amigos y necesitaba un trabajo, acepto con gusto.
Como imagine le dieron dejaron por el momento de cargador de cajas, después le presente a su compañero al cual le comente que el también era como nosotros, Drake conocía también mi secreto, pero el tendría poco menos de 20 años de convertido, aparentaba juventud lo convirtieron de 21 años al igual que a mi, traía una jeans desgastado muy parecido al de Matt y una franelilla verde que resaltaba su cabello rubio y sus ojos del mismo color de ella. Pareció muy a gusto. Y en poco tiempo le echaba ojeadas desde los mostradores se veía que la pasaban bien bromeando.
Shaun fue a la tienda y como prometió se llevo tanto una lámpara como una alfombra italiana, estaba regodeándose en lo feliz que iba a estar Gina cuando llegara a su casa, cada tanto volvía a mirar a Matt, casualmente hoy llegaban los autos antiguos, pobre, si no fuera vampiro, estuviera lamentándome por el esfuerzo que debían hacer, se veía tan… tenia razón, el era un idiota, pero extremadamente sexy, tanto, que definitivamente solo había que terminar siendo vampiro para ser imposiblemente real.
A la hora del almuerzo, como debíamos aparentar, fuimos a la tienda más cercana a comprarnos algo, los tres juntos, era una tienda barata de ensaladas, pedimos una ensalada romana cada uno.
-¿Hermano, sabes que es extraño? Que con tan solo un día tú, bueno no has enloquecido. – rio Drake, yo tenia el mismo presentimiento, la misma sensación, Matt sonrió y trago su parte de ensalada.
-No lo se, supongo que ya no tengo opción para sentirme mal, o echarme a morir, ¿ya esta hecho, no? De nada sirve.
-Si, supongo, por lo menos tú eres más inteligente o te controlas mejor que yo, ¿sabes que hice cuando me convirtieron? – ambos lo miramos. Drake disimulo una risa.
-Comencé a correr como un tonto dando vueltas en el suelo, la velocidad, ya sabes, ¡fue tan estúpido de mi parte! – Nos miro, Matt y yo nos reíamos a carcajadas de él – Ok, nunca tuvimos esta conversación y nadie volverá a recordar lo que dije – Matt y yo a pesar de afirmar nos reímos, no creíamos que dejaríamos de molestarlo con eso.
-Supongo entonces que viste la cara de quien te convirtió – pregunte, el afirmo.
-Fue un hombre, me ataco – Matt me miro yo seguía con la mirada fija en Drake – me dejo medio muerto, luego escuche la voz de un muchacho, un acento hindú extraño, el fue quien me dio su sangre – Matt sonrió.
-¿Dime algo, recuerdas el rostro de quien te ataco? – pregunté.
-La verdad, es muy vaga su imagen, y como solo fueron fracciones de segundo que pude mirarle la cara al desgraciado, no lo se, pero era asquerosamente viejo, muy viejo. – Matt y yo nos miramos. - ¿Qué sucede? ¿Por qué lo preguntas?
-Creo, que fue quien ataco a Matt. – le dije en voz suave.
La mirada de Drake pasó a observar a Matt que ahora veía al horizonte, pensativo, ¿Qué rayos pensaba cuando se ponía así? ¿En que taladraba la mente?
-Entonces, podemos encontrarle, podemos, vamos a buscarle no debe haber huido de inmediato. – Dijo Drake apoyando las manos a la mesa. La que le sostuve con la mía.
-Siéntate Drake, piensa, si yo hiciera lo mismo, lo primero que haría seria huir por lo menos de inmediato al próximo continente por un tiempo para que no puedan hallarme el rastro.
El se quedo quieto, parecía sopesar la opción aunque aun tenia intención de irse corriendo tras la pista fantasma que nunca iba a distinguir.
-Creo que tiene lógica, Drake, estoy tan molesto como tú, pero no por eso debo arriesgarme también a que me quite la vida que ahora poseo, dudo que después puedan reembolsármela. Ya no hay más opciones.
-Matt, te conozco, se quien eres, o quien fuiste, no importa, pero ¿sabes? Yo tenia de todo, tenia un hogar, iba a casarme, mi novia, ¿crees que puede olvidarse tan fácil? Tú no tenías absolutamente nada. Pero yo si, No puedo acercarme a mi novia ya solo voy a verla desde lejos. Veo como rondan alrededor de ella para conquistarla, ella era de la ciudad así que ni señas de saber donde me metí, solo le dijeron que estoy muerto. La vi en mi funeral aquí, me tuve que esconder tras una lapida. Lo máximo que pude hacer fue reenterrar un cuerpo en vez de a mi le pedí el favor a uno de los vampiros para que dijeran que estaba destrozado y no podrían abrir la urna. – Yo asentí, veía en sus ojos el dolor como si le desgarrara. – Creo que incluso, tuvo, tuvimos un bebe, un bebe que nunca conoceré, a estas alturas debe ser un hombre ya, casi de mi edad. O la edad que tendría al morir.
-Lo siento hermano, no me lo hubiera imaginado… - Matt tenia el rostro como si estuviera sobándose una buena patada al hígado.
-Ya que más da… - Drake sonrió a lo lejos – es mejor así ¿sabes que pasaría si de repente les aparezco? – imito. “Linda, soy yo, Drake ¿me recuerdas? Morí hace 17 años, ¿gracioso? No, es que… es que me convirtieron en vampiro ¿ves? Estaba trabajando para darle comodidades al bebe y me ataco uno y mira, tengo colmillos ¿si me crees? Oye, hijo… soy tu papa, bueno entenderé si no me quieres ya que quisieras hablar conmigo de chicas y de protección, y porque no debes probar drogas, mientras yo te quiera hablar de sangre y como probablemente me quiera ingerir a tus amigos” – Matt ladeo la sonrisa. – A veces paso horas sentado solo en como será su rostro.
-¿Nunca le conociste?- pregunte.
-Jamás, la última vez que vi a Linda, fue cuando estaba en la clínica, ella se veía serena, pero oía su corazón, yo estaba en el callejón detrás de la clínica en la pared al otro lado. Oía todo, los latidos, y entonces, oí también los latidos de él, el doctor dijo que seria un niño, sano y fuerte. Estaba tan, orgulloso, feliz, iba a ser papa, (El trago grueso, si hubiera podido, lloraría como un bebe su mirada estaba perdida) Ella lloro, lloro entre sollozos ¡y como desee poder secarle las lagrimas! Pero ni eso pude hacer… esa noche entre por la ventana de su apartamento. Estaba dormida, hablaba sin sonidos entre sueños, le di un beso y bese su barriga, estaba como un globo (rio a carcajadas dulces), luego me despedí. Nunca más volví a verla tan cerca. No quise buscarla, por temor a ponerla en peligro. Aun la amo, la e amado por todos estos años, y a mi hijo también.
-Drake... – la voz de Matt era ronca – créeme que eres más fuerte que yo en todos los sentidos, si eso, me hubiera pasado a mi… probablemente enloquecería, y me mataría a mi mismo…
Drake asintió, en forma de agradecimiento, llevo una mano en puño a la boca, y miraba la comida, que pareció no querer probarla más. Mi estomago me dio un enorme giro, sentía vacio, una extraña y fuerte sensación. Sentía dolor. Un dolor que no me pertenecía, era pena por él.
-Tranquilos – esta vez sonrió – Linda siempre fue inteligente, ellos están muy bien lo se, a diferencia nuestra si no vamos rápido, creo que ya la hora de descanso acabo. – Revise mi reloj y así era, estábamos pasados de la hora. Casi media hora.
Pagamos las cuentas y dejamos la propina en el buzón, agradecimos tener cerca la tienda así no tendríamos que usar la velocidad inhumana. Drake bromeo sobre borrarle la memoria al jefe de que llegamos tarde, lo sopese pero igual, mejor dejábamos las cosas así, esa era las cosas que quería vivir, que era trabajar con humanos. Soportar todo, aun sabiendo que estábamos por encima de ellos en la cadena alimenticia. Cuando llegamos Luke, ( nuestro jefe, así se llamaba también la tienda “Antigüedades Luke, C.A”) no parecía muy molesto, de hecho era la primera vez que nos pasaba por lo menos a Drake y a mí, pero para Matt eso no iba a verse bien como primer día. Luego de las miradas intencionales del jefe registramos nuestras tarjetas para la entrada nuevamente y cada uno volvió a su puesto.
Esa tarde, a pesar de concentrarme en mi trabajo, las ideas de lo que contaba esta mediodía Drake no dejaran de darme vueltas en la cabeza, seguía sintiendo esa sensación de vacio en el cuerpo. Tristeza, o pena. Nadie, absolutamente, nadie, se imaginaria que un muchacho con el porte de él pudiera tener un hijo de 17 años, estuviera casi casado, y hoy fuera un vampiro resignado, a seguir caminando abandonando su vida humana. El realmente era fuerte, por mantener ese secreto y no tener la fuerza para salir corriendo a buscarlos. Aunque lo entendía, más de uno al hacerles tal confesión, entraban en pánico y se quitaban la vida, por no querer que se la quitáramos nosotros, o por creer que habían enloquecido luego de haber olvidado tal dolor, se suicidaban, justo, delante de quien se lo confesaba, por eso existían seres como yo, que vivían sin un propósito, el ver morir ante sus ojos, y quizás por ellos mismo a los seres que más amaban era el golpe y castigo más duro que pudieran recibir, más que incluso el infierno mismo. Entendía porque seguía caminando, dejando a su único lado humano. Y lo único que poseyó.
Quise recordar, como era yo antes de, morir, de convertirme en lo que ahora era, pero tenia recuerdos muy vagos, un vestido muy hermoso de escote cuadrado, mangas ¾ y encaje en ellas, abultado en la falda, hermoso, mi cabello en un hermoso moño, mi rostro no lo recordaba, un sombrero con flores en la parte trasera, algo inclinado, seguramente era el que usaba la noche que morí, luego escenas de una fuente, una niña, un señor alto delgado, nariz aguileña y cabello castaño rojizo con un solo lente en el ojo derecho. Muy de aquella época, ese era mi padre, mi madre, delgada, de facciones marcadas y cara en forma de corazón cabello negro, mi rostro, me parezco mucho a ella y mi cabello es el mismo. Entonces imágenes de soledad, sentimiento de abandono, culpabilidad. ¿Qué había pasado? La niña mi hermana, había muerto, la culpa era mía, mi padre gritaba, mi madre lloraba mirándome, ella no me culpaba, pero tampoco me abrazaba, luego un bosque, yo corría. Dolor, mucho dolor, volví, la casa estaba callada. Podía sentir el aroma de la comida de mi madre. Vivíamos en Londres.
Los recuerdos solo eran fracciones, solo pequeñas partes, debía unirlas para recordarlas, mi madre hablando con mi padre, yo estaba en mi habitación, salía a comprar, ese hombre me miraba, el hombre que me convirtió, iba por vegetales a la plaza, el estaba allí, mirándome, fui por cintas a mis vestidos y el de mi madre, el estaba allí, en la tumba de mi hermana, también el me veía a lo lejos. Era alto de cabello negro, que llegaba ondulado a los hombros, bien vestido, pulcro. Luego el recuerdo me llevo a una noche, la ventana, luego salí de la habitación y me interne en el bosque. Luego desperté así.
Lo demás lo recordaba, había usado su control mental sobre mí sacándome de la casa, y me transformo. Eso me conto él, pensé odiarlo, hasta que me dijo la razón para haberme hecho esto. Mis padres, estaban en quiebra, no me había casado, no podía seguirme manteniendo, por lo ocurrido con mi hermana ningún soltero quería casarse conmigo por muy hermosa que fuera, el pueblo había regado que fui yo quien tiro del risco a mi hermana.
Si algo recordaba, era haberla amado, la amaba. Jamás pude haberle hecho algo así. Dijo que pensaban irse, habían tenido conversaciones sobre que hacer conmigo, querían encerrarme en un loquero, un manicomio si no encontraban con quien dejarme. Les parecía peligrosa, después de la muerte de Britanny, “Britanny” así se llamaba mi hermana. Al principio no le creí, pero luego me llevaba a ver como iban vendiendo todo, las pocas ovejas que habían las patatas casi no les alcanzaban a ambos para comer, mi desaparición les afectaba, pero no me buscaron, creyeron que había oído alguna de sus conversaciones. Mama lloraba y papa le consolaba, finalmente, mi madre murió por falta de alimentación y mi padre, enloqueció sin hijos, ni dinero, ni esposa, ni nada, se ahorco.
Los recuerdos no me dolían, pero si impresionaban, Drake no era el uno en haber tenido un mal pasado, al ver a Matt, y recordar la historia de muchos de mis amigos también, caí en cuenta de que todos pasamos algo similar, y uno de los nuestros llego en el momento justo, como un ángel oscuro, para salvarnos de un aterrador destino. Para verle un nuevo color a la vida aun detrás de las sombras, aunque necesitáramos todo el tiempo que pudiera haber en la vida para entenderlo. Yo tuve suerte de tener un poco de ayuda de Becal, era ruso y si no recordaba hoy poseería cerca de 450 años, si, quien me convirtió, fue mi tutor por algunos años pero al ver que podía volar por mi misma, que sabia defenderme me dio parte suficiente de su fortuna, luego de enseñarme muchas cosas, letras, ciencia, me permitió irme lejos, el permaneció en Londres, luego no supe nada de él, permanecía al margen de mi, era misterioso, aunque siempre pude contar con él. Agradecía en ese momento todo lo queme ayudo. Sin el probablemente había terminado como mi padre. O incluso peor. Encerrada hasta que mi mente se apagará.
ESTÁS LEYENDO
Angel Nocturno (Completada)
VampirosVanessa, es una vampira que viviendo de incognito en un pueblo de humanos junto con un pequeño grupo más de su especie. Para ella la vida es libertad, e independencia, cualquier cosa que alterara ese orden era simplemente una pieza que molestaria al...