- ¿Qué quieres hacer? – pregunte.
-¿Que tienes para mi? ¿Algo que podrías usar? Dije que esto lo iba a disfrutar…
-¡Matt!
-¿No te dará vergüenza con tu esposo, o si? – era un idiota, pero sabia lo que hacia, mantenía seguro su punto.
-Creo que podría encontrar algo.
-Se que tienes algo…
-¿Matt? ¿Has revisado mi?
-No, no de tu cuarto… yo respeto la intimidad personal, siempre la veo desde tu cuerpo - ¡era un tonto! Reímos. – Vamos…
Me levanto deje caer las flores todo solo estaba enfocada en Matt, besándolo y pasando mis manos a través de su cabello, su perfume era más fuerte en la parte de arriba de la casa, y su chaqueta se oía cada vez que me presionaba contra su cuerpo, me dejo en la puerta del cuarto y me pidió buscar algo, tenia vergüenza, y mucha, probablemente nadie, realmente, nadie, nunca, reviso, ante mi mis ropas intimas, me dio un beso y salió fugaz por la puerta en la parte debajo de la casa se oían ruidos, ¿Qué estaba haciendo?, fui al baño y a mi propia velocidad me di el record en baños. Mire el atuendo, y me lo coloque, era tan incomodo de usar como probablemente lo seria quitarlo. Blanco, tal como Matt seguía molestando “que valga el blanco”. No quería salir de allí, luego del otro lado de la puerta oía pasar a Matt, estaba haciendo algo pero no sabía que era. “Vanessa si no vienes pronto antes que termine romperé la pared si es necesario” Estaba totalmente sofocada.
Quería esconderme, las manos las sentía frías, ya no tenia vuelta atrás, ¿Qué te pasa, no que muy vampira? Sal Vanessa, me decía yo a mi misma. Mi velocidad era mucho mejor que la de Matt, así que corrí a la habitación y tome un perfume, no mire atrás con la vergüenza de ver a Matt allí mirándome por casualidades de la casual y entrometida vida. Pero era peor. Estaba detrás de mí.
Probablemente mostraba más ropa si me volteaba, pero realmente no quería verle la cara. No quería ni moverme en realidad.
Entonces el espacio se fue acortando
-Hola señora Dale… - dijo abrazándome de espaldas. Deje caer mi perfume. El cual se mezclo con el de él en el ambiente –Ese me gustaba… - bromeo.
-¿Crees… crees que solo tu puedes romper tus perfumes? – trate de hacerle reír, pero las risas solo eran parte de todo lo que quería.
Cuando voltee a verlo, OK, si antes lo veía como una escultura griega, con mucha ropa, verlo en ropa interior probablemente me hizo verlo, como algo fuera de este planeta. Definitivamente, lo era, pero me entienden.
-Matt… calma yo… ah, tengo miedo… - sentía que toda la sangre que había ingerido se evaporo de repente.
Sonrió y me beso, y volteo hacia atrás. El… el había decorado todo, y definitivamente no le tenia miedo a morir quemado. Velas, de las de reserva por si se iba la luz y para aparentar había en el suelo, en platos pequeños, a distancias distintas. A pesar de que la luz aun permanecía encendida.
-Vaya… yo pensaba guardar mi ramo como recuerdo – me burle al ver mis flores decapitadas dispersas en el suelo también.
“Lo siento cariño” me atrajo nuevamente a él, y como una fuerza magnética esta vez “ Yo te ayudo” dijo, con los besos mas tiernos y fuertes que había podido probar de su boca. La cama, él le había cambiado la parte de arriba, era blanca ahora también. Crujió debajo de nosotros la tela nueva. Sus brazos me envolvieron, y el calor se incremento, los labios se buscaron con más necesidad y deseo, ambos parecíamos incontrolables, esto pasaría, lo contaban pero no sabia que era cierto, involuntariamente ambos nos mordimos el lo hizo cerca de mi clavícula, se sentía como besos, besos con demasiada pasión desenfrenada, yo le mordí en el cuello hundiendo mis dedos entre sus cabellos, me sentía ida, podía sentir las sensaciones de Matt, el deseo incontrolable, demasiado fuerte para poder querer soportarlo, eso se sentía bien, la sangre de Matt era fuerte, y al contacto de mi boca era como una explosión de deseo, entonces el dejo de beber para besarme solo para besarme.
Sabía lo que pensaba.
Yo lo había alimentado hace mucho tiempo, por primera vez, esta vez el quería alimentarme a mi. Estaba quieto. Besando mis manos, acercándolas a su boca, besando mis manos mientras yo seguía bebiendo de él. Se giro en espaldas para que yo quedara sobre el, bebiendo. Olía mi cabello el contorno de mi cara su aliento frio y exquisito me acariciaba. El también lo disfrutaba. Después de momentos no podía controlarme. Finalmente la pasión nos consumió, y volvió a tomar el control, entonces.
Fuimos uno.Mis ojos se abrieron, sentía su abrazo, la mañana más maravillosa, o la tarde, no lo sabia, pero, él estaba allí.
Sentía ganas de llorar, ganas… estaba llorando… mientras le veía. El no lo había notado, miraba al horizonte del casi oscuro cuarto, sonriente, dulce y pacíficamente sonriente. Fueron las gotas de lágrimas, las que lo hicieron mirar hacia abajo para verme.
La mirada de una persona completa. Era la mirada de Matt.
-¿Lloras?
-No lo se… no lo controlo – reí tontamente y el beso mi cabeza apretándome a su pecho desnudo.
-Esto… lo voy a recordar siempre.
Decía mirando a lo lejos acariciándome el hombro en pequeños roces.
-¿Lloras, porque te hago… feliz?
-Inmensamente… - le acaricie con la derecha el rostro acercándome para besarlo.
Más momentos de silencio, me volvió a acomodar sobre el, como si intentara dormir, acariciando mi cabello, tarareaba sin abrir la boca, una dulce canción. No quería interrumpir ese perfecto momento… solo el silencio, y nosotros.
-¿Sabes? – dijo él. – Tú… me haces inmensamente feliz. Nunca pensé que una mujer me atara de esta manera. – Me miro – y tuve razón, tenia que ser algo más – sonreímos – te amo tanto, ¿lo sabes? – me tomo de las mejillas yo asentí – nunca me dejes, nunca te vayas. Me beso.
-Jamás moriré Matt, y tu tampoco, solo debemos cuidarnos, el uno al otro, quisiera cada minuto de mi vida contigo… no pienso ir a ningún lado. Tu… te parecerá una locura, pero cuando te veo… me das tanta paz, estar cerca de ti. Me siento completa, segura, como si fueras irreal, mi ángel…
-Estoy muy lejos de ser un ángel. – me miro con dulzura.
-Lo eres… yo… Gracias…
-¿Por qué?
-Por salvarme de la soledad que me esperaba… sabes yo… la amaba, solo porque, porque no tenia esta parte de mi. A ti. El perfecto… acompañamiento.
-En tal caso, tu serias el mío… creo que debo avergonzarme, de tantas veces que me has salvado, siendo yo el hombre.
Me acaricio la nariz y me levanto la barbilla.
-Un ángel negro… - le dije.
-No me importa… No soy racista – reímos - Pero eres quien me ha cuidado. Y me ha soportado. Solo tu mi Vanessa. Tu si eres mi ángel… eres una especie de ángel nocturno – me guiño el ojo – y eso solo lo hace mejor…
Me sonroje
-Entonces. Es un par. – le abrace haciéndome chiquita en sus brazos, mas chiquita ya que de por si en ellos me veía como una pequeñita.
-Gracias por amarme mi amor… gracias por elegirme… y perdón por haberte…
-Shh... – le tape la boca con un dedo. – momento perfecto, no lo arruines. – Sonrió – Todo esta absolutamente bien.
Cuando comenzó a oscurecer fue que decidimos levantarnos, realmente fue muy poco tiempo que estuvimos allí quietos en el silencio, quería decir que… ¿Cuánto tiempo…? Ok, no pienso calcularlo. Me levante yendo al baño solo para esperarme él allí (por supuesto que) lo había dejado en la cama, solo era un buen ecologista y quería que nos bañáramos con la misma agua. Si… claro.
Luego de bañarnos decidimos cambiar todas las cosas, sip, a mi cuarto, me senté en medio del pasillo mientras el cambiaba los muebles y sus cosas, solo obviamente dejo la cama y las mesas de noche. Cada vez que pasaba miraba el anillo reluciente en su mano, a veces se detenía y bajaba a darme un beso y seguía. Bajamos después, y tomamos agua, increíblemente no sabia como antes, bueno lo necesitábamos ¿No? , no quisimos salir a cazar por el contrario nos quedamos viendo tv, el acostado en el sillón y me acosté sobre su pecho en el espacio que me dejaba entre sus piernas abiertas, tuvo que bajar una porque no cabíamos. Era mi propio oso de peluche.
El fin de semana, fue nuestra pequeña luna de miel, no quisimos salir a comer, a nada, absolutamente nada, siempre solos y dentro de la casa, aislados, juntos y solos. Conociéndonos de nuevo una y otra y otra vez. Todos mis miedos y temores de cómo seriamos, se fueron, simplemente fluíamos juntos. Muchas veces le aparecía con diferentes “ropas” el me bromeaba “e creado un monstruo” y luego me tomaba. Ese tiempo fue el más perfecto, si es que pudiera llegársele a querer comparar con algo más.
Al día siguiente el jugaba diciendo de no querer levantarse. Que era mi culpa. Y me guiñaba el ojo.
-Pues debes levantarte… hay que dar la noticia.
-Mmm si es cierto. ¿Sabes quien se pondrá medio loco cuando regrese?
-¿Quién? – pregunte.
-Drake.
-Definitivamente, no lo va a creer.
-Quizás se moleste pero, vamos, el a estado completo, así que ya la cobramos.
-Sip… - me acerque y le bese los labios con fuego.
-Cariño… – Trataba de hablar, yo me reía mientras le besaba – Sera mejor que no hagas eso. O no nos iremos. Créeme no lo dejare.
-Mmm... Supongo, ¿Quieres ayudarme a vestir?
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Angel Nocturno (Completada)
VampirosVanessa, es una vampira que viviendo de incognito en un pueblo de humanos junto con un pequeño grupo más de su especie. Para ella la vida es libertad, e independencia, cualquier cosa que alterara ese orden era simplemente una pieza que molestaria al...